Dos años sin justicia, dos años en los cuales fue quedando claro el afán de la Fiscalía y el Poder Judicial de impedir la verdad y la justicia en este caso. Dos años de preguntarnos ¿Qué pasó en Curuguaty?, convenciéndonos de que el proceso judicial, la investigación fiscal, la acusación, las audiencias preliminares y el envío a juicio oral de las personas acusadas, todas de extracción campesina y en condición de sin tierras, incluyendo a una adolescente, han sido una farsa, una burla, un camino directo a la impunidad.