Capítulo 13 | El impacto del modelo del agronegocio en las mujeres. Lucha por la tierra y defensa de las semillas
“En el capitalismo, el patriarcado está vinculado a una sociedad donde todo se convierte en mercancía, incluso las mujeres y sus cuerpos. La histórica división social del trabajo está ligada a una división sexual del trabajo que expresa las desigualdades de género. Por lo tanto, las horas de trabajo intenso de las mujeres se expanden para garantizar la explotación del trabajo productivo y reproductivo, fundamental para el capitalismo desde el punto de vista económico; se establece la invisibilidad de las mujeres. De esta manera, el trabajo dentro de la casa no se considera trabajo, sino una extensión natural de ser mujer. Y el trabajo remunerado fuera del hogar se paga menos sólo por ser desarrollado por las mujeres. La lucha por la emancipación de la mujer debe ir de la mano de la lucha para acabar con la propiedad privada, por el derecho a la tierra y el territorio, por la reforma agraria, contra las transnacionales, contra los transgénicos, contra los plaguicidas, por el fin de las mineras, etc.”
En la medida en que se expande el agronegocio y el capital penetra en los territorios para garantizar la generación de lucro, avanzan la contaminación con agrotóxicos, la contaminación transgénica, la contaminación de la tierra y el agua, del ambiente, amenazando así a la producción de alimentos realizados por la agricultura campesina, a la propia existencia de la agricultura campesina, a la salud de la población rural y urbana, y a los alimentos de la población en general.
Se profundizan la mercantilización y la colonización de la vida, descargando violencias sobre el territorio-cuerpo y el territorio-tierra.
Señalan las compañeras de Paraguay, en la investigación realizada por Base-Is: “Las mujeres tienen huellas de la destrucción del territorio-tierra, pero también en su territorio cuerpo vivencian las múltiples formas que el patriarcado adquiere, sobre todo por las jornadas intensas y extensas, así como por las diversas formas de violencia a las que están expuestas”.
Sintetizando los impactos del avance del agronegocio sobre las mujeres, según análisis realizados por compañeras de diferentes organizaciones campesinas e indígenas, podemos concluir que éste afecta de manera diferenciada la vida de las mujeres, identificando los siguientes aspectos:
Destrucción del modelo de agricultura campesina
El agronegocio ocupa y/o contamina los territorios donde históricamente las mujeres sostenían la agricultura campesina. Esta lógica va expulsando a las mujeres de la producción de alimentos, y va consolidando la división sexual del trabajo que menosprecia e invisibiliza el trabajo de las mujeres y las relega a la esfera doméstica y al trabajo de cuidados. También consolida la división entre la producción agropecuaria y la reproducción de la vida, atentando contra su sustentabilidad, contra la autonomía de las mujeres, sus conocimientos y su papel como sujeto político. En determinadas regiones, se pierden las agriculturas campesinas como proyectos productivos y, con ello, las primeras afectadas son las mujeres, sus primeras sostenedoras.
El agronegocio intensifica las estrategias para aniquilar la agricultura campesina. No busca sólo sus tierras, sino controlar la totalidad del sistema agroalimentario, de modo que la red campesina deje de alimentar a la población mundial.
Conflictos territoriales
El avance del agronegocio promueve el acaparamiento de tierras, desalojando a las comunidades campesinas de los territorios habitados históricamente, arrasando especialmente las tierras donde viven comunidades indígenas, negando sus derechos políticos, económicos, sociales, culturales, y su propia existencia como pueblos. Expulsándolos de sus territorios ancestrales, el Estado niega a los pueblos indígenas el acceso a la tierra, pero también a los bienes culturales y a su cosmovisión.
Las comunidades son hostigadas por los terratenientes nacionales y transnacionales -con la complicidad de los estados- provocándose conflictos cuando existe resistencia campesina o indígena al desalojo, o cuando las comunidades toman iniciativas de recuperación de tierras y territorios. Las mujeres de las comunidades son especialmente afectadas por estos desplazamientos, y en algunos casos son obligadas a migrar, despojadas de toda forma de economía de subsistencia.
Existen muchxs campesinxs e indígenas asesinadxs y criminalizadxs, en conflictos territoriales. Las mujeres de la comunidad, además de ser parte de las resistencias, cargan con la situación de vulnerabilidad resultante, que se expresa en la necesidad cotidiana de sostener la reproducción de la vida.
Tweets sugeridos
#AtlasOGMConoSur | El agronegocio ocupa y/o contamina los territorios donde históricamente las mujeres sostenían la agricultura campesina. Esta lógica va expulsando a las mujeres de la producción de alimentos.
#AtlasOGMConoSur | También consolida la división entre la producción agropecuaria y la reproducción de la vida, atentando contra su sustentabilidad, contra la autonomía de las mujeres, sus conocimientos y su papel como sujeto político.
#AtlasOGMConoSur | Actualmente existen en el mundo alrededor de 1.600 millones de mujeres campesinas (más de la cuarta parte de la población), pero sólo el 2% de la tierra es propiedad de ellas, y reciben el 1% de todo el crédito.
#AtlasOGMConoSur | La FAO señala también que sólo el 18% de las “explotaciones agrícolas” en América Latina y el Caribe son manejadas por mujeres. Las mujeres reciben el 10% de los créditos y el 5% de la asistencia técnica para el sector.
#AtlasOGMConoSur | La mayor parte de los agrotóxicos afectan los sistemas hormonales y reproductivos de las mujeres. Hay estudios que revelan el impacto diferencialde los agrotóxicos en los cuerpos de mujeres.
#AtlasOGMConoSur | Muchos de los agrotóxicos causan, simultáneamente, enfermedades crónicas como cáncer, leucemia o trastornos endócrinos, a la vez que malformaciones.
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