Cultura energética solar: «Empezar a pensar y a vivir de otra manera»
Mediante la promoción de fuentes energéticas alternativas a las propuestas por el modelo actual, el Taller Ecologista de la ciudad de Rosario, en la provincia de Santa Fe, viene impulsando para la ciudadanía la recuperación del acceso a la luz natural y a la circulación de aire fresco en los centros urbanos, donde las edificaciones crecen verticalmente hasta que la presencia de aquello que nos ilumina se deja de sentir: es lo que ellos llaman el «derecho al sol».
La propuesta incluye la elaboración de un proyecto de ordenanza, que en el año 2005 fue presentada a los legisladores municipales, para el aprovechamiento de la energía solar en la producción de agua caliente. La ordenanza, aún en estudio, exige a las nuevas edificaciones públicas la incorporación de sistemas de calentamiento de agua por energía solar. El objetivo de un proyecto semejante, que luego se extendería al sector privado, es evitar el consumo de combustibles fósiles responsables del cambio climático.
Además, con el apoyo del Programa Argentina Sustentable (PAS), la Regional Rosario de la la Universidad Tecnológica Nacional y la Subsecretaría de Medio Ambiente de la ciudad, el Taller Ecologista viene realizando jornadas demostrativas de los equipos solares existentes (colectores, calefones, cocinas y hornos solares) para dar a conocer el potencial que este tipo de energía tiene en la Argentina. En estas actividades se puede acceder a charlas, exposiciones prácticas y hasta encontrar cocineros que dan a probar sus manjares recién preparados en las cocinas solares.
«Rosario Solar y Santa Fe Solar fueron demostraciones públicas que iban orientadas en el sentido de poder difundir estas tecnologías, mostrar que existen proveedores, que existen equipamientos, que funcionan bien, que están probados», cuenta Pablo Bertinat, encargado actual de presidir al Taller Ecologista.
Con la imprescindible presencia del sol como única condición, estas demostraciones interactivas tuvieron «muy buena repercusión». Este año la iniciativa promete repetirse: «Lo que aparecía como una cosa romántica hace unos cuantos años, hoy puede ser una alternativa energética concreta para nuestro país», dice Bertinat.
«Los (encuentros) solares fueron espectaculares en la cantidad de gente que se sumó. En Rosario pasaron más de 2 mil personas y se cocinaba ahí, hubo un grupo de cocineros con cocinas armadas de forma casera, hornos caseros. En la página (web) nuestra ahora subimos un conjunto de manuales para autoconstrucción de equipos, recetas de cocina solar, como para ver alternativas», agrega Pablo.
Días atrás, en un bar rosarino, se realizó la presentación de una nueva iniciativa para el aprovechamiento de la energía solar en Santa Fe: lograr que más de 250 localidades santafecinas que no tienen acceso a la red de gas natural calienten agua con el sol como fuente energética. Obligados a destinar gran parte de los escasos recursos económicos con los que cuentan a la compra de gas envasado, el aprovechamiento de la energía solar permitiría bajar los costos energéticos de esos hogares. Y ayudaría a combatir el cambio climático, permitiendo, al mismo tiempo, la creación de 250 empleos y unas 30 pequeñas empresas destinadas a fabricar y comercializar los 100.000 equipos previstos para los próximos 5 años.
―Están planteando una iniciativa que aprovecha la energía solar para calentar agua, ¿en qué consiste?
Bertinat.―Es la presentación de una propuesta para la provincia de Santa Fé, atendiendo que en la provincia hay más de 250 localidades que no tienen acceso a la red de gas natural, porque no existe la red, y en esos lugares se tienen que abastecer con gas de garrafa, con tubo o con alguna otra fuente, lo que encarece fuertemente la utilización de estas fuentes para calentar agua por ejemplo. Allí es muy factible poder implementar estas tecnologías en función de varias cosas: una, disminuir los costos energéticos de la gente; otra, la posibilidad de que gente que no tiene pueda acceder al agua caliente; otra, es un impacto global sobre el país, porque en definitiva podría ser un gérmen de comienzo de sustitución del gas por otra energía como la solar. Sabemos que el gas es sumamente escaso, que se está importando una parte, que está subsidiado, y por otro lado, creemos que es una fuente de desarrollo importante. Lograr alcanzar la cantidad de equipamiento que hace falta para este tipo de emprendimiento implicaría desarrollar muchos emprendimientos que pueden ser cooperativos, solidarios, para fabricación de equipos, para instalarlos, que se pueden hacer localmente. Creemos que tiene una cantidad de patas muy interesantes para desarrollar en la provincia. Estamos pidiendo, en este caso, que se utilice un fondo que existe por una ley provincial de promoción de energías renovables, que aún no está implementado. De ahí podrían salir los fondos para arrancar este proceso, que podría arrancar en una primera etapa con incorporar estas cuestiones en la obra pública provincial: en la construcción de escuelas, hospitales, en los barrios de viviendas sociales; poder incorporar ya este tipo de equipamiento para luego pasar al sector privado.
―Vos decías que más de 250 localidades no acceden a la red de gas natural, ¿estas familias podrían prescindir de la red de gas utilizando los calefones solares?, ¿o necesitarían las dos cosas?
Bertinat.―Lo que estaríamos haciendo es un proceso de ahorro, porque en general el gas se utiliza para cocinar, para calefaccionarse en algunos casos, no en este tipo de ciudades porque realmente es muy caro, y para calentar agua. Es un gran ahorro, estaríamos ahorrando justamente una parte importante del gas, lo que se usa para calentar agua, y la estaríamos suplantando por energía solar. Es un ahorro, no una sustitución total; el ahorro del gas puede ser importante para los hogares y también para el país.
―¿El agua caliente serviría únicamente para cocinar?, ¿se podría usar también para bañarse?
Bertinat.―Es agua con fines sanitarios, básicamente para bañarse, para lavarse, para lavar la vajilla, para lavar todo lo que haga falta. Todos los fines domésticos se pueden cubrir con el agua calentada con energía solar sin ningún tipo de problema, en todo caso, hay que tenerlo en cuenta a la hora de dimensionar la instalación en función de los requerimientos. No hay ningún inconveniente en que toda el agua pueda ser calentada con energía solar.
―¿Qué es lo que hace falta para que esto pueda implementarse en la provincia?
Bertinat.―Nosotros vemos dos o tres barreras fundamentalmente. Por un lado, hay una barrera económica: estos equipos tienen un costo determinado y en los lugares donde se utiliza gas en tubo es un equipo que se amortiza en 3 ó 4 años. Lo pago con el ahorro de gas de 3 ó 4 años y el equipo dura; los fabricantes lo garantizan por casi 20 años, con lo cual, después queda un ahorro neto del gas. Sería muy interesante que hubiese créditos blandos o algún nivel de subsidio para abaratar el equipo. De cualquier manera, hoy es accesible en el sentido de que la taza de amortización es baja, pero bueno, hay que hacer la inversión. El segundo punto, una barrera importante que hay que vencer, es el desconocimiento por parte de la gente. No sólo de los funcionarios públicos que no tienen, en general, ni idea de estas alternativas, sino que la gente no conoce la tecnología. Hace falta también un proceso, por parte del Estado, de capacitación, de difusión tecnológica, y en ese sentido es muy importante mostrarle a la gente que es una tecnología probada, que existe hace muchísimos años, que hay muchos fabricantes en el país, que hay muchas universidades que están trabajando sobre esto. Esa es otra etapa también: mostrarle a la gente que es posible de llevar adelante.
―¿Existe en Santa Fe la infraestructura necesaria para fabricar los equipos?
Bertinat.―Es parte del proceso. En la provincia existe un fabricante de calefones solares, existen dos fabricantes de cocinas solares y hay vendedores en otras provincias; o importados. Esto prevé la idea de que se desarrollen emprendimientos locales, que pueda haber transferencia por parte de las universidades locales de tecnología para fabricar equipamientos, apoyo tecnológico, y que esto pueda ser una fuente de varios empleos. Estamos hablando de una cantidad de equipos muy importante que ni siquiera en estas condiciones podría abastecer la fabricación nacional actual. Estamos impulsando la idea de desarrollar un nuevo sector de la producción local, con la idea de poder abastecer, entre comillas, un nuevo mercado.
―Un familia que hoy no cuenta con la red de gas natural, entonces necesitaría de una inversión inicial para poder acceder a esta tecnología.
Bertinat.―A un equipo comercial sí. Nosotros, por supuesto, tenemos manuales de equipos para autoconstrucción, pero para acceder a un equipo comercial necesitaría algunos recursos que pueden venir de algún lado. El ejemplo es el caso chileno. En el caso chileno se aprobó una ley en donde hay un nivel de subsidio por parte del Estado, que esto tiene que ver con las políticas de Chile en función de poder suplantar el gas que antes importaba de Argentina. En las viviendas de tipo sociales, como nosotros las conocemos, el equipo tiene un subsidio total. Está subsidiado totalmente por parte del Estado, y a partir de allí, con una escala en función del valor de las viviendas, tienen subsidios que son decrecientes. Un subsidio total para las viviendas sociales y a medida que el ingreso de las familias o el valor de las viviendas se incrementa, los subsidios decrecen hasta que en los hogares de mayores ingresos no tienen subsidios, e impulsan que se lo compren, pero sin subsidios. Creo que este es un esquema que podría ser pensado, en el sentido de apoyar a aquellos sectores que hoy tienen más dificultades para acceder a un equipo, con los recursos que genera esta ley que existe en la provincia.
―¿En Santa Fé hay experiencias donde ya esté instalada la tecnología?
Bertinat.―Hay equipos, hay empresas que fabrican y hay empresas que venden. Hay una cantidad de equipos vendidos en la provincia que están en funcionamiento. Yo tengo uno en mi casa, pero es una experiencia muy dispersa aún, sin un apoyo formal por parte de políticas públicas que puedan darle un mayor potencial. Básicamente, está orientado a aquellos que pueden acceder a la tecnología o que la conocieron de alguna manera. Hay diseminados en toda la provincia una cantidad de equipos no menor, pero muy menor con respecto a lo que estamos planteando en este proyecto.
―¿Sería necesaria la sanción del proyecto de ordenanza que vienen impulsando?
Bertinat.―No necesariamente, son dos cosas paralelas, porque en el caso de los proyectos de ordenanza, son proyectos de obligatoriedad, de calefones solares en nuevas viviendas en las ciudades donde hay red de gas natural, pero estamos planteando que es muy importante avanzar en la sustitución de gas por la problemática del cambio climático, por la extinción del recurso, etc. Este proyecto que estamos presentando, es un proyecto para toda la provincia, pero centrado en aquellas localidades que no tienen gas natural, en general pequeños pueblos, pequeñas comunidades más aisladas, en donde la red no llegó y seguramente no va a llegar, y allí la ecuación económica realmente es muy favorable para avanzar con estos equipos.
―Entonces, también ven este proyecto como una alternativa para combatir el cambio climático.
Bertinat.―Totalmente. Es una medida concreta contra el cambio climático, pero no sólo eso, en la medida que tiende a construir otra cultura de relacionamiento con las recursos naturales, porque nos hace alejarnos de la utilización del gas, utilizar el sol, empezar a pensar y a vivir de otra manera. En concreto es una reducción de la utilización de gas y consecuentemente una reducción de gases de efecto invernadero. Esto es concreto.
* Por ten.inoizudorpotua@orubal para la moc.liamg@aldoibaicnega.
** Para conocer más sobre estas iniciativas del Taller Ecologista se puede visitar http://www.rosariosolar.tallerecologista.org.ar/