Camino al XI Encuentro de la UAC: «Se hace como que no existimos»
La formación de los militantes y activistas socioambientales será una de las principales actividades del undécimo encuentro nacional que la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC) realizará en la ciudad argentina de Córdoba.
Los temas que abordarán los talleres del primer día del encuentro de tres jornadas, entre el 11 y el 13 de diciembre, serán diversos. Se analizarán los territorios y el agronegocio, se hablará de soberanía alimentaria, de la minería y las luchas por el agua, de la contaminación urbana y también del derecho ambiental y la criminalización de la protesta.[1]
Uno de los talleres previstos, sobre la comunicación y el cambio social, viene siendo motorizado por el colectivo Indymedia Córdoba[2] y algunos encargados del área de prensa de la UAC. Javier Astrada, quien inicialmente participaba de la sección temática sobre pueblos originarios de Indymedia Argentina, fue uno de los impulsores del capítulo local del centro de medios independientes en la provincia. La Agencia de Noticias Biodiversidadla conversó con él, horas antes del inicio de la intensa agenda que tendrá esta nueva asamblea de la UAC, para conocer si es posible que las herramientas de comunicación en manos militantes contribuyan al cambio social.
¿Cómo ve a los movimientos sociales y ambientalistas el resto de la sociedad?, ¿cómo se ven ellos mismos? ¿Se los comprende, se los omite, se los calla? En esta charla con Astrada, intentamos encontrar algunas respuestas para saltar el cerco mediático de la comunicación unidireccional.
―Uno de los talleres que se va a realizar durante el encuentro de la UAC será el de comunicación, ¿en qué va a consistir?
Javier.―El taller de comunicación va a ir el primer día del encuentro y es parte de uno de los talleres que está previsto hacerse en torno a lo que significa la formación de los militantes y los participantes de la UAC, ya que vemos importante que no se quede solamente en el verse las caras y tejer estrategias comunes. Nos parece muy importante el tema de la formación, que creo que suele ser escasa en los movimientos sociales, en algunos, y en otros se labura bastante. Ahí planeamos hacer el taller. El taller se llama «La comunicación como herramienta para el cambio social» y consiste en, brevemente, un paneo sobre lo que son los medios de comunicación a nivel local, provincial, nacional y mundial. Luego se conversa un poco cuál es el rol y cómo las organizaciones podemos obtener esta herramienta que es para nosotros muy esencial, la comunicación, y que tiene tanto poder. Llevado más bien a la cuestión práctica se piensa en algunas estrategias de comunicación en general, se hace un tallercito de cómo armar una gacetilla, por ahí con las preguntas generales, y luego se hace una publicación en la página de Indymedia Córdoba como para cerrar el ciclo del taller.
―¿Se puede pensar y construir una comunicación para el cambio social?
Javier.―Sí, nosotros creemos que sí, siempre y cuando vaya de mano de las organizaciones también. Lo que intentamos es romper un poco este discurso que creo que es bastante engañador, en el sentido de que siempre nos han dicho que la comunicación se construye desde un lado hacia el otro, totalmente unidireccional, y que somos sujetos receptores y no emisores, o no podemos ser las dos cosas a la vez. Nosotros creemos que sí, que podemos ser emisores, receptores y también creemos que las organizaciones sociales, las organizaciones políticas y los grupos tienen que tener su propio vocero y su propia prensa. Ustedes lo saben bien con el tema de las temáticas de los derechos vulnerados del ambiente y esas cuestiones. Sinceramente, de parte del poder o de los medios masivos de comunicación, que son parte del poder creo yo, se nos ningunea, se hace como que no existimos, cuando por ahí las luchas que llevamos son bastante visibles, pero también son estrategias que van tomando desde el poder, desde el Gobierno, desde el Estado. Creo que es duro el tema de que no te visibilicen, porque es un golpe fuerte sobre todo para los compañeros y las compañeras que empiezan, que con esto de la militancia se esfuerzan tanto, viajan, hacen una acción y después no sale absolutamente en ningún lado.
―Evidentemente, cada vez que se piensa una acción se espera obtener un resultado, visibilizar una determinada problemática, ¿cuál es la mirada que sentís que hay en relación a las asambleas respecto al rol que juegan los medios de comunicación hegemónicos?
Javier.―Es complejo, no podemos negar la influencia o el peso que ha tenido y que tienen los medios de comunicación en las luchas medioambientales, sobre todo ahora, cuando uno prende cualquier canal de televisión a la noche y es seguro que ve un informe sobre algún lugar contaminado o algo así. El otro día, mirando y reflexionando sobre el enfoque que se le da, me daba cuenta de una cosa: por ejemplo, en la mayoría de los informes se muestra el problema, el conflicto, pero muy difícilmente se muestre a los vecinos, a las vecinas o al grupo organizado. Se los muestra como «Juan Pérez, el vecino» y nada más. Nunca se los muestra en la totalidad de un grupo, de un colectivo. Me parece que eso es, si son programas muy bien producidos, una cosa pensada también. Por un lado te dan un poco de difusión, cosa que le hace falta a las asambleas y a los grupos, pero por otro lado hasta ahí nomás. Es innegable que ha servido en muchos casos para visibilizar. Nosotros hemos estado en varias UAC y en el caso de San Juan, de Catamarca, lugares donde está absolutamente criminalizada la lucha de los grupos que se oponen a la minería, con manifestaciones de mucha gente en la calle, que era imposible decir que no existían, y en el diario local, en la radio local, nunca hablaron del tema. Entonces esto le pega fuerte a los compañeros y a las compañeras de las asambleas porque es bastante duro, sobre todo porque creo que todos le ponemos el cuerpo.
―¿Qué desafíos y qué logros ves en la UAC a nivel comunicación?
Javier.―El primero, que lo estamos logrando de a poco, es que los medios de comunicación alternativos, comunitarios, independientes, como cada uno le llama, o militantes, nos empecemos a conocer y, además de conocer, a hacer trabajos conjuntos para no desgastarnos. Me parece que es primordial esto. La idea va a ser seguir insistiendo en talleres. Ante el escaso equipamiento material, el escaso equipamiento técnico y el escaso dinero que movemos los medios más chicos, nos tenemos que empezar a juntar y ver cómo le hacemos frente. Otra de las cosas que me parecen super importantes es que las organizaciones tomen el tema de la prensa como un tema más importante. Yo creo que no es sólo hacer una marcha, hacer una movilización, hacer un escrache, hacer una acción y solamente pensar en cómo llegar a un lugar y qué vamos a hacer; creo que es muy importante en estos momentos, también a la hora de hacer una acción o algo parecido, pensar una estrategia de prensa prevista para lo que surja, sino me parece que todo este esfuerzo queda como en la nada. No solamente porque nos importe que pase para afuera, pero en las provincias que están muy castigadas por cuestiones de centralismo de poder, te hablo de Catamarca, de San Juan, que casi no hay medios alternativos, pequeños ni comunitarios, el tema de cómo saltar este cerco mediático que nos encierra es un tema muy importante; me parece que sería muy positivo para los grupos empezar a saltar ese cerco.
―Desde que comenzaron los encuentros de la UAC, ¿sentís que hubo avances en lo que hace a la comunicación hacia dentro del espacio?
Javier.―A mí me parece que sí, porque de a poco se han ido dando cosas, cosas muy interesantes, como por ejemplo, de hacer de manera suelta o espontánea a las coberturas que íbamos haciendo, hemos empezado internamente a organizarnos un poquito, tener una comisión de prensa que también aporta mucho a lo que es la conformación de las UAC. Una de las cosas que están muy buenas y es muy positiva, es buena destacar: en el último encuentro que se hizo de la Unión de Asambleas Ciudadanas en la ciudad de Jujuy, en Ledesma precisamente, la cobertura que salió de la noche del sábado fue una cobertura colectiva y no solamente de los compañeros y compañeras que trabajamos más específicamente con la prensa, sino de todos los que estaban. Se dijo: «En tal lugar hay una máquina, a los que les interese dejar sus fotos la dejan...»; en un momento, llegó un muchacho y dijo: «Yo escribí algo de lo que pasó esta noche y no sé, me gustaría que lo vean» y la cosa es que la cobertura salió con una crónica que un compañero hizo espontáneamente, con las fotos, una tirada de quince fotos de las cuales dos deben haber sido de una sola persona y las otras eran de diferentes personas. Eso fue muy fuerte después, contarlo, como que empieza a haber una importancia de lo que se produce, de no tenerle más miedo a esto que también creo que se ha inculcado mucho y se sigue inculcando desde todos los estamentos de la educación, del saber, del saber institucional: el saber que uno puede ir creando a la par de un compañero, de una compañera que le vaya pasando lo que sepa.
―Hacia afuera, hacia los medios de comunicación hegemónicos, hacia el resto de la sociedad, ¿qué impacto creés que perciben de la llegada de la UAC a una determinada provincia?
Javier.―Es diferente en casi todos los lugares, sobre todo porque estamos hablando de que en todos los lugares hay conflictos que son muy terribles en algunos casos; el tema de luchar en una soledad bastante grande. Por lo general, la primera impresión para la sociedad es que esta gente que estaba «loca», que estaba diciendo cosas, no está sola, y empieza a bajarle un poco la ficha de la problemática que tiene en su lugar. Esta cosa también ancestral que opera, donde mucha gente dice «si vino gente de Buenos Aires, gente de Córdoba o gente de Mendoza quiere decir que acá está pasando algo», cuando los propios vecinos hace mucho venían advirtiendo que había un conflicto, un problema. La primera impresión por ahí es esa: sorprenderse. La segunda, por parte de los medios de comunicación hegemónicos, se hace una tejida impresionante para decir que no pasó nada, que no hubo ningún encuentro, opacarlo, como ha sido en lugares emblemáticos como Catamarca, que se hizo una marcha a la noche «no permitida», porque no se pueden hacer manifestaciones sin el permiso de la policía. Se hizo una marcha de muchísima gente y lo único que salió reflejado en los medios masivos de comunicación al otro día fue una pintada que se hizo en la puerta de la Sociedad Rural. Entonces, esto es lo que trasciende para los medios masivos. Yo creo que el objetivo nuestro tiene que empezar a pensar en eso, a tejer estrategias más desde abajo, sino vamos a quedar un poco relegados con la información.
―¿Hay algo que te gustaría agregar?
Javier.―Hoy me preguntaban a la mañana, cuando hablaba con un compañero de una radio, qué podía decir respecto a la UAC. Yo le decía que no se si de la UAC o de otros espacios se puede decir mucho, porque no se puede teorizar, porque son espacios que están en construcción. Uno no sabe para dónde van a ir. Todos decimos que vaya para el mejor camino y que vaya creciendo en todo sentido, pero son espacios que se van construyendo y creemos que por ahora los conflictos van a seguir, creemos que las resistencias también van a seguir. Le tenemos que seguir poniendo el hombro y tenemos que empezar a ver de ampliar, porque esto no es algo que solo preocupa a un puñado de gente de un pueblo, sino que creo que afecta a la comunidad en general.
* Por ten.inoizudorpotua@orubal para la moc.liamg@aldoibaicnega.
** Sobre los desafíos y alcances de la UAC en la actual situación social y ambiental que vive la Argentina puede consultarse la nota «El debate político del presente es el tema ambiental», publicada por esta misma agencia.
Notas:
[1] La grilla completa de actividades se puede obtener en http://construyendolauacencordoba.blogspot.com/
[2] Se puede acceder a las notas editoriales y a la publicación abierta de Indymedia Córdoba aquí