Argentina: disputando la ciudad
Quince organizaciones sociales de distintos barrios de la ciudad santafecina de Rosario se reunieron el último sábado del mes de octubre para realizar el Tercer Foro Territorial de la Periferia, un encuentro liderado por el Grupo Independiente Rosarino Organizado Solidariamente (Giros), para reflexionar con aquellos que viven en la periferia urbana sobre las disputas territoriales que los tienen como principales protagonistas y consolidar un movimiento que a la ciudad del mañana la construya hoy.[1]
Giros se puso en marcha cinco años atrás, cuando un grupo de hermanos y amigos universitarios se juntaron para realizar trabajo barrial. El casi medio centenar de activistas que componen hoy la organización se dividen las tareas en áreas temáticas: Tierra y Vivienda, Cultura Popular y Economía Territorial. «En un principio, lo que hacíamos era solamente talleres con niños y jóvenes; cuando nos fuimos desarrollando, involucrándonos un poco más con las problemáticas que había en el barrio, empezamos también a diversificarnos nosotros hacia dentro de la organización», señala Tomás Monteverde, uno de los artífices de esta experiencia. «Hoy estamos tratando de apostar, en principio, a recomponer lo que tiene que ver con el tejido social deshecho después de años de neoliberalismo en Argentina», explica.
Uno de los informes que elaboró Giros cuenta que «un modelo de sociedad excluyente se impone en Rosario». La fragmentación que evidencia la ciudad se fue descubriendo con el trabajo en dos barrios rosarinos, Nuevo Alberdi y Empalme Graneros: con 1.444 ha en zonas estratégicas, un único grupo económico es dueño del 9% de la ciudad. Uno de los dos barrios, Nuevo Alberdi, fue afectado por las inundaciones del año 2007: «Nos cansamos de repetir cómo las trágicas inundaciones tenían que ver con la especulación (...), casualmente todos los countries y latifundios del monopolio se ubican bajo la mancha de inundabilidad», apunta el mismo documento.[2]
El egoísmo generado en la ciudad desplazó a la periferia a quienes no necesitaba; ahora, su ambición amenaza con expulsarlos nuevamente sedienta de nuevas tierras. «Es sorprendente observar como la zona del monopolio es la de mayor conectividad de toda la ciudad ―resalta el dossier elaborado por Giros―. Con los accesos ya existentes los territorios poseen una conectividad ideal».
En los últimos meses, en Empalme Graneros, un centro cultural comunitario que Giros venía construyendo para el barrio en tierras que funcionaban como basural fue derrumbado por la policía[3] y cuatro miembros de la agrupación fueron detenidos por una supuesta averiguación de antecedentes. Desnudos y contra la pared de la comisaría local los detenidos pudieron escuchar lo que los policías tenían para decir: «Nosotros ya les explicamos cómo es lo de la propiedad privada. Ustedes se piensan que porque son rubiecitos y universitarios van a tener trato preferencial, ya les vamos a enseñar»[4].
―¿Cuál es la tarea que realizás en el área de Tierra y Vivienda?
Tomás Monteverde.―La problemática de la tierra surgió ni bien llegamos al barrio. Se hablaba entre los vecinos de la cuestión de los desalojos. Ahí, en algún momento se iba a hacer un country y había un emprendimiento privado. Después que sufrimos la inundación en el año 2007, todos estos rumores que estaban corriendo y que habíamos, por suerte, empezado a trabajar en algunas de las asambleas, se empezaron a concretar, empezaron a aparecer algunos privados a apretar a algunos vecinos, a plantearles que si no se iban los iban a sacar a fin de año con topadoras, etc., y que ahí lo que se iba a hacer era un barrio privado, un country. A partir de eso empezamos, primero que nada, a investigar qué era esto que decían que iba a pasar y, además, a organizarnos con la gente para ver qué era lo otro que se podía hacer, que no sea solamente bancarse un desalojo. Por un lado estuvo la cuestión de la resistencia en el territorio, pero por otro lado el empezar a especializarnos en lo que tiene que ver con la problemática de la tierra, con la problemática de la vivienda y la construcción de la ciudad. Tenemos un sitio que se llama ciudadfragmentada.com.ar; intentamos lanzar al resto de la sociedad esta problemática que obviamente la sufren un montón de barrios y también se sufre a nivel de los alquileres y demás, con la idea de poder darle una vuelta al tratamiento de la ciudad. Creemos que es en la ciudad donde se expresan muchas de las desigualdades que hay. Particularmente en este caso, la periferia, ese lugar donde era expulsada la gente de pocos recursos, ahora está queriendo ser conquistada por esos barrios privados, para sacar provecho de esos espacios, que son los únicos lugares donde se pueden seguir expandiendo las ciudades. Esos intereses de empresarios y de gente relacionada al negocio inmobiliario choca directamente con la gente que está viviendo ahí; entonces, el trabajo que venimos haciendo es fuertemente territorial y de organización en ese sentido, pero también de especialización en esa materia.
―¿En qué barrios están trabajando?
Monteverde.―Nosotros estamos trabajando en Nuevo Alberdi, que es el primer barrio donde arrancamos, que queda en la zona noroeste de la ciudad. Fue el barrio que en 2007 se inundó y tuvo mucha repercusión a nivel nacional, hubo toda una lucha en cuanto al resarcimiento que entendíamos que tenía que recibir la gente por esa inundación; y también en Empalme Graneros, un barrio cercano que tiene problemas de las mismas características con esta cuestión de los emprendimientos privados en la zona y los desalojos.
―Realizaron el Tercer Foro Territorial de la Periferia, ¿de qué se trata este espacio?
Monteverde.―Viene en relación con la forma que nosotros entendemos que hay que empezar a encarar esto de la periferia, esto de la ciudad. El primero que hicimos, que fue el año pasado, tenía que ver con encontrarnos, conocernos y reconocernos con muchas de las organizaciones que están trabajando en la ciudad; que si bien en Rosario hay muchos grupos pequeños, muchos colectivos de estudiantes, de gente que está haciendo tareas vistas desde afuera chiquitas, la idea era poder juntarnos, todas esas organizaciones autónomas e independientes que hacíamos alguna tarea, para poder empezar a intercambiar qué era lo que estaba trabajando cada una en el barrio y qué era lo que encontrábamos en común. Además, apostando a que no sea solamente un encuentro de organizaciones tipo clásico, sino que se puedan acercar los vecinos de los barrios, que puedan acercarse y conocerse también entre ellos, con la experiencia fundamental de que se vea que hay mucha gente en la misma situación. En ese primer foro veíamos que las problemáticas comunes que había en toda la periferia de la ciudad se podían solucionar si uno se juntaba, se conocía con el otro y se daba cuenta de que estando en la misma, la única forma de solucionarlo era buscar una solución común.
Después de ese primer foro, que la idea era trabajar en mecánica de talleres, con dinámicas, con algunos disparadores, de modo tal que la discusión se de un poco más fluida y cercana, sobre todo a los vecinos de los barrios, pudimos hacer un segundo foro donde la conclusión que habíamos sacado tenía que ver con empezar a pensar esto de la periferia, esto de juntarnos, y si realmente lo hacíamos, la periferia podía comenzar a ser un actor de relevancia adentro de la ciudad. Es decir, podía disputar sentido, podía disputar propuesta, podía disputar política pública para ver la ciudad que nosotros queríamos.
En este tercer foro lo que hicimos fue eso, fue decir «empecemos a imaginar, empecemos a soñar» la ciudad que nosotros queremos. Esa ciudad que queremos inclusiva, que queremos igual, que queremos que coopere, que queremos solidaria, que justamente no hable de periferia y de centro, solamente de una ciudad que es una sola, que no segrega, que no separa. Empecémosla a pensar, discutamos cómo sería esa ciudad, pensémosla, imaginémosla. Así fue este tercer encuentro del cual nos llevamos, sobre todo, este espíritu de juntarnos con los otros y ver cómo hay muchos vecinos que muchas veces callados, que en el propio barrio la participación es mucho más tranquila, cuando se encuentran con otros se potencian y eso es muy gratificante para el trabajo cotidiano de todas las organizaciones.
―Sobre esta disputa por la periferia que mencionás, que era uno de los ejes que convocaban a este tercer foro, ¿pudo darse el debate con los vecinos?
Monteverde.―Uno intenta bajar lo más que se pueda, en el sentido de hacer accesible esa discusión. Planteando el «disputemos la ciudad» a lo mejor parece un tanto inabarcable e inaccesible, pero yo comentaba de plantearlo con dinámicas y que las discusiones se puedan dar. Lo que está bueno, y que por ahí sorprende, es que es una discusión que se puede dar, porque sobre todo esa ciudad que es injusta, esa ciudad que está en disputa, la que principalmente la padecen son los sectores más relegados, esos sectores que fueron expulsados hacia la periferia, y la entienden como eso. No hay que saber muchísimo para entender que cuando surge un desalojo el que se tiene que correr es uno, que el Estado está ausente o la única forma de estar presente es dejando hacer a los privados. Creemos que cuando pudimos dar esas discusiones a los vecinos los fortalece, porque también comprenden cómo es la situación en esto de la ciudad que se disputa, y además hay un trabajo reflexivo y propositivo que enriquece mucho más el trabajo de todos, que nos fuimos a conocer en ese foro y nos volvemos a los barrios cargados de pilas, cargados de expectativas y de ganas de trabajar para poder fortalecer mucho más todos estos lazos.
―¿El objetivo es generar un movimiento de la periferia?
Monteverde.―Nosotros lo que decimos es que con estos foros el gran objetivo sería que todas esas organizaciones que nos vamos encontrando, y que vamos llegando a grados de articulación o de coordinación en estos espacios, pudieran garantizar esto en algún momento. Por eso nosotros hablamos de «hacia el Movimiento de la Periferia», poder garantizar que nos demos una capacidad de organización y una capacidad de articulación, que se pueda hablar de un movimiento de la periferia, que se pueda hablar de que la periferia está unida, de que esos barrios están trabajando de forma tal que todo lo que se propongan sea mucho más realizable. Cuando uno los esfuerzos los sostiene separados por toda la ciudad, probablemente sea mucho menos fuerte esto que proponga y eso que dispute. Es hacia el movimiento, hacia el construir ese algo que nosotros entendemos que puede tomar muchísima forma, pero que básicamente habla de una unión, de un juntarse entre todas las organizaciones.
Economías desde el territorio
Caren Tepp participa en el área de Economía Territorial de Giros, uno de los segmentos temáticos de la organización que surgió hace un año con el objetivo de generar emprendimientos productivos asociativos basados en la solidaridad y la cooperación. «Empezamos a hacer lo que llamamos jornadas de economía territorial, que eran días concretos donde juntábamos a varios vecinos del barrio y realizábamos algún tipo de producción», cuenta Tepp sobre el inicio de esta práctica económica que parte de rescatar los propios conocimientos que ya tenían los vecinos. Este año comenzaron a buscar financiamiento para comenzar la producción ―principalmente de alimentos― a mayor escala. La propuesta es «salir de la economía barrial hacia una economía que tenga impacto local». Hoy se encuentran funcionando en Nuevo Alberdi una cooperativa de trabajo textil, una cooperativa de construcción y un parque huerta «que pronto va a tener su parte de granja educativa»; en Empalme Graneros, ya funciona una panificadora.
―¿Qué significa para ustedes el concepto de economía territorial?
Caren Tepp.―¿Por qué economía territorial y no economía social o solidaria? Nuestra idea es darle mayor impacto a lo que son las economías barriales, darle la dimensión que tienen y tener de objetivo salir de lo que es únicamente el barrio o la mini economía para poder pensar en estrategias de producción y comercialización, en otros valores, pero en escala también. Territorial hace referencia a todo lo que es el trabajo de Giros, que tiene una fuerte inserción territorial, no solamente por el compromiso en el trabajo barrial, sino como una nueva forma de entender y hacer las prácticas políticas. Territorial es básicamente la estrategia que nosotros nos damos en los distintos ámbitos de actuación. Creemos que el territorio es el seno y un buen punto de partida para empezar a pensar en otra forma de hacer las cosas.
―¿Se podría hablar entonces de una economía que parte de la periferia para abrirse a la ciudad?
Tepp.―Exactamente. Como lo es en la economía, lo es en los otros ejes culturales de Giros y de la asamblea, que tienen su seno en la periferia, que la defienden, que la construyen, pero que quieren también que eso no quede ahí, sino que van por un poco más; van porque estas nuevas pautas y relaciones sociales, y esta nueva conformación del tejido social, tenga un cambio en la sociedad más allá de la militancia en un solo barrio, el cambio en un solo barrio. Creemos que eso que hacemos en la periferia con los vecinos es también nuestra misión darlo a conocer y contagiarlo en otros ámbitos, otros ámbitos barriales, como también en el plano estudiantil, gremial. Creemos que en ese sentido lo territorial es nuestra esencia, el origen, pero también es el destino pensado como una nueva forma de relaciones sociales, políticas y culturales.
―¿Sienten a la economía territorial como una alternativa para estas familias?
Tepp.―Sí, sin ninguna duda es uno de los objetivos a corto plazo, ser realmente una alternativa para las familias, para los núcleos familiares del barrio, la posibilidad de generar fuentes de trabajo genuino, poder ser realmente los protagonistas en estos emprendimientos productivos y poder llegar a tener algo que no suele pasar por los distintos ámbitos laborales donde uno se desempeña, que es el poder tomar decisiones hacia cómo queremos que se distribuyan los ingresos, a quién queremos vender nuestra producción, de dónde vamos a obtener los insumos. Para nosotros es una alternativa, no solamente económica y laboral, sino que es una alternativa de vida.
―Por lo que contás, la idea no es solo apuntar a una economía de subsistencia, sino más bien a un trabajo con mayor estabilidad para la gente.
Tepp.―Sí, sí. Creemos que por ahí también nos corrimos un poco de ese concepto de economía solidaria, que no es por ahí la esencia, pero que quedó atado a la economía de subsistencia o a la economía familiar como complementaria a lo que es un trabajo formal. Apostamos a que se puedan generar acá otras formas de armar los proyectos productivos y comerciales, con otros valores, que seguramente empezarán a un nivel muy micro, pero que las expectativas es que sean realmente una alternativa para la gente del barrio.
―¿Cómo es la relación que tienen con los vecinos?, ¿cómo llevan estos emprendimientos al resto de la ciudad?
Tepp.―Nuestra relación con los vecinos es básicamente a través de la Asamblea Popular de Nuevo Alberdi, que es un espacio de discusión y práctica en el barrio, que lo fuimos construyendo en estos años de trabajo junto a los vecinos y a otras instituciones, y es el espacio donde se van gestando todas las ideas y proyectos que tenemos; vamos viendo la manera de viabilizarlos. También nos vamos organizando en áreas, vamos dividiendo funciones, de manera tal de poder ir concretando todas esas ideas y sueños. Y por otro lado, la asamblea de Giros a nivel ciudad está generando ciertos ámbitos como los son los foros territoriales de la periferia, en donde nos juntamos con otras organizaciones territoriales a pensar proyectos a mayor escala. Esta misma dinámica y esta misma forma que tenemos nosotros de trabajo en el barrio, la idea es poder trasladarlo a escala de la ciudad.
―¿Cuántas familias en este momento están desarrollando esta economía territorial?
Tepp.―Hay alrededor de 40 familias que están en algún tipo de emprendimiento dentro del barrio Nuevo Alberdi y Empalme Graneros, en algún emprendimiento productivo. Igualmente estas son las fuentes de trabajo que se fueron generando desde la asamblea; dentro del barrio, el índice de desocupación de lo que es la zona rural es muy bajo debido a que tienen mucho desarrollo de producción rural, fundamentalmente la producción de hornos de ladrillo y cría de animales. Esos son algunos puntos estratégicos que estamos viendo para potenciar.
―Existen intereses inmobiliarios en la zona, ¿han sufrido algún tipo de intimidación por sus prácticas y la construcción cotidiana de alternativas?
Tepp.―En la zona donde trabajamos y estamos desarrollando estos emprendimientos hay un fuerte interés inmobiliario. Hace varios años que viene lo que nosotros llamamos un desalojo silencioso en el barrio, donde las presiones se dan vecino por vecino. No hay una instancia particular o fuertemente visible, sino lo que se suele dar es el ir tratando de convencer, de persuadir o de extorsionar vecino por vecino. Esa es la situación que se da en el barrio Nuevo Alberdi. Puntualmente en Empalme Graneros, donde también hay fuertes intereses inmobiliarios, sufrimos un ataque más directo, que fue la destrucción de nuestro centro cultural comunitario. Lamentablemente, la concentración de la tierra en Rosario es muy fuerte y cuando uno empieza a trabajar en ciertos territorios que tienen alto valor inmobiliario y una alta especulación, empiezan a surgir estas cosas; por eso nuestra estrategia es fortalecer lo que hoy existe y fortalecernos junto con los vecinos en los proyectos que hacen a un estilo de vida particular.
Por ten.inoizudorpotua@orubal para la moc.liamg@aldoibaicnega.
Notas:
[1] Giros. «Hacia el Movimiento de la Periferia», 29 octubre 2009. ( http://argentina.indymedia.org ).
[2] Giros. «Denuncia pública, el gran Rosario el próximo conurbano y los dueños de la ciudad». ( http://www.girosrosario.org ).
[3] Prensa de Frente. «Desalojan y derrumban centro cultural comunitario en Rosario», 14 julio 2009. ( http://www.prensadefrente.org ).
[4] Prensa de Frente. «La policía detuvo e intimidó a cuatro integrantes de Giros en Empalme Graneros», 3 agosto 2009. ( http://www.prensadefrente.org ).