Argentina: a tomar el agua
La Coordinadora Córdoba en Defensa del Agua y la Vida (CCODAV) desde hace varios años denuncia la grave crisis hídrica que afecta a la provincia. En la actualidad, los funcionarios municipales, el propio gobierno y la empresa prestataria del servicio de agua responsabiliza a los ciudadanos cordobeses de consumir 400 litros de agua por día, siendo que el uso de este líquido para consumo humano ―explica la CCODAV― representa solo el 5% del uso total, y el riego se lleva el 75%.
Sumado a la presión que ejerce la expansión inmobiliaria, la CCODAV atribuye el secado de cuencas y acuíferos a la privatización de la empresa provincial de obras sanitarias. Controlada por la trasnacional Suez desde hace doce años, solo en los últimos dos realizó cinco aumentos tarifarios que elevaron el costo del sevicio en un 60%. La empresa, denominada Aguas Cordobesas, difícilmente mantiene en condiciones las septuagenarias cañerías que atraviesan la capital provincial. Por otra parte, también es señalado por la coordinadora del agua el complejo agroexportador, por haber devastado alrededor del 95% del bosque nativo e incendiado el 5% restante para obtener una superficie de siembra de casi seis millones de hectáreas. Esta situación, más la contaminación producida por el uso de agrotóxicos «hirió de muerte el ciclo natural del agua, el clima y los ecosistemas», señala la CCODAV en su último comunicado.[1]
«Organización y lucha es lo único que nos queda para poder resolver esto, y bueno, plantarse ante el gobierno, porque no puede ser que se prioricen más los agronegocios que la vida misma de las personas», dice Oscar Martínez, militante del MTR, uno de los movimientos que participan en la coordinadora. Oscar explica que en todo el 2008 cayeron 600 milímetros de agua en la ciudad de Córdoba, mientras que en lo que va de 2009 ―a menos de dos meses de que termine el año― los milímetros de agua caída fueron menos de 400.
«¿Qué podemos hacer para ahorrar agua? ¿No usar el inodoro, no lavarnos los dientes o bañarnos menos?», pregunta la CCODAV y afirma: «Participar, organizarse y luchar; crear una empresa de agua pública y comunitaria gestionada por los usuarios y trabajadores». Por ahí parece ir la respuesta, como también asiente Oscar: «Vamos a lograr revertir esta situación en la medida que sigamos organizándonos y luchando (...), la propuesta más fuerte que está dando vueltas es que el miércoles haya una gran movilización a la ciudad bajo la consigna de que "tenemos que tomar el agua", el agua vale más mucho más que la soja».
―¿Cuáles son las causas profundas que han originado esta situación?
Martínez.―La situación de crisis hídrica en nuestra provincia está marcada hace varios años. Lo venimos denunciando abiertamente desde cuando éramos la vieja comisión del agua y ahora como coordinadora; estamos llegando a una situación donde, sin ser catastróficos, nos aventuramos a decir que estamos entrando en colapso hídrico, porque ha sido talado todo el bosque autóctono. En el avance de la frontera de la soja, en diez años el 92% del bosque autóctono de Córdoba ha desaparecido. El descalabro del avance inmobiliario en las Sierras Chicas sobre todo, y en la ciudad capital, sin un planeamiento urbano, sin ninguna medida de control estatal, ha llevado a que el poco recurso que hay de agua sea utilizado para los countries, para los sectores más pudientes. A eso tenés que agregar que el canal del Dique Los Molinos, que abastece a casi la mitad de la ciudad, es un canal a cielo abierto, está siendo continuamente bombardeado y fumigado con miles y miles de litros de agrotóxicos. Los números que no dice nadie: el 75% del agua en Córdoba es consumida por el complejo sojero y la industria; del resto, solamente el 5% queda para el consumo humano en una población estimada en la provincia de más de 2 millones de habitantes. No hay obras de extensiones de red. Hay localidades como la de Rayo Cortado donde están sin agua los pozos, se han secado, y el lugar más cercano es a 20 kilómetros. Estamos ante una situación que los medios de comunicación intentan ocultar por todos los motivos. Tenemos camiones que se encargan de cargar agua en la ciudad y se van al interior y la venden, así lisa y llanamente, a pueblos como Rayo Cortado, localidades del interior muy cercanas a la ciudad capital. Esto ante los ojos de la policía caminera, del gobierno y demás; están lucrando con una necesidad vital como es el agua.
Hay una fuerte campaña de la empresa concesionaria del agua, Suez, donde culpabiliza a los cordobeses de la falta de agua. Estamos en una etapa donde los mismos vecinos están denunciándose entre ellos. El gobierno empezó a aplicar multas a los vecinos que riegan la vereda o que lavan un auto, pero nada se dice de que el 75% del agua es utilizada por el complejo sojero y la industria. Nosotros no creemos que sean los vecinos los responsables de la sequía y de la falta de agua. En todo caso, nos tratan de culpabilizar a nosotros, nos hacen creer que porque usamos el inodoro dos veces por día, porque lavamos los platos o porque queremos baldear una vereda, somos culpables de la falta de agua, cuando en realidad acá una solución urgente y rápida sería una intervención del Estado, con sus organismos de control, sobre las empresas, para evitar el derroche cerrándole el grifo al complejo sojero, para permitir que el poco caudal de agua que hay en este momento llegue a la ciudad. Esa sería la solución, no que estemos los vecinos peleándonos para ver quién usa un cuerito más, un cuerito menos, que seguramente es importante, seguramente también hay que generar conciencia en el uso responsable del agua, pero nosotros no somos los culpables de que no tengamos agua en este momento.
―¿Cuál ha sido la reacción del gobierno ante esta situación de emergencia?
Martínez.―Es un cinismo total. Desde empezar a reflotar viejos emprendimientos y proyectos que son contra natura, como los trasvasamientos de cuenca; o proyectos faraónicos, desde extraer agua del Rio Paraná de Santa Fe o del Rio Dulce de Santiago del Estero, donde casualmente los proyectos, lo que han mostrado en los mapas y esquemas que hacen públicamente, pasan por los sectores donde están los campos de soja. Como última instancia, si alcanza y si se puede, puede que llegue agua para consumo humano. Un cinismo total, un total acoplamiento con la política de las empresas, en ningún momento denunciando a los verdaderos responsables. Nosotros creemos que tenemos el derecho al uso del agua. Todavía siguen habiendo barrios sin agua en Córdoba; los sectores medios que quieren mandar a sus chicos en vacaciones de verano a una pileta o lo que sea, no lo van a poder hacer, porque por las reglamentaciones nuevas que están surgiendo está prohibido hasta llenar una pileta de agua. Insisto de vuelta: nada se dice de los miles y miles de litros de agua por día que son consumidos por las empresas y por el complejo sojero.
―Esta crisis castiga aún más a quienes ya no tenían acceso a la red de agua.
Martínez.―Es muy complejo. Nosotros estamos denunciando también a los especuladores del agua. Creemos que son personas que ya han caído en lo más bajo, porque lucrar con el agua es para nosotros inadmisible desde todo punto de vista. Está en manos de ellos, de los aguateros, que llevan camiones o bidones de agua a los barrios humildes, a los lugares a vender el agua. Lisa y llanamente se está vendiendo el agua.
―Se sigue favoreciendo la expansión del modelo agropecuario. Ustedes tienen relación con el movimiento campesino, ¿cómo ven que están pasando ellos esta situación?
Martínez.―Venimos articulando, seguimos dando la pelea porque queremos que de una vez por todas se reglamente la ley de bosques, que fue aprobada y que aquí en la provincia de Córdoba todavía no ha sido reglamentada y está permitiendo hacer estas barbaridades a los sojeros. Vamos a hacer una intervención callejera en pleno centro de la ciudad bajo la consigna «tomemos el agua», porque nos parece que esa tiene que ser la consigna para romper el discurso. Nosotros tenemos que tomar el agua, no podemos estar privándonos por órdenes directas del gobierno y de las empresas que manejan los medios de comunicación; romper esto de que la culpa es nuestra. El consumo promedio de los cordobeses es de entre 200 y 300 litros de agua por día y no se compara en nada con otros países. Estados Unidos consume por ejemplo 800 litros de agua por día por persona, por dar un ejemplo. Nosotros contamos con los recursos hídricos necesarios para abastecer a la ciudad, el problema es qué se prioriza primero: la posibilidad de que podamos tener un vaso de agua en nuestras casas o esas nefastas plantas transgénicas.
* Por ten.inoizudorpotua@orubal para la moc.liamg@aldoibaicnega.
Notas:
[1] Coordinadora en Defensa del Agua (CCODAV). «Convocatoria a asamblea», 3 noviembre 2009. ( Indymedia ).