Argentina: Las mujeres crean y comparten el conocimiento
Con la finalidad de conocerse un poco más y acortar la brecha tecnológica que las separa de los hombres, las «chicas» que en sus prácticas cotidianas se vinculan con el software libre, técnica o filosóficamente, están organizando un evento abierto a todos los géneros, pero donde las que tendrán la palabra como oradoras serán exclusivamente ellas.[1]
Dentro del grupo de mujeres que vienen promoviendo la realización de este encuentro, llamado «Software Libre, Pasión de Mujeres», se encuentran Margarita Manterola y Beatriz Busaniche. Manterola es desarrolladora del sistema operativo libre Debian y participa del LugFi, el grupo de usuarios de GNU/Linux de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Busaniche es Licenciada en Comunicación Social y da clases en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA; además, es miembro de CaFeLug, el grupo de software libre de la Capital Federal, y una de las fundadoras de Wikimedia Argentina, el capítulo local de la Fundación Wikimedia, la organización sin fines de lucro detrás de la enciclopedia colaborativa Wikipedia.
Según explica el proyecto Debian «un diccionario inglés lista al menos veinte significados diferentes para "libre"», pero tan solo uno de ellos significa sin coste alguno. «El resto se refiere a la libertad y a la falta de restricciones. Cuando hablamos de software libre, nos referimos a la libertad, no al precio».[2]
La Agencia de Noticias Biodiversidadla se comunicó con Margarita y Beatriz para conocer cómo se relacionan las mujeres con el software libre hoy en Argentina. ¿Cuáles fueron sus primeros pasos en el tema?, la idea detrás del evento. ¿Existe una visión femenina en relación a estas tecnologías? Las primeras reacciones de los hombres. Del absolutismo machista de mandar a la mujer a lavar los platos a la creación de conocimiento y el fortalecimiento de los vínculos a través de un teclado.
―Vienen pensando un evento acerca de las mujeres y el software libre, ¿cómo surge la idea de un encuentro de estas características?
Margarita.―La razón básica, por la cual surge esta idea, es una brecha que hay en la participación de mujeres en el área de software libre, que es muy notoria. En el área de las tecnologías, en general hay poca participación de mujeres; en informática, según el país, la región, los distintos estratos sociales y demás, hay entre un diez y un veinte por ciento de participación de mujeres. Pero en el área del software libre es un uno por ciento la participación de las mujeres, es decir, que es un orden de magnitud menor. Entonces, las mujeres que estamos en el software libre lo notamos todos los días y es algo que nos llama la atención, y nos choca. Por eso surgió la idea de hacer el evento y tratar de buscar, en cierto modo, alguna solución a ese problema.
Beatriz.―Vamos a estar en jornada completa desde temprano a la mañana, tipo nueve, hasta las siete de la tarde. La idea de este evento es un poco exploratoria. Fue decir ¿quiénes somos?, ¿quiénes hay?, ¿quiénes están haciendo algo?, ¿somos siempre las mismas?, ¿las que ya nos conocemos?, ¿cómo podemos potenciarnos?, ¿cómo podemos hacer para ser más? Tenemos un problema serio, es que en general en el campo de las tecnologías existe una brecha de género. Está instalada esa idea de que las tecnologías son cosas de hombres, pero en el campo del software libre esa brecha es todavía más grande, la brecha es gigantezca. Hay proyectos en los cuales no hay ninguna mujer, hay proyectos en los cuales hay una o dos mujeres, ese es casi el tope, el máximo. En el caso de Vía Libre somos unas cuantas mujeres que participamos activamente, pero es la excepción y no la regla. Creo que el primer objetivo está cumplido por amplio margen, porque desde que empezamos a organizar el evento nos hemos encontrado con que hay un montón de mujeres que no conocíamos, que de repente se están acercando y diciendo: «Yo soy de Neuquén y soy docente, y hago esto»; «yo soy de Tucumán, soy ingeniera, soy la única mujer de mi grupo». Cosas por el estilo han estado surgiendo desde que tiramos la idea de hacer el evento. Es increíble, porque hay un montón de mujeres que están por ahí, que están activas y que, por lo menos nosotras, no conocíamos. Ahora nos estamos conociendo, nos estamos organizando y ese día nos vamos a juntar cara a cara, vamos a charlar, vamos a ver en qué anda cada una y seguramente van a salir cosas para el futuro.
―¿Quiénes vienen pensando el encuentro?
Margarita.―Somos varias que ya nos conocemos de hace años de vernos en otros eventos que no son de mujeres, sino que son de software libre en general, en los cuales las mujeres somos dos o tres, así que ya nos conocemos. Lo empezamos a pensar entre Beatriz, Rayentray Tappa, del GrULiC ―Grupo de Usuarios de software Libre de la provincia de Córdoba―, y una chica que se llama Gabriela, que en realidad es de Uruguay, pero que fue la que nos dio la idea de hacer este evento, porque ella estuvo en Estados Unidos en un evento de mujeres, nos contó que había estado muy bueno y nos dio la idea de hacer un evento así en Argentina. Aunque ella es de Montevideo prometió que va a venir. Después abrimos una convocatoria mucho más amplia y se nos han sumado mujeres de todo el país que están en distintos proyectos de software libre, muchas que están en proyectos educativos en escuelas, universidades; otras, están en otras cosas: en bioingeniería, en diseño, en diversas cosas usan software libre y nosotras no teníamos ni idea, pero al abrir la convocatoria se nos han ido sumando y eso ha sido muy positivo, porque tenemos una lista de correo y pudimos formar un grupo de más de treinta mujeres de todos lados del país que están realmente muy comprometidas con el software libre.
―¿Hay una visión particular que las mujeres podrían imprimir en las herramientas de software libre?
Margarita.―No se, claramente hay una diferencia, pero a nosotros en realidad lo que nos preocupa es que hay mujeres que les interesa o les interesaría el software libre, pero ante la gran abundancia de hombres y la escasez de mujeres, como que se sienten desalentadas. Nosotros lo que queremos es que el software libre sea inclusivo y que cualquiera, sea varón o mujer, pueda participar de la misma forma, que no sea una cuestión de «esto es solo de varones y las mujeres que se vayan a lavar los platos». Que sea algo inclusivo para todos. Pensamos que hay mucho talento que nos estamos perdiendo por el hecho de que cuando vas a un evento de software libre si sos mujer sos la única y todos te miran como el bicho raro o te tratan de «levantar», o te tratan de «¿sos la novia de quién?», porque sino por qué vas a estar ahí. Queremos que todas las mujeres que no se acercan al software libre por esas cuestiones tengan la posibilidad de acercarse.
Beatriz.―No lo tengo muy claro. Supongo que quizás eso surja en el evento. Sí creo que las mujeres somos muchas, tenemos un montón de roles en los cuales el software libre puede encajar perfectamente. Por ejemplo, si vemos que en el campo docente la mayor brecha de género es completamente al revés, la gran mayoría son mujeres, entonces me parece que haya mujeres en este campo puede sumar muchísimo al software libre. Si pensamos en las madres que trabajan con sus hijos cuando hacen las tareas, cuando vuelven de la escuela, que participan en la vida escolar, también hay ahí una distribución de género bastante poco equitativa, poco equitativa en el sentido contrario: son muchas más las mujeres que se dedican a su casa, a sus hijos y a estas cuestiones. Sabemos que ahí las mujeres pueden aportar mucho a la difusión del software libre. Quizás esto también nos de otra mirada, quizás los perfiles de las mujeres. Además de la cantidad de técnicas, de mujeres ingenieras y mujeres informáticas que hay por ahí, hay muchas mujeres que hacemos otras cosas. Yo misma vengo del campo de la comunicación. Muchas de las mujeres que se están sumando vienen del campo del diseño, del campo del arte, del campo de la docencia. Entonces, creo que como primera respuesta, y muy provisoria, las mujeres podemos aportar una gran diversidad y ampliar la mirada del software libre hacia otros campos, hacia otras perspectivas. No tengo claro cuáles todavía, pero veremos qué sale de las conversaciones del evento.
―¿Cómo se involucraron en el tema del software libre?
Margarita.―Me involucré porque mi novio, en ese momento, actualmente mi marido, fue a un evento de software libre en el año 2000 y volvió de ese evento súper fanatizado. Me lo contó y después de que él me lo contó yo me empecé a involucrar. En realidad yo soy uno de los ejemplos de que me involucré a través de mi novio, pero no todas las mujeres están en esa situación. De todas maneras, él me lo contó y su fanatismo, en mi, despertó interés y después yo me involucré muchísimo, más allá de lo que él me había contado. No es que solo participo porque él está.
Beatriz.―Yo me empecé a meter en el software libre hace tanto... Creo que fue por accidente, como muchas otras cosas que a uno le pasan en la vida. En realidad, a mí me interesaban las nuevas tecnologías desde un costado, sociológicamente, desde usos sociales, prácticas, impactos en el trabajo y demás, y estudiando la cuestión de nuevas tecnologías me topé con este fenomeno que es el software libre y me encantó, me sedujo, me pareció que era un campo de intervención social interesante, me pareció que era una perspectiva que tenía algo más que el simple «usen o no usen» o el simple difundir una tecnología. Me pareció que tenía una cosmovisión integral de cómo son las relaciones sociales hoy día en el campo del ciberespacio, en el campo de la adopción de nuevas tecnologías. Me pareció que era una de las pocas cuestiones que tenía una mirada integral: una mirada de pensar relaciones de poder, de pensar relaciones de dominación, de pensar políticamente. Me sedujo y me metí en este tema. Llegué al software libre por el campo social más que por el campo técnico.
―Existe un proyecto de Debian pensado por mujeres, ¿de qué se trata?
Margarita.―Ese proyecto, en parte, es una inspiración por la cual hacemos el evento. El proyecto Debian Women[3], que empezó en el 2004, surgió también por este mismo problema de que en Debian, en ese momento, habían 1.000 desarrolladores aproximadamente y solo tres eran mujeres. Esas tres que eran mujeres decían «no queremos ser las únicas tres mujeres» e hicieron este proyecto Debian Women para tratar de acercar a más mujeres al desarrollo de Debian. Yo pienso que en gran parte me hice desarrolladora de Debian gracias a ese proyecto, porque en la lista de correo, en la lista de chat, en todos los encuentros que hubo, había mucha buena onda, mucha apertura a la gente nueva, ese tipo de cosas que en Debian no había, pero que ahora sí hay. Gracias al proyecto Debian Women se logró cambiar el clima del proyecto Debian en general. El proyecto no solo logró atraer más mujeres a Debian, que ahora en vez de tres somos once las desarrolladoras, sino que además logró cambiar el clima: tener una actitud mucho más inclusiva, mucho más tolerante al que es novato, tolerante a la diversidad en general. Para mí fue realmente muy exitoso, no solo porque logró atraer más mujeres al proyecto, sino porque logró cambiar todo el entorno.
―¿En Argentina, en este momento, existe algún espacio que articule a las mujeres en relación al software libre?
Margarita.―En este momento no existe, pero nosotras, cuando empezamos a organizar el evento, formamos una lista de correo y creo que es probable que a partir de esa lista de correo, y a partir del evento que vamos a tener en diciembre, se pase a formar un grupo más consolidado. En este momento, somos simplemente mujeres que nos comunicamos a través de esa lista, pero pienso que es probable que se termine formando un grupo de eso.
Beatriz.―Hay espacios según proyectos. Por ejemplo están las chicas de Debian Women, que es un espacio internacional, están las chicas de KDE, las chicas de GNOME, están las Linux Chix, en Brasil hay un grupo PSL Mulheres, había un grupo en Bolivia, pero transversales al software libre en general yo no conozco acá.[4] Habíamos hecho algo de manera incipiente hace algunos años, que se marchitó un poco y quedó ahí, y bueno, ahora armamos una lista de correo donde estamos articulando; es un grupo en USLA, Usuarios de Software Libre Argentina, que se llama «chicas»[5], una lista de correo nada más, donde estamos articulándonos para este evento. Una lista de organización que yo imagino que va a quedar como semilla para construir un espacio de articulación femenina en el campo del software libre, pero está por verse. Veremos que pasa después del evento.
―¿Hay algo que te gustaría agregar?
Beatriz.―Hemos recibido algunas críticas cuando nos pusimos a pensar el evento. Algunos muchachos nos dijeron que éramos discriminadoras porque el evento era para mujeres. Me gustaría decir que el evento tiene la característica de que es solo con panelistas mujeres, en el estrado van a estar mujeres, pero el evento es para todo el mundo y no tiene distinción, y entendemos que el problema de género es un problema de todos y todas. Es un problema también para repensar qué hace la gente de la comunidad de software libre en Argentina como para que haya tan pocas mujeres. Me parece que esa es una pregunta general, no es una pregunta para las mujeres. Las mujeres que estamos en este evento estamos en la comunidad y queremos saber por qué no están las demás. La idea es que venga mucha gente al evento, mujeres, hombres, niñas, niños, todas las personas que se sientan femeninas; no vamos a hacer ninguna distinción. No creemos que el género sea una cuestión de solo hombres y mujeres, así que la invitación está abierta. Van a haber dos aulas en paralelo: una técnica, una filosófica y un espacio de socialización. Las aulas se van a llamar Ada Lovelace[6] y Grace Hopper[7], en homenaje a dos grandes programadoras de la historia. Queremos recuperar a las mujeres de la historia de la tecnología, que en muchos casos han sido muy escondidas y muy poco reconocidas. El encuentro se realizará el próximo sábado 5 de diciembre, de 9 a 19 en el Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543, 3.er piso) de la ciudad de Buenos Aires.
* Por ten.inoizudorpotua@orubal para la moc.liamg@aldoibaicnega.
Notas:
[2] Debian
[4] KDE y GNOME son dos entornos de escritorio libres para sistemas operativos tipo GNU/Linux.
[5] http://listas.usla.org.ar/cgi-bin/mailman/listinfo/chicas
[6] Ada Lovelace (1815 - 1852) es conocida como la madre de la programación informática, previendo la capacidad de las computadoras de ir más allá de los simples cálculos de números.
[7] Grace Hopper (1906 - 1992) fue una científica especializada en Matemáticas y una militar norteamericana considerada una pionera en el mundo de la informática.