Argentina: Actividad de topadoras en "El Hoyo"
El 9 de agosto, el MOCASE (Movimiento Campesino de Santiago del Estero) comunica que topadoras comenzaron a trabajar en la comunidad de "El Hoyo", departamento Moreno. El conflicto se originó el 1.º de mayo, cuando una banda armada, presumiblemente contratada por un empresario de origen cordobés, intentó desalojar a más de sesenta familias lugareñas, hiriendo a un comunero durante la balacera.
Diálogo con Miguel Almaraz (19), miembro del MOCASE.*
P: ¿Cómo entra en escena este empresario cordobés que les disputa los campos? ¿Cuál es el estado de la posesión de la tierra entre los campesinos de "El Hoyo"?
R: El ingreso del empresario con su banda armada se da en mayo, en un lugar que había sido alambrado por la comunidad. Los muchachos de nuestra comunidad siguen laburando y constantemente reciben amenazas de esta banda. El 5 de mayo hieren a un compañero (véase "Un campesino baleado por grupo armado"). El único derecho que tenemos en cuanto a la cuestión legal es la posesión: venimos viviendo hace más de seis generaciones, mucho más de doscientos años. Papeles no tenemos, ni títulos del campo. Somos sesenta y tres familias, aproximadamente quinientos habitantes, y la cantidad de hectáreas que están en conflicto son unas 3000 ha: bosques que han sido cuidados generación tras generación.
P: Ahora ha comenzado a desmontar el lugar para iniciar la producción de ganado...
R: No sabemos cuáles son los objetivos, pero se supone que es soja. Hay un dique a menos de 40 km de los terrenos en conflicto, el dique Figueroa. Hay una gran inversión sobre ese dique; va a ser muy favorable para la producción sin duda y, justamente, coincide con que muchos terrenos alrededor del dique han entrado en conflicto.
P: Este grupo de personas armadas, ¿es el mismo que viene operando en las comunidades de "Pozo del Castaño", "El Simbolar" y "La Overa" (véase Ataque con armas de fuego en "La Overa")?
R: Tienen nexos de articulación, no sabemos exactamente si son los mismos. Creo que hay toda una cadena de empresarios que han sistematizado toda esta mafia. Se la podría llamar así porque los sistemas judiciales no responden a los conflictos de tierras, responden al sector empresarial. No hay justicia.
P: Durante los últimos doce meses se registraron denuncias del MOCASE por ataques armados en los departamentos Figueroa, Moreno y Alberdi. Es decir, este grupo estaría interviniendo en todo el noreste provincial. ¿Siempre al servicio de distintos particulares?
R: Sí, eso es lo que hacen, responder a firmas empresariales como custodia privada. Pero cuando va la Justicia dicen que son simples peones, que son simples obreros que están alambrando. Nunca dicen que son una custodia privada.
P: Donde hay un conflicto de posesión de tierras actúan como contratistas armados...
R: Cuando van los pobladores de las comunidades, se presentan y muestran las armas; dicen que no se pueden meter en el terreno porque se ha comprado. Pero cuando van instituciones como la policía u oficiales de justicia a corroborar los hechos, nunca se presentan como una guardia armada, sino que dicen: "Somos simples obreros que estamos para alambrar y hacer picadas".
P: ¿Y existen actualmente miembros de la banda destacados en todos esos lugares? ¿Cuál ha sido a la fecha la respuesta que ha tenido la Justicia?
R: Nunca se encuentran pruebas porque ni siquiera se especifica el terreno de los hechos. Las pruebas nos las piden a nosotros; de las denuncias que hemos hecho no recibimos ninguna respuesta. En la mayoría de los casos, cuando el sector empresarial denuncia hay un campesino detenido, hay un campesino perseguido, un campesino prófugo. Sin embargo, cuando las denuncias se hacen desde el sector campesino no pasa nada. Se ha llegado al extremo de apuntar con armas de fuego a niños que venían de la escuela, de seis o siete años, amenazándolos de muerte.
P: ¿Cómo conviven las familias de campesinos con esta gente? ¿Cuántos comuneros han resultado heridos por su accionar?
R: Una de las cosas que predomina en las comunidades campesinas es la paz, la tranquilidad. Es algo que se pierde cuando pasa esto; se anda perseguido, intranquilo, sin saber qué te puede pasar de un día a otro. En la comunidad nuestra uno solo ha resultado herido; en las vecinas, históricamente ha habido muertes por los conflictos de tierra. La comunidad ahora está alejada del terreno; incluso los caminos son poco transitables. Los primeros días atacaban a la gente con armas, y la gente ha empezado a tener miedo y no transita mucho el camino. Hay topadoras que han destrozado 2 km de una picada de 50 m de ancho. Si vamos, van a sacar las armas... Ahora no las están mostrando por la cantidad de denuncias.
* Producido por el Observatorio de Conflictos por los Recursos Naturales (OCRN) en alianza con Acción por la Biodiversidad.