Biodiversidad, sustento y culturas #55
Es crucial defender las semillas nativas, su intercambio libre, y los saberes y modos de ser a los que se relacionan. La vida toda depende de ello. ¿Quiénes serán los guardianes de las semillas? En la batalla por defenderlas, tanto en los próximos meses como en los años por venir, deberemos encontrarnos.
Revista Biodiversidad, sustento y culturas N° 55
EDITORIAL
Una mata de maíz, ese pasto humilde que hace milenios entabló relación con los humanos hasta convertirse en uno de los principales cultivos del planeta, reverdece frente al Palacio del Adivino en el corazón de la selva Lacandona en Palenque, Chiapas, México. Y su presencia ahí se vuelve una de las profecías del sabio que habitara en ese templo de los antiguos mayas, porque 10 mil años después del primer contacto con que humanos y maíz se cuidaron y cultivaron en crianza mutua, el maíz nativo sigue siendo (como otros cultivos en el mundo) símbolo de modos de vida y relaciones que son urgentes para que sobreviva la humanidad.
Las semillas nativas, libres, comunes, de confianza, de pasión, como dicen los campesinos, son la más antigua tradición humana viva, y la esperanza más palpitante de un posible futuro. Su intercambio habla de saberes antiguos que se renuevan cada ciclo agrícola, da certeza a una diversidad biológica que se expande y fortalece el cultivo del que son germen.
Millones de colectivos cifran su vida en sembrar, limpiar, cultivar y cosechar, recogiendo los ejemplares más especiales para guardarlos y cambiarlos con los parientes, los vecinos, los amigos, la comunidad y otras comunidades.
Y con su cuidado y cariño de campesinos, con su ahorrar las semillas para el ciclo siguiente, con su selección continua a lo largo de los siglos, han logrado mantener una vida plena casi fuera del sistema general que se apodera del mundo, en los márgenes de los aparatos de control de Estados, empresas y gobiernos, y todavía en el mundo son más de 1 400 millones los campesinos que producen su propia comida, alimentan al mundo y no dependen sino tangencialmente del mercado. Eso les ha permitido mantener una vida más o menos autogobernada y cuidar de modo integral los territorios que habitan: el bosque, los páramos, la lluvia, los manantiales, los ríos, las plantas, los animales y otros seres y presencias, incluidos nuestros muertos.
Estos campesinos no se viven como "obtentores" ni "fitomejoradores", ni pro- ductores de semillas o cultivos. Siembran, y en esa vida está el significado profundo de su existencia. Eso le da orden y sentido a todo lo que hacen.
Hoy, con la concentración de las empresas se concentran también las actividades que rinden ganancias y es evidente que dejar fuera a más de 1 400 millones de campesinos del mercado alimentario es un lujo que las compañías no quieren darse. Y saben que no hay rienda suelta a sus ganancias si no se imponen regulaciones ni controles a todas esos campesinos y comunidades insumisas que desde su vida de siembra entienden el mundo de otra manera y saben que el capitalismo ambiciona sus territorios, sus recursos, sus saberes ancestrales y su mano de obra en las ciudades.
Entonces, las grandes compañías (una suerte de consorcio entre ciencia, finan- zas, comercio, organismos reguladores internacionales, legislaciones y policía) buscan afanosamente desde dónde poder hacer el ataque más directo, más radical, más total. Porque para poder apoderarse de los territorios, y de todo el pro- ceso, de la producción a la mesa de los consumidores, requieren apoderarse de la agricultura, privatizarla, y para lograrlo no basta minar la vía campesina, hay que erradicarla, y para eso requieren apoderarse del talismán que le ha permitido a los sembradores seguir libres: la semilla. Ésta es la llave de las redes alimentarias, de la independencia real de los campesinos ante los modos invasores y corruptores de terratenientes, hacenderos, narcotraficantes, farmacéuticas, agroquímicas, procesadores de alimentos, supermercados y gobiernos.
Un primer intento de las compañías fueron los híbridos: estandarizar la semilla buscando desalentar el intercambio de las mismas, y comenzar la "catalogación" y certificación de la actividad campesina. A eso le añadieron el uso de agroquímicos, hacer drogadictos a los suelos, para imponerle mercados a la agricultura convencional. Los transgénicos [las semillas de diseño genético] implicaron de entrada una patente para comenzar el negocio de imposición de semillas particulares que diluían la diversidad conforme emparejaban (contaminando) toda la variabilidad natural de las semillas. Ya no pretendieron desalentar el intercambio de semillas sino romperlo.
El propósito de este número de Biodiversidad, sustento y culturas es documentar los ataques actuales sobre la integridad, diversidad y libertad de las semillas ante la inminencia de la treceava reunión del Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico, Técnico y Tecnológico (osactt osbstta, en inglés) del Convenio de Diversidad Biológica (cdb), que tendrá lugar en Roma en febrero, y de la novena conferencia de las partes firmantes de dicho convenio, en mayo en Bonn, Alemania -y documentar la relevancia de estas reuniones. En ellas se discutirá centralmente sobre árboles transgénicos y agrocombustibles. Pero en el fondo, se discutirá de nuevo la aprobación o prohibición de las tecnologías de restricción de uso genético [semillas que en primera generación nacen, pero que están programadas para ser estériles desde la segunda ocasión que se siembren, conocidas como Terminator, y semillas diseñadas para volver a rendir fruto sólo con la aplicación de un agroquímico propiedad de la compañía semillera, conocidas como semillas Zombie o Transcontainer]. Tecnologías cuyo fin es erradicar el ahorro e intercambio de semillas, haciendo imposible por la vía de los hechos cualquier uso no controlado de las semillas comerciales, incluida su resucitación, mientras se aprueban leyes, reglas y criterios (incluso de agricultura orgánica), que hagan ilegal toda la actividad agrícola no comercial, con lo que las semillas libres, de confianza, ésas que son la esperanza de la humanidad, pasarán pronto a ser clandestinas, junto con la agricultura que las hace posible.
Es crucial defender las semillas nativas, su intercambio libre, y los saberes y modos de ser a los que se relacionan. La vida toda depende de ello. ¿Quiénes serán los guardianes de las semillas? En la batalla por defenderlas, tanto en los próximos meses como en los años por venir, deberemos encontrarnos.
BIODIVERSIDAD
LA SEMILLA ES IMPRESCINDIBLE
Entrevista con Silvia Ribeiro
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En la cop9 y en la mop 4, está en juego el ataque generalizado, a nivel global y nacional y local, para controlar las semillas
DEFENDER NUESTRO MAÍZ ES SEMBRARLO por Biodiversidad
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La siguiente declaración, producto de la reflexión colectiva de una vasta red en defensa del maíz nativo en México, que sin aspavientos viene trabajando desde la base social de comunidades y pueblos para defender la vida campesina e indígena a partir de una propuesta integral de autonomía y territorio, nos alienta a continuar el trabajo de vinculación entre las diversas luchas del continente. Aunque fue emitida el 16 de mayo de 2007, su vigencia no puede ser más actual, en un momento en que en México se recrudecen los efectos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y comienza a prepararse la COP-9 del Convenio de Diversidad Biológica, donde pende de nuevo la amenaza de que se santifique el control corporativo sobre las semillas y se extremen las condiciones de superviviencia de la diversidad biológica y cultural.
ENSEÑANZAS DE CURITIBA
Entrevista con Francisca Rodríguez
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Presentamos las reflexiones de Francisca Rodríguez, de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (Anamuri) de Chile, tras haber obtenido la victoria de frenar Terminator en Curitiba, Brasil, en marzo de 2006, durante la octava conferencia de las partes del Convenio de Diversidad Biológica, conocida coloquialmente como COP-8. Preparando la novena conferencia de las partes, su visión de conjunto puede iluminar el nuevo ciclo de movilizaciones.
QUIÉNES SERÁN por Biodiversidad
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Ofrecemos fragmentos de varias fuentes para documentar el control que pretenden ejercer empresas y gobiernos sobre un punto nodal para las redes alimentarias mundiales: la semilla, germen de vida, resumen de saberes ancestrales y actuales, corazón de lo comunitario y de la autonomía más primera a partir de la cual los pueblos y comunidades defienden su plena existencia a contrapelo de sistemas, Estados, empresas, programas y políticas.
LA INDUSTRIA EN EL CONVENIO por Elizabeth Bravo
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Con la Cumbre de Desarrollo Sustentable de Johannesburgo 2002, se institucionalizó un nuevo tipo de “gobernanza” en la que participan “como iguales”, las grandes corporaciones transnacionales y las poblaciones indígenas
ÁRBOLES TRANSGÉNICOS por Biodiversidad
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Presentamos en las siguientes páginas fragmentos de sendas cartas públicas a los miembros del CDB y del CCC, para fijar la postura de las organizaciones de la sociedad civil. Fueron publicadas originalmente en la página del WRM ( http://www.wrm.org.uy)
SEMILLAS DE PASIÓN
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Documento elaborado por Verónica Villa que resume intervenciones públicas de Hope Shand, Pat Mooney y Silvia Ribeiro, del Grupo ETC.
ATAQUES, POLÍTICAS, RESISTENCIA, RELATOS por Biodiversidad
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