Uruguay: un país productivo. ¿A qué costo?
Hablamos en alguna oportunidad de la importancia que tiene la diversidad biológica para el país, hablamos de cuán importante es tener en cuenta las características de nuestros ecosistemas, de nuestra fauna, de toda esa naturaleza que disponemos los uruguayos, para poder planificar a corto y mediano plazo cuales son las rutas productivas que debemos tener
Hace poco se lanzó la propuesta de país productivo, donde se enumeran puntos que se consideran grandes metas, pero que llevadas a la realidad país, presentan enormes carencias que inviabilizan muchas de las mismas.
Para que Uruguay sea el país productivo, debe conservar sus recursos naturales, sin que ello implique el no uso de los mismos, debemos planear el crecimiento sobre la base de dichos recursos, pero sin comprometer el disfrute y uso de los mismos por parte de las futuras generaciones.
Leíamos algunos artículos publicados sobre el tema de la globalización, los TLC (Tratado de Libre Comercio), del Comercio y Medio Ambiente, y observamos que la realidad del mundo va más allá de las meras utopías que tenemos cada uno de los uruguayos. Entre estos hemos seleccionado parte de uno donde ejemplifica una de las ideas más claras sobre el cuidado que debe tener el país sobre esa idea de País Productivo que tanto se habla.
“Los pueblos indígenas de México llevan miles de años cultivando el maíz. La reserva genética del maíz de México data de 5.000 años de antigüedad e incluye miles de variedades y plantas de la misma especie, siendo muchas específicas de cada región. Estas son el reflejo no sólo de una enorme diversidad biológica, sino también del gran ingenio agrícola, ya que las distintas variedades están adaptadas al suelo, al clima a las plagas y a otras condiciones locales. El maíz es el cultivo alimenticio más importante del país y México es el principal “Centro de Origen” mundial de la biodiversidad del maíz”. Suzanne Cork Foro Internacional sobre la globalización.
En el año 2001, el gobierno mexicano anunció que los científicos de la Universidad de California en Berkeley habían detectado que ciertas variedades de maíz indígena de Oaxaca estaban contaminadas con variedades de maíz transgénicos muy probablemente importadas de EE.UU.
En 15 de las 22 comunidades analizadas se descubrieron semillas de maíz transgénico, que representaban entre el 3 y 10% del total de granos de maíz analizados.
Una de las modificaciones genéticas contaminantes es el Bt o Bacillius thuringiensis, cuyo cruzamiento con especies nativas de maíz contaminó a las mismas. El transgénico Bt produce una sustancia tóxica para muchos insectos, pero puede además dañar a insectos que son beneficiosos para las plantas como polinizadoras, así como a las aves que se alimentan de esos insectos y la fertilidad del suelo.
La introducción de maíz transgénico representa una amenaza a largo plazo, ya que existe la posibilidad de que las variedades de maíz contaminadas se propaguen a otras variedades tradicionales, o incluso al maíz silvestre con consecuencias desconocidas. También representan una amenaza para la supervivencia de muchas variedades de maíz, desarrolladas durante más de mil años por los pueblos indígenas.
La discriminación a favor del tipo de producción de grandes monocultivos, especialmente cuando se trata de productos exóticos que no se producen habitualmente a nivel local, producciones como forestación, soya, flores que generan a menudo gravísimos problemas ambientales.
A modo de ejemplo podríamos mencionar que el cultivo de soya en Bolivia durante los últimos 15 años ha sido del 411% a costa de la deforestación de más de un millón de hectáreas de bosque.
La tasa de desmonte para habilitar tierras para el cultivo de soya es de casi 60 mil hectáreas por año. Si este ritmo de deforestación continúa los bosques de las zonas soyeras corren el riesgo de desaparecer.
Este tipo de producción está causando la alteración del ciclo hidrológico especialmente el régimen pluvial. Esto generará inundaciones y será de extrañar sequías y la inevitable erosión de sus suelos.
Estos ejemplos nos hacen reflexionar sobre cuales deben ser los caminos que debemos seguir si queremos un país productivo, cuales deben ser aquellos productos que debemos seleccionar y promocionar para insertarnos en un mundo globalizado, pero que cada vez es más riguroso en las exigencias de calidad de los productos, y fundamentalmente cual será el grado de “naturalidad” que serán exigidos por los compradores del futuro.
Por sobre todas las cosas creemos que debemos socializar la información. Debemos poner en conocimiento de la gente tanto las ventajas como las desventajas de seleccionar métodos productivos, o productos que hoy tienen inserción en los mercados internacionales.
Debemos tener la información para poder elegir que tipo de país productivo queremos, que tipo de desarrollo se debe seguir para alcanzar ese despegue que necesita todo el país, para el beneficio de la población toda.
Información para decidir los apoyos a quienes en los próximos años nos van a representar a nivel del Poder Ejecutivo o Poder Legislativo en base a sus propuestas reales y ejecutables, y poder seleccionar el modelo de país que nos merecemos los uruguayos.