Un tercio de la producción mundial de alimentos acaba en la basura
Alrededor de 1.300 millones de toneladas de alimentos válidos para el consumo humano, una cantidad equivalente a casi un tercio de la producción mundial de alimentos, se desperdician o se pierden cada año en el mundo, según declaró este jueves en Madrid el director general de la FAO, José Graziano da Silva.
Durante una intervención en el Foro de la Nueva Sociedad, organizado por Nueva Economía Fórum, Graziano da Silva advirtió de que los consumidores y comercios de los países ricos son responsables del desperdicio de 222 millones de toneladas de comida al año, una cantidad que "equivale a la producción neta del áfrica subsahariana".
A juicio del director de la FAO, los principales retos a que se enfrenta en estos momentos la lucha contra el hambre son el acaparamiento de tierras por parte de grandes empresas, la especulación con el precio de las materias primas, la falta de transparencia en los mercados y los problemas de financiación.
En la actualidad, explicó, se dispone "de las tecnologías necesarias para producir de forma más sostenible, como la siembra directa o los sistemas de cultivo integrados", que ahorran agua y otros recursos. No obstante, se está "perdiendo la oportunidad de construir" a partir de estos logros debido a la falta de fondos por parte de la comunidad internacional, advirtió Graziano da Silva.
SOMALIA Y EL SAHEL
En este sentido, el responsable de la FAO reclamó un compromiso sostenible por parte de los países donantes "que no dependa de cada proyecto y permita una cooperación planificada". "Hemos sacado a Somalia del hambre, pero si no invertimos en aljibes y en programas de seguridad alimentaria, la crisis se repetirá el año que viene", advirtió, a modo de ejemplo.
Otro caso, prosiguió, es el de la región del Sahel, el otro foco de actuación urgente para la FAO en estos momentos, "que en 90 días dejará de aparecer en los periódicos porque empezará a llover". "Ahora bien, si no se actúa después, el problema volverá a repetirse", explicó Graziano da Silva. "No podemos evitar las sequías, pero sí que se conviertan en hambrunas", agregó.