Soja patagónica
La firma Relmó trabaja en el desarrollo de semillas que sean aptas para esta región
Si bien la frontera agrícola viene expandiéndose hacia el norte del país, la santafesina Relmó está apuntando a desarrollar semillas de soja genéticamente modificadas que sean aptas para la Patagonia, a fin de conquistar un mercado potencial que sus competidoras no han explorado.
“El cultivo de la oleaginosa no es convencional en la Patagonia pero hay vastas zonas favorables y una salida a puerto cercana en Bahía Blanca”, dijo Julio Ferraroti, socio y director de Investigación y Desarrollo de Relmó. “Los suelos son profundos, hay un excelente clima templado, muchas horas de radiación (fundamental para los rendimientos). El problema es que son pocas las explotaciones bajo riego”, añade.
Según el ejecutivo,en el 2001 trajeron genética de Suiza, Canadá y el norte de Estados Unidos para producir hibridaciones artificiales con variedades adaptadas a la Argentina. “Después hicimos una aceleración de generaciones bajo invernáculo, y el año pasado tuvimos las primeras líneas para sembrar, en Viedma. Hoy tenemos 3.000 surcos de progenie, entre Mar del Plata, Viedma, Río Negro y Neuquén”, señala.
El germoplasma que la compañía importó aporta adaptación a latitudes altas y tolerancia al frío. Lo que Relmó hace es ponerle la tolerancia a las principales enfermedades bacterianas y fungosas del país, además de proteínas, para que los granos produzcan harina con alto contenido proteico.
Según Ferraroti, la firma destinó el último año casi 902.000 pesos a investigación y desarrollo, de los $ 12 millones que facturó. La mayor parte de la inversión está puesta en resistencia a la roya asiática de la soja.
Por otra parte, Relmó transita su segundo año en el mercado de semillas de trigo, que produce mediante un convenio con la suiza DSP. “Ya tenemos más del 3% del mercado, lo que no es poco, dado que el 85% del total no es certificado y todas las empresas competimos por el 15% restante”.
Relmó pelea con ACA, Buck, Klein, BioInta, Nidera y Don Mario en trigo, negocio que más está impulsando sus ventas este año, que estima crecerán un 20% sobre el anterior.
Además, la firma produce maíces híbridos normales y colorados de tipo subtropical (que lanzará en dos años) y tiene semillas de girasol y sorgo, en etapa experimental.
Relmó posee 70 empleados y está controlada por los Ferraroti, orgullosos de haber lanzado, en 1962, el primer programa que produjo la primera semilla genéticamente modificada de soja local.
Hoy, con esta semilla pelea el segundo lugar con Don Mario, detrás de Nidera. Con sede en Rosario y 50 sitios de ensayos en todo el país, licencia su genética a Estados Unidos, Uruguay y Sudáfrica, y se prepara para entrar en Brasil y Paraguay, apenas autoricen los transgénicos.