Paraguay: extinguida la lengua se desvanece un concepto del mundo

Idioma Español
País Paraguay

Paraguay persigue el reconocimiento del guaraní como condición de privilegio en los tratados del Mercosur, asumiendo en los programas educativos las lenguas indígenas de los países integrantes

“Guarango” es la denominación, que acuñada por Domingo Faustino Sarmiento, presidente argentino del siglo XIX, señaló a todos aquellos que no hablaban la lengua de castilla. Ese calificativo supo asimilarse de forma peyorativa al de “campesino” o “indio” en la defenestración de los hablantes del guaraní.

Más aún, la historia del Paraguay, único país declarado pública y oficialmente bilingüe, fue la de una constante persecución hacia los que hacían uso de la lengua originaria. La violencia ejercida tanto verbal como físicamente continúa hoy solapada detrás del debate, sobre la efectiva implementación del guaraní como lengua oficial en la región del Mercado Común del Sur (Mercosur).

Los idiomas y dialectos son herramientas necesarias para la constitución de la identidad. Por tal motivo se lleva adelante en Latinoamérica una revalorización de las lenguas nativas, como el guaraní, el quechua o el aymará, que han resistido a largos siglos de penetración cultural del español.

El Estado de Paraguay, más específicamente a través de La Comisión de Educación, Cultura y Culto persigue el proyecto de ley de lenguas que busca promover el reconocimiento del guaraní como lengua oficial del Mercosur, de forma que éste obtenga una condición de privilegio en los tratados de la organización regional, asumiendo en los programas educativos, las lenguas indígenas de los países integrantes.

Ante todo cabe recordar que el 19 de enero de 2007 en la Cumbre de Presidentes del Mercosur, realizada en Brasil, los mismos declararon el guaraní, idioma de la región a partir de la propuesta formulada por el Ministro de cultura de Paraguay, Bruno Barrios.

Dicho proyecto fue elaborado por la Comisión Nacional de Bilingüismo con el objetivo de sancionar la ley que reglamenta los artículos 140 y 77 de la Constitución Nacional de Paraguay y de esta manera incorporar la lengua originaria en el derecho positivo, restituyendo el guaraní en los procesos orales. Del mismo modo se requiere el reestablecimiento en la enseñanza de la lengua materna del educando, durante los primeros años del proceso escolar.

En uno de los artículos del mencionado proyecto se afirman que el guaraní y el castellano, como lenguas oficiales, deben conllevar un uso equitativo en los tres poderes del Estado, como así también en las instituciones públicas.

A si mismo, la Comisión Nacional de Bilingüismo destaca que es necesario comprender y advertir los prejuicios sobre el Bilingüismo y el Multilingüismo ya que propone, sean reemplazados por una visión que diferencie la adquisición del uso del lenguaje, en una sociedad pluricultural y plurilingüe.

Este precepto otorga al idioma guaraní una igualdad jurídica ante el castellano, que pone un corte al largo debate sobre la situación del guaraní, una de las lenguas originarias del Paraguay más hablado por los ciudadanos. Dado que conservando el 1.8 por ciento de la población indígena, el guaraní es hablado por el 59 por ciento de la población como lengua materna o segunda lengua y un 27 por ciento que lo habla porque es su única lengua.

La lengua castellana es hoy la más hablada en América Latina, pero no debe olvidarse que convive con otras formas lingüísticas, casi en igualdad de condiciones en distintos países de la región. Ejemplos claros de este hecho son Bolivia y Paraguay, Argentina, Chile, solo por mencionar unos cuantos.

El monolingüismo se ha impuesto como tendencia de la globalización, amenazando según los registros de la UNESCO, a 2 mil lenguas que ya no figuran en el proceso de transmisión, dado que la estadística marca una desaparición progresiva de aproximadamente 200 lenguas por año. La diversidad lingüística ha llegado ha ser considerada un obstáculo para la convivencia, por lo que se ha negado protección a la minorías.

A pesar de que en Paraguay el guaraní fue igualado al español como idioma oficial de la nación en la Constitución de 1992, el “Jopará” denominación que se le otorgó a la mezcla de idiomas que mantiene la estructura de la lengua de Castilla, en un ensamble con los giros sintácticos del guaraní sustituyó violentamente a este último en los textos escolares.

Su enseñanza es obligatoria en los centros de educación básica y secundaria, pero por sobre todo el guaraní es una manifestación cultural de la comunidad, dado que es en y a partir del idioma que se manifiesta una visión del mundo, que refleja las raíces culturales que determinan la identidad.

Es de este modo, que cuando se habla de diversidad lingüística, se está frente al equitativo respeto de las distintas idiosincrasias en pos de su vínculo complementario. El respeto busca proteger la transmisión de la cultura que tiene una fuerte tradición oral.

Es habitual escuchar que el guaraní está en peligro de extinción, pero se debe diferenciar la desaparición de un idioma con el nulo progreso real de la lengua originaria. En el se afirma la identidad campesina, pero también la clase media y media alta está en constante relación con el idioma a partir del circulo de trabajo.

La progresiva pluralización de la enseñanza también conlleva un cuestionamiento en tanto existe una resignificación del guaraní que se expresa en neologismos. Esta variante pone distancia entre padres e hijos, puesto que la escuela en una reinterpretación del idioma, ha caído en el error de separarse de la lengua madre.

Durante años los hablantes del guaraní fueron castigados, en la época en que las escuelas tenían prohibida la utilización de este idioma con consignas como quedarse en la escuela después de hora, recorriendo el patio de la escuela repitiendo “no voy a hablar más Guarani”, o arrodillándose sobre sal gruesa o colgándose de una alambrada de púas gritando: “estoy aquí por hablar Guaraní”.

La persecución basada en la estigmatización del idioma se asienta sobre la ignorancia del valor que revelan la lengua originarias en su incidencia para con la lengua española.

Más de la mitad de la población del Paraguay conserva el guaraní en las conversaciones habituales, pero ejemplos como este encontramos también en el límite entre Brasil y Bolivia y las regiones de Corrientes, Misiones, Formosa en la frontera con Argentina.

La supervivencia de las lenguas indígenas depende de la política de educación que se lleva acabo en los países de la región, porque queda claro que la lengua predominante seguirá avanzando en tanto se proteja las minorías lingüísticas como un reconocimiento a los pueblos originarios.

Agencia Periodística del Mercosur, Internet, 10-4-07

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