México: el DF será zona libre de siembra de maíz transgénico
El Distrito Federal será decretado zona libre de siembra de maíz transgénico para evitar que las especies nativas del altiplano mexicano, de las cuales “somos cuna de origen”, se pierdan ante la invasión de cultivos de semillas modificadas en suelo de conservación, y las empresas multinacionales “sigan enriqueciéndose impulsando esta crisis alimentaria que vivimos”, anunciaron funcionarios de la administración capitalina
Mientras, el profesor Arturo Calderón, de la Universidad Autónoma de Chapingo, advirtió que la producción de esa clase de maíz sólo serviría a los intereses de las trasnacionales para producir etanol como combustible.
En el foro De Quetzalcóatl a los transgénicos: ciencia y cultura del maíz en México, la directora del Instituto de Ciencia y Tecnología (ICT), Esther Orozco Orozco, aclaró que no se está en contra de los transgénicos, pues se tiene que investigar, pero también “estamos convencidos de que no vale la pena olvidar lo que somos, nuestras raíces, nuestra cultura, pues se corre el riesgo de perder nuestra identidad y algo que hemos buscado: la soberanía alimentaria”.
El gobierno capitalino decidió por ello impulsar un Programa de Protección al Maíz Nativo del Altiplano Mexicano, donde participan el ICT, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) y las secretarías de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (Sederec) y de Medio Ambiente (SMA), para preservar esa especie y sus variedades locales, garantizando la rentabilidad y sustentabilidad del territorio en que se produce.
La titular de la SMA, Martha Delgado Peralta, explicó que el maíz es una semilla nativa de México, “que no nos va a quitar nadie, por lo que no se necesita su denominación de origen”, sino que el gobierno federal proteja las distintas variedades con apoyos económicos e investigación, ante la contaminación transgénica existente; y los agricultores cuenten con un programa de financiamiento y estímulos económicos, así como con figuras legales que avalen su propiedad.
Las autoridades federales, argumentó la titular de Sederec, Rosa Márquez, “nos han cuestionado por qué impulsamos un programa integral de maíz, cuando cultivamos 6 mil 235 hectáreas y procesamos en tortilla 2 mil 312 toneladas, contra 800 mil que se consumen, pero en estos momentos de crisis económica y alimentaria es importante asirnos a lo que es nuestra identidad, y proteger el maíz, pues a ellas (las autoridades federales) lo único que les interesa son las grandes industrias que producen las semillas transgénicas”.
El profesor de Chapingo señaló que la tortilla no sería viable con maíz transgénico, pues “sería igual o peor que la que estamos comiendo actualmente en la ciudad de México: un producto que no tiene ningún sabor, que se endurece rápidamente, que no le gusta a la gente”; pero lo que se busca es diseminar su cultivo para atender la problemática energética de México, o sea producir etanol y servir a los intereses de las trasnacionales.
Sin embargo, “la irreversibilidad de la contaminación por transgénicos es sin duda una gran amenaza que pone en riesgo las razas y variedades del grano y atenta contra la autonomía de los campesinos, que se verían obligados a depender de semillas patentadas, lo cual no queremos, y por eso defendemos esta riqueza milenaria, porque sin maíz no hay país”, advirtió la investigadora de la UACM Cristina Barros.