La legalización de transgénicos pasó sin debate en el Congreso mexicano
Favorece a trasnacionales y no protege el ambiente ni evita la contaminación
No se ocupa de los derechos de productores ni estipula un etiquetado para
el consumidor
Mientras en diciembre pasado los mexicanos asistían desde sus hogares a los
episodios televisados de la batalla entre el Ejecutivo y la oposición en el
Congreso de la Unión por el reparto del presupuesto, una ley que avala la
creación, desarrollo y comercialización de alimentos modificados
genéticamente salvó varios escollos legislativos, sin que se haya dado un
debate nacional sobre el tema, como ocurre en los países avanzados.
Se trata, a decir de organizaciones sociales, de una ley permisiva hacia
las grandes trasnacionales de la alimentación que comercializan
transgénicos. Es una legislación impulsada por un poderoso lobby que
obedece a los intereses de esas compañías, según expertos que piensan que
todavía es posible abrir la discusión antes de que el ordenamiento sea
sujeto a una última votación en el Senado.
En el pasado periodo ordinario de sesiones del Congreso, que corrió de
septiembre a diciembre, el Senado aprobó la llamada Ley de Bioseguridad y
la envió a la Cámara de Diputados para su ratificación.
La Cámara de Diputados, durante una sesión el 14 de diciembre pasado,
aprobó el documento que había recibido del Senado, aunque con algunas
variaciones. Los cambios introducidos deberán ser discutidos nuevamente por
los senadores del Congreso, aunque el resto del ordenamiento no podrá ser modificado. Esa ley autoriza la importación de transgénicos destinados al
consumo humano.
''En realidad, lo que se hace con el nuevo ordenamiento que fue aprobado
por el Congreso mexicano es legalizar los transgénicos'', a pesar de que no
se han creado mecanismos de protección contra los daños al ambiente y a la
salud humana derivados de la liberación de organismos genéticamente
modificados, de cuerdo con un pronunciamiento de varias organizaciones
civiles.
''Es inaceptable que la aprobación de la Ley de Bioseguridad haya ocurrido
sin atender a los campesinos, indígenas y consumidores mexicanos que se han
expresado en contra de dicha legislación, dado que no se prevé el monitoreo
de transgénicos, la responsabilidad de las corporaciones y los
agroindustriales privados'', indicaron agrupaciones como el Frente
Democrático Campesino de Chihuahua, Vía Campesina-Brasil, Consumers
International, entre otras, en un documento avalado por 20 agrupaciones del
continente.
Según estas agrupaciones, la ley avalada por el Congreso mexicano no
considera la protección de los derechos de productores de orgánicos y
cultivos convencionales que no desean la contaminación transgénica, ni el
etiquetado que garantizaría el derecho ciudadano a saber y elegir lo que se
come.
La próxima semana, un grupo de expertos acudirá a una convocatoria de El
Colegio de México para discutir en un seminario sobre el marco legal
aplicable en el país en temas relacionados con la bioseguridad y el
desarrollo sustentable, en un esfuerzo por abundar en el conocimiento del
tema. El programa del seminario se puede consultar en www.colmex.mx
La Jornada, México, 21-1-05