La alimentación también es política

Idioma Español

Un tercio de la Humanidad muere de hambre o sufre graves déficits nutritivos mientras el otro tercio se ceba ante el televisor y acaba padeciendo múltiples enfermedades degenerativas, muriendo prematuramente o acumulando invalideces

La despensa del planeta está más llena que nunca; producimos suficientes alimentos para dar de comer a todos y cada uno de los habitantes del planeta azul. A pesar de que nuestros conocimientos agrarios son más extensos que nunca y que nuestros aperos y maquinarias agrícolas son más y más eficaces, ahí sigue el hambre.

Primero llegó la Revolución Verde, con sus amplia y extensa gama de fertilizantes e insecticidas sintéticos y se nos dijo que pronto acabaríamos con la hambruna. Actualmente el mismo argumento, o el mismo chiste, se aplica para introducir los alimentos transgénicos. Lo que ocurre es que hoy en día con el aumento de la concienciación ecologista ya no cuela tanto el cuento de: todo sea por el progreso. El que nos ha conducido a un ciego desarrollísmo industrial. El mito del progreso.

El fenómeno de la globalización neoliberal tiende a empeorar aún más las cosas. Por un lado, se pretende producir cada vez mayores cantidades de alimentos a precios cada vez más baratos y se producen fenómenos tan paradójicos, tales como que en los países más desarrollados y con los mejores sistemas de seguridad alimentaria, cuando no se vuelven locas las vacas, dan positivo de dioxina los pollos, convirtiendose en auténticos casos de Expediente X.

Por otro lado, las mejores tierras de cultivo de los países empobrecidos se destinan a cultivos de lujo para los países enriquecidos, café, cacao, tabaco, azúcar, etcétera, sacrificando su propia autonomía. Países como India eran hasta hace poco autosuficientes en producción de alimentos e importantes productores de leche. Pero mira por donde, resulta que los pobres de la India no pueden comprar estos alimentos. Además, resulta que los países de la Comunidad Europea están invadiendo el mercado indio con precios más competitivos que los producidos allí mismo. ¿Toma Europa! ¿Toma ayuda al desarrollo!

Cuando compramos a precio de ganta tomates de Marruecos, patatas de Egipto, pimientos del Perú o espárragos de China. ¿Estamos barriendo para casa?¿estamos hundiendo la huerta del Segura? No lo creo, simplemente estamos siendo víctimas de la apisonadora globalizante. ¿Es de locos reivindicar hoy en día la soberanía alimentaria?

El problema es complejo y no admite soluciones simplistas. Viejas y sabias tradiciones que funcionaron durante siglos y daban cierta autonomía a muchos países que están en peligro de extinción. A veces lo mejor que nos puede ocurrir es que las vacas sagradas lo sigan siendo. Estos son los principales problemas alimentarios de la humanidad, y no son problemas de nutrición, sino de política.

Está claro que la mejora de la nutrición vendrá, no tanto del avance de la ciencia, como del desarrollo de políticas más sensatas, ecológicas y equitativas; vendrá a través de la concienciación política, de la acción ciudadana, del cambio de nuestras actitudes y hábitos... o no vendrá nunca.

La Verdad Digital, Internet, 14-8-05

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