Jamaica: minería al acecho de reserva biodiversa
Kingston, may (IPS/IFEJ) - La escarpada región jamaiquina de Cockpit Country podría ser amenazada por la extracción de bauxita si el gobierno no expande las fronteras propuestas para una reserva natural, alertan ambientalistas
Cockpit Country cuenta con la topografía más agreste del mundo, con colinas empinadas y profundos valles con forma de cuenco. El área, que recibe su nombre por su parecido con los reñideros de gallos ("cockfighting pits", en inglés), es la más grande que queda en Jamaica de intactos bosques de piedra caliza.
La región es también la principal proveedora de agua de cinco de los principales ríos de la isla. Además, 14 distritos de Jamaica obtienen el agua, en todo o en parte, de esta área forestada.
Aunque un sector del Cockpit Country fue declarado reserva forestal, el comisionado de minas todavía tiene el poder de aprobar actividades exploración y explotación en la zona tras consultas con el Departamento de Forestación.
El gobierno encargó a un equipo del Departamento de Geografía y Geología de la Universidad de Indias Occidentales el trazo de los parámetros de uno de los mayores bloques de bosques de piedra caliza que quedan en la isla.
El hecho de que sea también depósito de bauxita, recurso de importante valor económico, convirtió al Cockpit Country en una zona de gran interés para las firmas mineras.
La tarea de definir las fronteras con el fin de conservación representa un cambio en la postura original del Ministerio de Agricultura y Tierras. Pese a las preocupaciones planteadas por quienes tienen intereses ambientales y comunitarios, hubo una marcada ausencia de diálogo sobre el tema.
A fines del año pasado, el ministro de Agricultura, Roger Clarke, le extendió a Minerales Alcoa de Jamaica (Jamalco) una "licencia especial exclusiva de exploración" para la bauxita en Trelawny Oriental.
"Emitir una licencia de exploración para el Cockpit Country a puertas cerradas, tras ignorar todas las indagaciones de grupos interesados y mientras se pasa públicamente por las mociones de una consulta pública para una nueva Política Nacional de Minerales para Jamaica, es el insulto último al pueblo de Jamaica y al proceso de gobernanza", dijo Wendy Lee, directora ejecutiva de la Asociación para la Conservación de Jamaica Septentrional.
Ella, junto con otras organizaciones, inició una campaña para preservar Cockpit Country. La compañía de bauxita sostiene que explorar no sería perjudicial, pero algunos temen que el corte de rutas y otras actividades alteren el delicado equilibrio vital para la supervivencia de la fauna y la flora. Aunque el área sigue siendo ampliamente prístina, la Organización Cuevas Jamaiquinas, sin fines de lucro, señala que su complejo sistema de pasajes subterráneos interconectados es muy vulnerable a los trastornos producidos por las actividades humanas.
"Estos cambios se manifiestan como un flujo reducido, y una calidad reducida del agua en las crecientes corriente abajo, así como inundaciones en las áreas de captación corriente arriba", señaló la organización, exigiendo una mayor investigación sobre la hidrología de Cockpit Country.
Protestas públicas derivaron en la suspensión de la licencia e incorporaron al gobierno a la mesa de debate en diciembre. Desde entonces hubo varias reuniones que involucraron al Ministerio, al Grupo de Accionistas de Cockpit Country, una coalición de organizaciones comunitarias y ecologistas, y a personas que residen allí y en los alrededores.
Ya en marzo, Clarke declaró que no habrá minería en Cockpit Country, trazando así un armonioso camino por el que avanzar. Sin embargo, este camino está supeditado a un acuerdo sobre qué constituye el área de Cockpit Country.
El científico Michael Schwartz, del Centro de Investigaciones Windsor, ubicado en el corazón de Cockpit Country, estudió el área durante una década y sugirió que resolver el asunto de las fronteras llevaría un tiempo, dado que hay muchos perfiles específicos basados en diferentes criterios.
"Tengo diferentes definiciones, como la de frontera geomorfológica central, y hay fronteras biológicas. El hecho es que cualquier frontera que finalmente establezcamos necesitará una zona de exclusión alrededor para asegurarse de que la parte que realmente queremos conservar está protegida", declaró.
Diana McCaulay, presidenta del Jamaica Environment Trust, también siguió el tema de cerca, y no está satisfecha con el área delineada por el gubernamental Departamento Forestal. "Según el mapa de ellos, es la carretera que circunvala un área mucho más pequeña que la que debería ser protegida de la minería. Así que deja fuera el valle de Appleton y las montañas Litchfield y Naussau. Muchas cosas dependerán de la definición de las fronteras", señaló.
La escarpada región está centrada en el distrito de Trelawny, que se extiende hacia los de St. Elizabeth y St. James. Alberga a por lo menos 79 de las 100 especies de aves que se hallan en la isla. Muchas de las especies animales que pueblan este paisaje único no pueden ser halladas en ninguna otra parte del mundo. Es el caso de la mariposa gigante de Swallowtail, la más grande de América.
Recientemente, científicos describieron una nueva especie de rana de árbol, endémica en Jamaica y hasta ahora conocida solamente en Cockpit Country. También hay más de 60 especies de plantas únicas de esta región, algunas relegadas a apenas una colina.
Cockpit Country mantiene el recuerdo de la resistencia maronita, brindando refugio a los esclavos que se escapaban y que lograron obligar a los británicos a firmar un tratado de paz en 1738. Sus descendientes todavía habitan el área y mantienen viva la cultura y la tradición de la comunidad. Hace poco, el Departamento Forestal presentó un Comité Local de Administración Forestal para que el Cockpit Country garantizara la sustentabilidad de los recursos para el beneficio de todos. Los maronitas reclamaron liderar el proceso.
"Si no hubiéramos estado protegiendo Cockpit Country durante tantos años, éste habría sido deforestado. Habría sido talado, como otros lugares en Jamaica, y es por eso que estamos contra la minería en cualquier parte del área, porque erosionará todo el aspecto vital en Cockpit Country", dijo Harris Cawley, subcoronel de los maronitas del pueblo de Accompong.
Cawley calculó que entre 4.000 y 5.000 maronitas habitan el Cockpit Country, cuya población total es de unas 80.000 personas distribuidas en 90 comunidades.
También anunció que pronto establecería visitas a lo largo de sus huellas originales en el Cockpit Country. Otros residentes del área buscaron embarcarse en proyectos turísticos basados en la ecología y el patrimonio de la zona.
La industria de extracción de bauxita, que representa 1.100 millones de dólares, es la segunda en importancia económica para la isla, después del turismo. Según cifras de 2005 del Instituto de Bauxita de Jamaica (JBI, por sus siglas en inglés), esa industria emplea a unas 3.500 personas.
Desde 1974, Jamaica produjo más de 120 millones de toneladas de bauxita cruda, y funcionarios del JBI sugirieron que ese mineral puede ser extraído en el país por otros 100 años, hasta que todas las reservas se agoten.
Aunque la bauxita existe en la cuarta parte de la isla, a Hugh Dixon, de la Asociación Ambiental de Trelawny Meridional, le preocupa que las autoridades puedan estar inclinadas a sacrificar áreas valiosas que caen dentro de esta "zona roja".
Otras personas con intereses ambientales como los de Dixon hacen campaña para que el Cockpit Country sea declarado Área Nacional Protegida por el gobierno, como estipula la Política para un Sistema Nacional de Áreas Protegidas en Jamaica (1997). También quieren verla protegida y administrada como Sitio del Patrimonio Mundial. Michael Schwartz, del Centro de Investigaciones Windsor, confía en que esta área única quede libre del potencial daño causado por la extracción de bauxita. "No puedo imaginar, a partir de este punto, que el gobierno considere permitir la minería en cualquier parte de la zona de exclusión, en el área central o en la de conservación de Cockpit Country. No pienso que vayamos a ver ninguna actividad minera en esta área especial", opinó.
* Este artículo es parte de una serie sobre desarrollo sustentable producida en conjunto por IPS (Inter Press Service) e IFEJ (siglas en inglés de Federación Internacional de Periodistas Ambientales). (FIN/2007)