Greenpeace denuncia: Kraft y Campbell usan transgénicos en China
La organización ecologista Greenpeace denunció que las multinacionales Kraft y Campbell usan ingredientes modificados genéticamente en China, informó hoy a EFE uno de los responsables de la ONG en Pekín, Ma Tianjie
Greenpeace investigó 28 productos en China y descubrió soja modificada genéticamente en las galletas 'Ritz' producidas por Kraft, la segunda mayor compañía mundial en el sector alimentario, y en la sopa de maíz de la célebre marca de sopas Campbell.
Ma destacó que este tipo de ingredientes transgénicos, que Greenpeace investiga desde hace una década, 'todavía no se sabe si pueden afectar o no a la salud del ser humano, pero sí es seguro que están dañando al medio ambiente' en países como China o México.
Greenpeace lanzó esta denuncia con motivo del Día Mundial del Consumo, que se celebra hoy, y acusó a las dos multinacionales de aplicar 'doble rasero', ya que en Europa se comprometieron a no usar transgénicos, mientras sí lo hacen en el país asiático.
'Los consumidores chinos merecen los mismos derechos y estándares de seguridad, por lo que esta actitud es una irresponsabilidad', aseguró Ma en una rueda de prensa en la que Greenpeace hizo públicos los resultados de su estudio.
China, destacó Ma, adopta una postura neutral y no prohíbe por ahora el uso de transgénicos en el país, pero 'va a endurecer las leyes al respecto', y Greenpeace espera una pronta prohibición en el país.
Además, China sí obliga por ley que los productos con soja, maíz, colza, algodón y tomate transgénicos informen de ello en sus etiquetas, algo que según Greenpeace no hacen ni Kraft ni Campbell, por lo que 'violan el derecho del consumidor a ser informado'.
Los científicos chinos investigan la modificación genética especialmente en el arroz, uno de los alimentos básicos de la nación más poblada del mundo, y presionan para que Pekín apruebe la comercialización de este producto, según explicó a EFE el experto de Greenpeace Angus Lam.
Lam afirmó que muchos de esos científicos esconden intereses económicos, ya que trabajan para compañías que se beneficiarían de esa comercialización de ese arroz, al parecer inmune a ciertas plagas que asolaron China durante décadas.
Además, añadió, la razón que los científicos aducen para introducir ese arroz 'no es válida, porque actualmente hay productos para combatir esas plagas, y según un estudio de Greenpeace la enfermedad sólo afecta en la actualidad a un 0,6 por ciento de los arrozales chinos'.
Concluyó señalando que el uso de este arroz podría causar más pérdidas que beneficios económicos a los campesinos chinos, 'ya que seguramente tendrían que pagar un elevado precio por él, al estar patentado y registrado en Estados Unidos'.
Terra, Internet, 15-3-05