FAO: el mundo no puede tolerar el hambre
Con ocasión de la cumbre de la ONU en Nueva York, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) lanzó hoy un llamamiento solicitando a los líderes mundiales que cumplan el compromiso adquirido de reducir a la mitad el número de hambrientos en el planeta para el año 2015
La agencia alimentaria con sede en Roma pidió a los gobiernos y al sector privado que "financien de forma adecuada las iniciativas en la lucha contra el hambre a través del desarrollo rural y la reducción de la pobreza rural, asegurando el acceso directo de los grupos más vulnerables a los alimentos".
Movilizar recursos para reducir el hambre
En un informe sobre la movilización de recursos para combatir el hambre presentado con motivo de la cumbre, la FAO subraya que "es inaceptable que 843 millones de personas en los países en desarrollo o de economías en transición continúen siendo víctimas del hambre y que más de 1 000 millones de personas tengan que vivir con menos de un dólar diario".
Desafortunadamente, el ritmo de reducción del porcentaje de hambrientos es demasiado lento, "lo que dificulta que se puedan alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, especialmente en Africa", se añade.
En la Cumbre Mundial de la Alimentación, celebrada en Roma en 1996, los líderes de 186 países se comprometieron a reducir a la mitad el número de personas hambrientas en el mundo, a más tardar en 2015.
Según la FAO, para reducir el hambre es esencial que los nuevos fondos destinados al desarrollo se destinen a la agricultura y el desarrollo rural en una proporción mayor que en las últimas décadas. La gran mayoría de los pobres del mundo viven en áreas rurales, y los estudios demuestran que el desarrollo de la agricultura es el principal motor para la generación de empleo e ingresos.
La agricultura está en manos de los campesinos
"El reducido nivel del gasto público a nivel nacional, junto con el descenso de la ayuda oficial a la agricultura y el desarrollo rural en los países en desarrollo, chocan con la importancia de la agricultura en sus economías nacionales", en especial para los países pobres que dependen de ella.
Según la FAO, la inversión privada es clave para la formación de un capital permanente en la agricultura, y es responsabilidad de los gobiernos lograr este objetivo a través de la investigación, la regulación de las inversiones públicas, los estímulos financieros y la formación.
"Los que se dedican a la agricultura son los agricultores, no los gobiernos. Sin embargo, la falta de financiación pública adecuada para bienes públicos esenciales como infraestructuras, investigación y formación, divulgación y desarrollo de los mercados, actúa como freno para las inversiones e iniciativas del sector privado".
Señales prometedoras para el futuro
La FAO ha realizado junto al Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), otro informe destinado a la cumbre de la ONU, Erradicación del hambre y la pobreza, que traza una estrategia concreta para cumplir el primero de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Según la FAO, existen "señales alentadoras que refuerzan la determinación de reducir el hambre y la pobreza y cumplir los ODM".
Como ejemplo de ello se cita la reciente decisión de los países africanos de incrementar hasta el 10 por ciento el porcentaje de su gasto público en agricultura y desarrollo rural, como "un paso positivo para acabar con la falta de financiación del sector agrícola".
Por otro lado, muchos donantes se han comprometido a incrementar de forma sustancial la ayuda al desarrollo. Entre estas iniciativas, la FAO destaca la promesa de los países de la Unión Europa de doblar su Ayuda Oficial al Desarrollo y el anuncio del G8 de cancelar la deuda de 18 de los países más pobres del mundo.