Ecuador reclama indemnizaciones para campesinos afectados por glifosato
El presidente electo Rafael Correa, llegó este jueves a Lago Agrio, zona norteña de la provincia de Sucumbíos, para comprobar los daños causados por las fumigaciones aéreas colombianas con glifosato y manifestó su disposición de solicitar al gobierno de Álvaro Uribe las indemnizaciones para aquellas personas que se han visto afectadas
Rafael Correa quien asumirá la presidencia de Ecuador el próximo 15 de enero, tras constatar los daños humanos y vegetales causados por las fumigaciones colombianas con glifosato en la zona fronteriza de Sucumbíos, invocará la solidaridad latinoamericana para iniciar demandas que indemnicen a los campesinos a quienes "se les ha destrozado la vida".
"Vamos a tener una posición firme para hacer respetar a nuestros campesinos y pobladores", señaló Rafael Correa, una vez sostenido un encuentro con los campesinos afectados y que hacen vida en la frontera con Colombia.
Por su parte, la gobernadora de Sucumbíos, Mireya González informó que el presidente Rafael Correa en compañía de las ministras de Salud, Carolina Chang; de Defensa, Guadalupe Larriva y de la canciller María Fernanda Espinoza, estuvo en la base aérea del comando del ala de combate 31 de Lago, donde abordó un helicóptero e inició el recorrido por el área limítrofe con Colombia.
Desde Lago Agrío, la gobernadora Mireya González señaló que es una importante ocasión para mostrar las afectaciones en cultivos lícitos y las enfermedades causadas por el glifosato, que riega Colombia en el sur de su territorio.
¿Quién más para certificar los daños causados por ese herbicida que los habitantes de Sucumbíos?, se preguntó al recordar que existe una demanda contra Bogotá por los perjuicios de las aspersiones realizadas en el 2003.
''Es alarmante que el presidente colombiano Álvaro Uribe diga que ese herbicida no causa daños, y que en nuestra línea de frontera se siembra coca'', enfatizó al rechazar estas declaraciones.
No existen tales plantaciones ilícitas y prueba de ello fue la visita realizada este miércoles por un grupo de reporteros y militares al lugar donde supuestamente se dijo había un área de 15 hectáreas, sembrada de coca, aseveró.
Por su parte, la designada ministra de Defensa del futuro gobierno, Guadalupe Larriva, destacó que buscará que las fronteras de Ecuador sean dinámicas, de integración y no de tensión, al condenar las aspersiones colombianas con glifosato
Larriva destacó la necesidad de una mayor vigilancia en los mares para evitar la violación por embarcaciones extranjeras, buques pesqueros y otros que no respetan el espacio geográfico que corresponde a Ecuador.
Glifosato causa daños irreversibles al ser humano
Estudios científicos de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador (PUCE) en Quito, revelan que una mayor exposición al glifosato causa daños irreversibles en el ser humano.
El médico especializado en genética y catedrático de la PUCE, Cesar Paz, resaltó que ese herbicida, de fabricación estadounidense, solo o acompañado, causa graves afectaciones al entorno y en los humanos.
Quienes están expuestos a un 30 por ciento de ese producto tienen más probabilidades de desarrollar cáncer y en el caso de las gestantes tienen un 20 por ciento más de posibilidades de abortar, subrayó el científico.
Advirtió que la exposición en un 15 ciento provoca la probabilidad de nacimientos con malformaciones.
El galeno destacó la necesidad de adoptar una posición más firme frente a las fumigaciones colombianas, pues los estudios demuestran los daños que ocasiona el glifosato.
Paz apuntó que en las plantas sucede algo parecido. Según una investigación de su efecto en cebollas, realizada por Mariana Moyón, experta de la Universidad Central, las plantas sufrieron severos daños.
En este caso se descubrieron células con doble núcleo, lo cual implica malformación y destrucción del material genético.
Grupos de derechos humanos denunciaron que el riego con ese tóxico ha afectado la salud de más de 5 mil ecuatorianos, muchos de los cuales presentan problemas genéticos irreparables. Además, suman cientos las hectáreas de tierra cultivable destruidas.
El herbicida es utilizado por Colombia para acabar con las plantaciones de coca y su uso fue suspendido hace un año en una franja de 10 kilómetros de la frontera con Ecuador, tras el reclamo del gobierno nacional.
La decisión de reanudar las aspersiones aéreas en la zona limítrofe por parte de Bogotá, provocó malestar en Quito que exigió el cese de las fumigaciones en la zona fronteriza y advirtió que sólo dialogará con Colombia después de suspenderse ese riego.