Brasil: violaciones a los derechos de los pueblos indígenas continúan

Idioma Español
País Brasil

"Continúa todo igual. No se alteró el cuadro y los factores de violencia [contra los pueblos indígenas] se siguen produciendo”. El comentario es de Lúcia Helena Rangel, antropóloga y coordinadora del Informe Violencia Contra los Pueblos Indígenas en Brasil – 2010, difundido en la tarde de hoy (30), en Brasilia, por el Cimi

Asesinatos, amenazas de muerte, falta de asistencia de salud y educación, morosidad en la regularización de tierras, invasiones y explotación de recursos naturales. Éstos son sólo algunos de los problemas que enfrentan las poblaciones indígenas y que se evidenciaron en el estudio. Basado en datos registrados por la prensa y por el equipo del Cimi, se destacan, todos los años, las violencias contra la persona y el patrimonio indígena, las violaciones de derechos y amenazas de las comunidades indígenas y las violencias contra los pueblos aislados.

 

La coordinadora de la investigación explica que la idea no es generalizar o afirmar que todos los pueblos indígenas son víctimas de violencia, sino mostrar dónde y cómo ella se produce. "Las violencias [contra las poblaciones indígenas] existen, no se le da mucha importancia y, por eso, terminan diluyéndose. Es evidente que la violencia es un hecho. Y nuestro objetivo es denunciar y alertar a las autoridades”, comenta.

 

Según datos del estudio, 92 niños con menos de cinco años murieron el año pasado por falta de asistencia médica. Los números de violencia contra las personas también son altos: en 2010, 60 indígenas fueron asesinados, 152 sufrieron amenazas de muerte, 15 fueron blanco de racismo y discriminación étnico-culturales y 27 sufrieron intentos de asesinato. Los casos más graves se registraron en Mato Grosso do Sul. Allá, 34 indígenas fueron asesinados, 150 fueron amenazados de muerte y 16 sufrieron intentos de asesinato.

 

Las estadísticas de violencia contra el patrimonio tampoco son alentadoras. De acuerdo con la publicación, el año pasado se registraron: diez conflictos relacionados con los derechos territoriales; 33 invasiones de posesión de la tierra, explotación ilegal de recursos naturales y daños diversos al patrimonio; además de 49 casos de omisión y morosidad en la regularización de tierras.

 

Lúcia destaca la situación de deforestación y explotación maderera en los territorios indígenas de Mato Grosso y Maranhão. Según ella, la explotación ilegal de madera alcanza a cerca de 100 áreas indígenas en Mato Grosso. La antropóloga observa, inclusive, un aumento de la deforestación en esa región después del comienzo de las discusiones sobre las modificaciones en el Código Forestal. "En el mismo momento en que las discusiones sobre cambios en el Código Forestal se iniciaron, el satélite Deter, del Inpe [Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales], detectó un aumento anormal de tala de la floresta”, se presenta en la introducción de la investigación.

 

La coordinadora del informe señala además los problemas generados por los proyectos desarrollistas. Construcción de caminos, hidroeléctricas, líneas férreas, agronegocio y explotación de minerales son sólo algunos de los ejemplos de proyectos que afectan a poblaciones indígenas y comunidades locales. "Los proyectos desarrollistas en la Amazonia afectan siempre a áreas indígenas. Y no es de hoy que las hidroeléctricas son construidas en áreas indígenas”, resalta, recordando que tales obras difícilmente afligen a los "grandes hacendados”.

 

Deforestación, presencia militar, pérdida de la biodiversidad y cuestiones sociales, como consumo de bebidas alcohólicas y prostitución, son citados en el estudio por la antropóloga como algunas de las consecuencias de estas grandes obras de desarrollo. "El pueblo Truká, en Pernambuco, hasta hoy sufre las consecuencias de la transposición del Río San Francisco”, ejemplifica.

 

En su opinión, el análisis demuestra la omisión del Estado ante la situación indígena en Brasil. "El Estado da prioridad a un proyecto desarrollista”, opina. Para ella, poco de lo que se debate hoy en relación con el medio ambiente es realmente promovido. "Muy poco de lo que se discute del ambiente es incorporado. Respetar los modos de vida de los pueblos tradicionales es anticuado”, critica, observando que Brasil todavía persiste en la idea de que es mejor "industrializar, desarrollar y ir hacia las ciudades”.

 

"Es una lucha de paciencia. Persistimos en producir datos [para llamar la atención de las personas]. La solución es de la población indígena, del Estado y de la sociedad, que todavía niega a los indios los derechos de existir y de reproducir su modo de vida”, sostiene.

 

Para más informaciones ingrese aquí: CIMI-Consejo Indigenista Misionero

 

Traducción: moc.liamg@leinad.setnarrab

 

Adital, Internet, 30-6-11

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