Argentina: problemas serios para el maíz argentino en Europa
España y Portugal comenzaron a restringir las importaciones del cereal - La Cancillería le pidió colaboración al comisario Peter Mandelson - El funcionario británico reclamó por las patentes - No hubo avances en torno de la OMC
El Gobierno se quejó ayer ante el comisario de Comercio de la Unión Europea (UE), Peter Mandelson, por las restricciones aplicadas por España y Portugal a la importación de maíz argentino, que le costarán al país unos 200 millones de dólares anuales.
El conflicto se originó porque a fines del año pasado la UE modificó en forma unilateral la reglamentación 1839/95, acordada en el contexto de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y que contenía el compromiso de cubrir la demanda de ambos países con un nivel diferenciado de aranceles. Sobre la base de ese acuerdo, la Argentina podía exportar maíz por 2 millones de toneladas a España y 300.000 toneladas a Portugal.
Después de la modificación reglamentaria mencionada, los embarques destinados a esas dos naciones comenzaron a detenerse, tensionando los nervios privados y oficiales de la Argentina, ya que es la segunda exportadora de maíz del mundo.
Mandelson, que ayer llegó desde Chile y hoy partirá hacia Brasil, escuchó el planteo de boca del secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Alfredo Chiaradía, durante un almuerzo muy cordial, en el que, sin embargo, quedó en claro que no habrá avances en la negociación por la Ronda de Doha de la OMC en el corto plazo.
Chiaradía dijo que a Mandelson se le explicó "el problema planteado con Portugal y España debido a condiciones fijadas a fines de 2005, que erosionan el acceso al mercado del maíz argentino".
Después de la modificación legal comunitaria, España importó maíz desde Hungría, uno de los nuevos socios de la UE. Como miembro de la región, Hungría puede vender en Europa a un costo más competitivo que terceros países, ya que no paga aranceles y goza de un valor de flete bajo.
-¿Se trató de un caso puntual o refleja una decisión de fondo?
-Si no es un problema puntual, vamos a ir a la OMC porque se trata de un caso claro de desvío de comercio- expresó Chiaradía.
La otra cuestión que planteó la Cancillería fue la disputa que existe con la empresa Monsanto, que ya logró frenar por la vía judicial embarques de soja transgénica argentina por la pretensión de la firma norteamericana de cobrar regalías por la utilización del gen RR en el producto nacional. "La posición de Monsanto no se ajusta a derecho", indicó Chiaradía, mientras que Mandelson optó por no formular comentarios, ya que el caso está en una instancia judicial y no política.
El Gobierno ya se ha presentado como parte interesada en los tribunales europeos con el argumento de que las acciones de Monsanto "contradicen la normativa nacional e internacional en materia de propiedad intelectual y defensa de la competencia". Y fue justamente la cuestión de la propiedad intelectual a la que se refirió Mandelson. El funcionario de origen británico expresó su preocupación por aspectos relacionados con las patentes, la ley de propiedad intelectual y la protección de datos, con particular énfasis en los productos farmacéuticos y fitosanitarios.
"Nosotros le indicamos que estamos en regla con la OMC y que, si existiera algún incumplimiento, siempre es positivo un refuerzo en los controles para evitar falsificaciones", explicó Chiaradía.
Las trabas de Doha
Más allá de las cuestiones bilaterales, las conversaciones de Mandelson en la Cancillería y el Ministerio de Economía giraron en torno de las trabas para avanzar en la Ronda de Doha de la OMC. Cada una de las partes volvió a plantear su posición -la Argentina pidió una rebaja de los subsidios agrícolas más agresiva por parte de Europa y esta región reiteró que el país debe abrir más su sector de industria y servicios- por lo que esta ronda de liberalización parece encaminarse al fracaso.
Al respecto, Miceli le dijo a Mandelson que "existe un compromiso de la Argentina para que la ronda logre un resultado satisfactorio, pero tiene que haber garantías para que los países en desarrollo sean los más beneficiados por esta negociación", según voceros de la cartera. Miceli agregó que el país debe proteger a determinados sectores industriales de la competencia externa para asegurar el crecimiento.
Cansado, Mandelson cerró su día con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; hoy desayunará con los integrantes del foro empresarial UE-Mercosur antes de volar a Río de Janeiro, donde buscará consenso en torno de Doha con funcionarios del gobierno de Lula y con el representante comercial de Estados Unidos, Rob Portman.