Argentina: “Pool de siembras” igual a atraso y hambre
Un encuentro crítico entre el zar del neoliberalismo en la producción agrícola argentina y un dirigente de los pequeños productores. Tomado de la revista “La Tierra”
Monocultivo exportable. Carestía global creciente en el precio de los alimentos. Deterioro del medio ambiente. Concentración en la propiedad de la tierra. Especulación. Agrocombustibles. Un modelo que amenaza en primer término a las sociedades de los llamados países emergentes pero que, más temprano que tarde, pondrá en crisis al sistema alimentario mundial.
Esos son temas que pertenecen aun agenda crucial. Por eso APM considera oportuno, desde un país que dice poder producir alimentos para 500 millones de personas-, reproducir una nota aparecida el 13 de este mes en la publicación “La Tierra”, de la Federación Agraria Argentina (FAA), histórica representante de los pequeños y medianos productores.
En ella, ella, periodistas de “Tierra” entrevistan a Gustavo Grobocopatel –titular de la firma “Los Grobos”-, uno de los empresarios más poderosos del sector vinculado a la soja y a la transnacionalización del agro, y más adelante se reproduce un diálogo entre éste y Eduardo Buzzi, presidente de la FAA.
La lectura de ese artículo puede ayudar a comprender la actual y conflictiva situación agrícola y alimentaria de este país – paros patronales de productores contra los impuestos a las exportaciones (retenciones) y escalda en los precios de la canasta básica-, que ofrece un dato curioso: en la protesta empresaria coincidieron, entre otras organizaciones, la FAA y la Sociedad Rural Argentina (SRA), emblemática representante de los sectores más reaccionarios del país y la vieja casta terrateniente.
Respecto de ese conflicto, que comenzó el viernes pasado y se extendería casi una semana, con serias amenazas de desabastecimiento, esa extraña coincidencia podría explicarse por lo siguiente.
Las últimas medidas gubernamentales –aumentar las retenciones, para incrementar la recaudación fiscal (las reservas del Tesoro llegaron a los 50.000 millones de dólares) y frenar los precios internos-, fueron aplicadas tanto a los grandes productores concentrados como a los pequeños y medianos, a la vez que no contemplan ninguna política que revierta el modelo productivo vigente, tendiente a la “sojización” de la economía agraria, la concentración, la transnacionalización y a la imposibilidad de alcanzar parámetros mínimos de soberanía alimentaria.
A continuación, el artículo anunciado.
La Tierra: ¿Cómo son los convenios para sembrar en Venezuela y Brasil?
Grobo: Bueno, sin entrar en muchos detalles, me gustaría decir que nosotros no somos grandes, sino que somos muchos. Y que la extensión de mi empresa a Brasil, Uruguay, Venezuela es una forma de actualizar las banderas de San Martín y Bolívar, de la integración latinoamericana, pero en el siglo XXI.
La Tierra: Cuesta imaginarlo a San Martín al frente de un fideicomiso, pero supongamos. Creo que él no hubiera puesto la sede de su compañía en Delaware, en Estados Unidos.
Grobo: Bueno, esa es una cuestión de seguridad jurídica. No se trata de un paraíso fiscal, como se dijo. No son las Islas Caimán.
La Tierra: Pero algún beneficio tendrán…
Grobo: Sí. Ahí alguna facilidad fiscal también hay.
La Tierra: En los últimos años te convertiste en el símbolo de los fideicomisos, de lo que la Federación Agraria llama “una agricultura sin agricultores”. ¿Qué pensás de eso?
Grobo: A mí me estigmatizan, pero yo no estoy de acuerdo. Nosotros simplemente tomamos los datos de la globalización y nos adaptamos a la situación. Si antes había cien personas en el campo y diez en la oficina, hoy la relación es inversa. Nosotros, hacemos negocios con esa realidad. Incluso creo que hay otro error que es seguir definiendo al mundo como segmentado entre el chico y el grande, dividir al campo entre pequeños y grandes. La gran división está entre el que se da cuenta y el que no. Y mi tarea es ayudar a que todos los productores se den cuenta. Y después, que sean clientes míos.
La Tierra: ¿Conocés el proyecto de ley de arrendamientos de la Federación Agraria Argentina?
Grobo: Algo escuché, pero no lo leí. Ni discutí sobre este tema con Hermes Binner (gobernador de la provincia de Santa Fe, región de fuerte actividad agrícol. Pertenece al Partido Socialista), como se dijo. Y a propósito de este encuentro con el gobernador de Santa Fe, yo me quedo pensando en los que me criticaron. ¿Tienen miedo que el se haga hiper capitallista, o que yo me haga socialista? Porque yo les aviso que con las convicciones que tengo, si me hago socialista los ‘hago pelota’.
La Tierra: ¿Qué te pareció Binner?
Grobo: Fantástico, un tipo que promueve al interior.
La Tierra: No hablaron de arrendamientos, ¿podés contar de qué conversaron?
Grobo: Nos conocimos. Charlamos sobre la realidad del país, pero no hablamos de negocios.
La Tierra: Gustavo, si yo estuviera al frente de Los Grobo y me siento con un gobernador, no me permitiría no hablar de negocios…
Grobo: Es cierto. Podríamos hacer buenos negocios, porque Santa Fe es una provincia maravillosa, pero no sé si ustedes me dejan entrar. Mientras tanto, a toda esa energía la canalizo en Brasil, adonde sí me dejan entrar.
Luego de este diálogo periodístico, se acercó a la mesa Eduardo Buzzi, y se generó un debate, que fue seguido de cerca por todos los periodistas (…).
Buzzi: Tenemos conceptos muy diferentes. A nosotros nos preocupa el modelo el modelo de los fideicomisos financieros, pooles de siembra y fondos de inversión, que avanza de manera muy preocupante, concentrando tierras y desplazando a productores muy tradicionales.
Grobo: Mi negocio es que haya muchos productores, y que todos sean clientes míos.
Buzzi: No se trata de demonizar a Gustavo Grobocopatel. Sino que es la lógica que su empresa representa y promueve. Que es el contrato por cosecha, con escasa reposición de nutrientes, dificultad para la rotación, deterioro del recurso natural, falta de planificación y problemas en los pueblos, porque si no hay diversificación no hay empleo.
Grobo: Buenos, yo coincido en que hay un proceso de concentración y que tal vez no sea lo más adecuado. Sin embargo, creo que es una dinámica que es propia de las formas que tiene la economía hoy, socialista, capitalista o lo que sea, y creo que hay que encontrar oportunidades de desarrollo en ese esquema. Pero en mi opinión, el proceso es virtuoso y equitativo. Y el Estado, en este contexto, tiene que hacer, lo que tiene que hacer: generar condiciones para la equidad y la igualdad de oportunidades para las personas, e intervenir en determinadas cosas para facilitar procesos productivos. Creo en un Estado fuerte, pero como el escandinavo. Porque si hay que ponerle guita a un Estado ineficiente y que no hace las cosas que tiene que hacer o las que hace las hace mal, como es el caso del trigo, no creo que sea bueno para los privados invertir en ese tipo de Estado. Con respecto a la extranjerización, hoy somos un país barato. Por el tipo de cambio, estamos regalados. Y por eso vienen empresas de otros lugares. En el caso de mi empresa, no es que hayan venido de afuera, sino que nosotros necesitábamos capital, y ese dinero vino de firmas de Brasil.
Buzzi: Nosotros creemos que hace falta regular el uso de la tierra, y crear una figura nueva, la de los contratos promovidos. Y con eso promover que el propietario de un campo que quiere alquilar, entre un productor tradicional y un fideicomiso financiero elija al productor tradicional por mecanismos de desgravación impositiva y estímulos fiscales. Italia no modificó su millón de agricultores; Francia tampoco; el estado norteamericano de Nebraska impide a las corporaciones la compra de tierra por enmienda constitucional. Los países desarrollados tienen políticas para proteger a sus estructuras agrarias y en este país estamos haciendo lo contrario. Pero no hace falta ir tan lejos: Brasil tiene un ministerio de desenvolvimiento agrario, y Uruguay lleva adelante procesos de colonización. Es decir, cuando países vecinos avanzan con la defensa de la agricultura familiar, en la Argentina se deja al modelo en manos del mercado, que puede hacer desaparecer al productor tradicional, pequeño y mediano. Porque la concentración, que se está profundizando, en el mediano plazo no es sustentable, y los pueblos se van a quedar sin empleo.
Grobo: Yo quiero explicar algo. En mi fideicomiso, que es una parte de lo que hacemos en Los Grobo, yo manejo plata de las AFJP, dinero de las jubilaciones. Eso quiere decir que yo soy empleado de los pobres.
Buzzi: Bueno, definitivamente sos un fenómeno... pero de la comunicación.