Alarma a la FAO incremento y volatilidad en el precio de cereales
El incremento y la volatilidad en el precio de los cereales se constituye como "la mayor amenaza para la seguridad alimentaria", afirmó un grupo de expertos de 75 países reunidos este fin de semana en Roma, convocados por la Agencia de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)
El encuentro coincidió con la publicación de un reporte en el que el mismo organismo da cuenta que de julio a septiembre los precios internacionales del trigo aumentaron hasta 80 por ciento y del maíz 40 por ciento. Los del arroz, en cambio, tuvieron un comportamiento moderado, al subir siete por ciento en estos meses. Estos tres granos constituyen la base de la pirámide alimentaria en todo el mundo.
En la reunión especial en Roma para analizar la situación alimentaria, los expertos señalaron que los incrementos en los precios de los cereales en los días recientes responden a la especulación, más que al comportamiento del mercado.
Destacaron que, en el caso del trigo, el alza en los precios se presentó ante los temores de escasez, luego que a principios de agosto Rusia –que hasta el año pasado se había constituido como el tercer exportador mundial de trigo– prohibió las ventas del grano al exterior en lo que resta del año, tras la sequía que azotó al país desde abril pasado y que se agravó por una ola de calor sin precedentes en julio y agosto afectando la cuarta parte de sus cultivos.
Los especialistas apuntaron que al veto a las exportaciones rusas se suman las políticas de otros países para comprar altas cantidades de granos (como el caso de Egipto), para asegurar su consumo interno, hechos que han generado la inesperada escalada de precios y mantienen los altos niveles de volatilidad.
El documento Perspectivas para las cosechas y la situación alimentaria, publicado el pasado viernes por la FAO, reporta que el incremento en el precio de los cereales se ha traducido en el encarecimiento de los alimentos en todo el mundo, sobre todo en los países pobres que importan esos granos.
El documento señala que una tonelada de trigo de origen estadunidense cuesta actualmente 309 dólares, es decir, 55 por ciento por encima de promedio hace un año. Apenas en junio pasado el cereal se vendía por debajo de los 200 dólares, sin embargo, a partir de julio comenzó la escalada y a principios de septiembre rebasó los 300 dólares.
La FAO apunta que el trigo es el cereal que más se ha encarecido, a raíz del alto a las exportaciones rusas y en el mercado europeo su precio se elevó hasta 80 por ciento en algunos países.
En el caso del maíz, en junio costaba 150 dólares y para septiembre sobrepasó los 200 dólares, superando así los 160 dólares en los que se vendía hace un año. El arroz por su parte es el que ha presentado un aumento más reservado en el mercado estadunidense, pues de alrededor de 470 dólares en junio, ahora se vende en 500 dólares, aún por debajo del nivel de hace un año.
El documento también da cuenta que en 2008 el nivel de producción de trigo era cerca de 2 mil 300 millones de toneladas, mientras que la demanda era de alrededor de 2 mil 200 millones de toneladas. Es decir, durante la crisis alimentaria, el nivel de existencia de trigo era superior en 100 millones de toneladas.
Sin embargo, la FAO reporta que actualmente los niveles de producción y requerimientos del trigo están prácticamente a la par, en un nivel ligeramente por encima de las 2 mil 200 millones de toneladas.
El organismo de Naciones Unidas advierte que el incremento en el precio de los cereales se ha traducido en el encarecimiento de los alimentos en todo el mundo, sobre todo en los países pobres que importan esos cereales y que requieren ayuda internacional.
Señala que son 30 los países que dependen de asistencia, en su mayoría los africanos Sudán, Etiopía, Somalia y Niger, entre otros. En estos casos, apunta el documento, existen otros factores que agraban el problema alimentario, como son las guerras civiles, la situación de refugio y problemas de inseguridad. Además se suman los desastres naturales que han afectados vastos cultivos en países asiáticos, como Pakistán.
En América Latina, Haití sigue siendo el más afectado, pues a los problemas de pobreza e inseguridad se añaden los efectos del terremoto de enero pasado; además, países centroamericanos como Guatemala, Honduras, El Salvador y Costa Rica han padecido los temporales que han afectado los cultivos de granos como el maíz.
Tras la reunión este fin de semana en Roma los expertos de la FAO reconocieron la necesidad de intensificar los trabajos para combatir de raíz las causas del encarecimiento de los alimentos y recomendaron mejorar la transparencia y labor, asociados a los riesgos y las nuevas fuentes de volatilidad en los mercados.
Importaciones de maíz crecieron 13.8% de enero a julio pasados en México: Inegi
Susana González G.
Las importaciones de maíz subieron 13.8 por ciento entre enero y julio de 2010 en comparación con igual periodo del año pasado, aún cuando la oferta nacional del principal grano básico de México no ha dejado de crecer en los años recientes, indican las estadísticas más recientes sobre el sector alimentario del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En esos siete meses las importaciones en general subieron 13 por ciento, pero además de que el maíz superó esta cifra es el alimento por el que México desembolsa más dinero en el exterior que cualquier otro.
Así las importaciones del grano ascendieron a 994 millones 257 mil dólares de enero a julio, lo que implica que el país gastó 120 millones de dólares más en términos anuales.
Tal aumento rompe con la reducción en las importaciones del grano que se produjeron entre 2008 y 2009, una vez pasada la crisis de la tortilla que estalló al comenzar el sexenio del presidente Felipe Calderón y cuando el alimento se encareció 40 por ciento.
Los informes sobre la balanza comercial indican que el máximo tope de importaciones de maíz se alcanzó en 2008 al llegar a 2 mil 391 millones de dólares, 35 por ciento más respecto a lo que se compró en 2007.
Pero el año pasado las compras externas de maíz se desplomaron 40 por ciento, ya que sólo ascendieron a mil 436 millones de dólares, según el Banco de México y el Inegi, pero esa tendencia se interrumpió en los meses referidos de 2010.
A lo anterior se suma la advertencia que hizo la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en su informe Perspectivas de cosechas y situación alimentaria sobre la reducción de la producción de algunos cereales en México como consecuencia de las inundaciones y deslaves provocados recientemente por los huracanes Karl y Alex en Veracruz, Nuevo León y Tamaulipas.
El organismo recuerda que más de la mitad de la producción anual de cereales del país proviene de los llamados cultivos de temporal, pero que el paso de Karl causó extendidos daños en Veracruz y afectó a más de medio millón de personas, mientras que los efectos de Alex en Tamaulipas ha provocado pronósticos desfavorables en la producción de sorgo.
Los cuatro básicos
Además del maíz, México importa otros cuatro granos básicos: trigo, arroz, sorgo y soya, así como una categoría clasificada por el Inegi como "cereales trabajados de otro modo, excepto arroz".
Con excepción del arroz y la soya, todos registraron un incremento en las compras al exterior; en conjunto se pagaron 2 mil 857.4 millones de dólares de enero a julio.
El aumento en las importaciones por granos básicos fue de 5.5 por ciento en términos anuales, menos de la mitad del incremento correspondiente al maíz.
La soya es el segundo alimento que más importa México y lo que se gasta para conseguirlo en el exterior casi se aproxima a las cifras del maíz: 877 millones 559 mil dólares de enero a julio de 2010, lo que implica una reducción de 1.1 por ciento respecto a igual periodo del año pasado.
Las importaciones de trigo y morcago crecieron sólo 2.8 por ciento, pero por ellas se pagaron 472 millones 697 mil dólares, mientras que las de sorgo se incrementaron 10 por ciento al llegar a los 278 millones de dólares.
Otros cereales incluidos en las estadísticas subieron 5 por ciento en sus importaciones, por las que se pagaron 42 millones de dólares.
En contraste descendió la compra de arroz en 0.7 por ciento, cereal por el que se pagaron 192 millones de dólares.