Guatemala: palma africana, una amenaza a la seguridad alimentaria
"La industria de la palma africana está en expansión en Guatemala, poniendo en duda seria y razonable la viabilidad de la implementación de la Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional en la Franja Transversal del Norte (FTN)."
En 2009 Amartya Sen, Premio Nobel de Economía 1998, señaló que cuando se define el bienestar humano a partir de lo que se tiene y se consume, surge el debate entre el bienestar presente y el futuro. Si bien el tema ha sido estudiado en profundidad, es importante plantear nuevas fórmulas que tengan en cuenta que los beneficios de la educación, la salud y la alimentación van más allá del bienestar inmediato.
Hablar de inseguridad alimentaria no sólo se refiere a la falta de alimentos, sino también a un problema social que incluye la desigualdad en los mecanismos de distribución de la riqueza, así como las prioridades del Estado en aspectos socioeconómicos.
Un área con problemas de inseguridad alimentaria en Guatemala es la Franja Transversal del Norte (FTN). En este territorio ubicado al norte del país se implementa un proyecto de “desarrollo” impulsado por el gobierno y el sector privado, consistente en la promoción y expansión del cultivo de la palma africana. Sus promotores argumentan que está contribuyendo a disminuir la pobreza y los problemas alimentarios.
Sin embargo, el cultivo de la palma africana en Guatemala no tiene como propósito la producción de alimentos, sino la exportación de materias primas para la producción de combustibles (el denominado agro-diesel). Según el gobierno y los empresarios, al cultivar grandes extensiones con palma africana, los trabajadores locales reciben un pago, y así es como pueden comprar comida. Estos trabajadores locales son personas en condiciones de pobreza y pobreza extrema, que carecen de tierra para cultivar sus propios alimentos, o que se vieron forzados a vender su tierra.
Viejos y nuevos empresarios, con capital nacional y extranjero, introdujeron durante la década pasada esta agroindustria en la FTN, logrando reproducir una vez más el modelo de explotación de la mano de obra que proveen personas en condiciones de pobreza. Estos empresarios siempre se han amparado en el discurso de la generación de empleo, pero en este caso particular además argumentan en defensa de esta explotación que la nueva industria contribuye a reducir la inseguridad alimentaria.
Este esquema trastoca la dignidad humana, agrediendo las dinámicas locales. Por ejemplo, la economía local, campesina y caracterizada por un sentimiento colectivo de solidaridad, se ve amenazada con esta intervención mercantilista. La visión invasora privilegia la búsqueda sistemática de ganancias económicas, desplazando bruscamente las formas locales, en especial el significado social y cultural de la comida.
La industria de la palma africana está en expansión en Guatemala, poniendo en duda seria y razonable la viabilidad de la implementación de la Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional en la FTN. El cultivo de la palma africana reconfigura social, ambiental y culturalmente el territorio, con lo cual los siguientes pilares de la Política se tornan inviables: 1) disponibilidad de alimentos: el cultivo de palma africana para producir combustibles desplaza la producción de granos básicos para alimentar a la población; 2) acceso económico a los alimentos: al sustituir áreas de cultivo de maíz por la palma aumenta la demanda del grano, y con ello se incrementa su precio; 3) alimentación adecuada: al cambiar el uso de la tierra, los alimentos producidos localmente son remplazados por comida procesada de muy bajo contenido nutricional, agudizando la desnutrición, y 4) el consumo de alimentos de origen nacional debe ser prioritario, oportuno y permanente: la comida procesada que remplaza la producción local muchas veces es importada, y al vender la tierra a los productores de la palma africana, se pierde la fuente oportuna y permanente de producir alimentos locales.
En el escenario en que la implementación de la Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional es inviable, el bienestar económico de unos pocos continuará anteponiéndose al bienestar social de la mayoría de la población. Mientras se continúe impulsando industrias cuya competitividad se base en la explotación de mano de obra barata, y con ello persista la desigualdad en la distribución de la riqueza, la inseguridad alimentaria en la población de la FTN persistirá, y peor aún, se agudizará.
Los habitantes de la región mesoamericana podemos hoy reflexionar en lo que Amartya Sen nos señala. La industria de la palma aparenta generar bienestar humano presente. Sin embargo, el problema social, y especialmente de inseguridad alimentaria que se está agudizando, tendrá serias implicaciones en el bienestar futuro. Peor aún si se reflexiona sobre el hecho que las personas más afectadas en el futuro, hoy en día sufren el flagelo de la pobreza y la desnutrición. Así, la falta de bienestar humano presente será castigada con un déficit futuro aún peor.
Investigadora del área de Población, Ambiente y Desarrollo Rural de FLACSO, sede Guatemala
Este artículo fue elaborado a partir de la investigación “El programa de la palma africana como política de seguridad alimentaria en Guatemala”, 2010, realizada en conjunto con Flor Castañeda.
Fuente: La Jornada del Campo