Agua abundante, pero…
El 22 de marzo tuvo lugar en Armenia, Quindío, una audiencia pública de la Comisión Accidental del Agua y la Biodiversidad del Senado. El departamento se desarrolla entre la abundancia y la depredación
Aída Avella (*)
Conocedores del tema y representantes de colectivos de la sociedad civil como el docente Luis Carlos Serna, ilustraron sobre la increíble abundancia de fuentes hídricas con que cuenta el departamento del Quindío, materializada en bosques de niebla, páramos, manantiales, lagunas y ríos, pero amenazadas gravemente por la indiscriminada depredación contra el medio ambiente, como también lo denuncia el experto.
Acción de las transnacionales agrícolas
La introducción del monocultivo extensivo e industrial en una región históricamente ligada al minifundio familiar, que dio lugar al Paisaje Cultural Cafetero, PCC, reconocido como elemento fundamental de nuestra identidad nacional, se desdibuja cada vez más por la acción de multinacionales chilenas y canadienses, en torno al aguacate, al pino y al eucalipto. La primera especie, el aguacate de variedad Haas y la utilización masiva y abusiva de agentes químicos para su crecimiento, está acabando con las polinizadoras, poniéndolas en peligro inminente de extinción, además de contaminar gravemente quebradas, ríos y manantiales.
La industria maderera, por su parte, ubicada en los municipios de alta cordillera del departamento, acapara las fuentes hídricas, a través de la introducción de especies no nativas, como el pino y el eucalipto, secándolas a largo plazo, convirtiendo el agua en un insumo industrial y no en un derecho colectivo.
Bosques de niebla y páramos se ven en peligro de extinción por el masivo consumo del preciado líquido en el proceso industrial de estas fuentes de madera y cartón, además de la afectación negativa que dichas especies generan en los ecosistemas nativos de la región.
Al mismo tiempo, el pago de impuesto predial a estos municipios por parte de las multinacionales es pírrico, acaparando todos los activos sin inversión alguna, dejando todos los pasivos ambientales y desfavoreciendo las administraciones locales y a sus pobladores.
Ojo con el agua del Quindío
Los habitantes de los doce municipios del departamento no se salvan de este cuadro desolador, que presenta indicadores de transmisión de enfermedades y contaminación de fuentes hídricas más altos del país, siendo el territorio más pequeño de la Colombia continental.
La situación del pozo de aguas residuales de la vereda Boquía del municipio de Salento es grave, los vertimientos de aguas contaminadas, no tratadas por PTAR, tienen lugar a escasos metros de la bocatoma del río Quindío, que alimenta los acueductos de los dos mayores municipios del departamento: Armenia y Calarcá.
Además de la acción industrial indiscriminada y fuera de control, la acción de la naturaleza también afecta a los habitantes del Quindío. El río Lejos, que baja poderoso de su cuenca en la cordillera Central, puede desbordarse descontroladamente al llegar al municipio de Pijao, generando una potencial catástrofe que puede evitarse con la ejecución de la tercera fase de las obras de contención y mitigación a través de muros que la UNGRD ya inició, pero que deben ser terminadas urgentemente. Ojo con el agua del Quindío. ¡Cuidémosla!
(*) Senadora por el Pacto Histórico-Unión Patriótica
Fuente: Semanario Voz