Vacúnese comiendo

Ansiosa por revertir a su favor el debate sobre los alimentos modificados mediante técnicas de ingeniería genética, la industria agrobiotecnológica hace gran publicidad para la segunda generación de cultivos transgénicos, prometiendo "alimentos funcionales" con beneficios tangibles para los consumidores. Hoy pregonan las vacunas comestibles como ejemplo de los beneficios que la ingeniería genética puede reportarle al Sur. Por lo que prometen sus promotores, parecerían ser un sueño hecho realidad: baratas, accesibles y seguras -además del hecho que con ellas se evita el uso de las temibles jeringas

Pero todavía falta mucho para que uno pueda vacunarse comiéndose un plátano (banana). Por otra parte, lo más probable es que de cualquier manera estaremos mucho mejor sin ellas.

La primera generación de cultivos transgénicos (modificados genéticamente mediante técnicas de ingeniería genética) no sólo fue una decepción en términos de rendimiento productivo y rentabilidad económica, sino que además constituyó un fracaso rotundo en cuanto a su capacidad de concitar aceptación pública para los alimentos transgénicos. La propagación de cultivos transgénicos se ha detenido prácticamente por completo en muchos países y, por eso, la industria agrobiotecnológica busca hoy cambiar de rumbo, con la esperanza de ganarse al público con su nueva generación de cultivos de laboratorio. Según sus promotores, a diferencia de la primera generación que supuestamente brindaría beneficios a los productores, la segunda generación de cultivos transgénicos será diseñada teniendo en mente a los consumidores.

Esa segunda generación consta fundamentalmente de los denominados "alimentos funcionales". En términos generales, se trata de productos que supuestamente incorporan algún beneficio adicional para el consumidor --ya sea en cuanto al sabor, el valor nutritivo o como sistema de administración de medicamentos por vía alimenticia. Hay alimentos funcionales tales como las barras de chocolate con ginseng que ya están a la venta en Europa y Estados Unidos. Hasta ahora, esa "función" extra se le agrega a los alimentos durante su procesamiento, y no como resultado de la aplicación de técnicas de ingeniería genética, pero todo indica que eso cambiará muy pronto. Las principales empresas de agrobiotecnología -como Syngenta (resultante de la reciente fusión de las ramas agroindustriales de Novartis y AstraZeneca), Monsanto y Aventis- están realizando grandes inversiones en alimentos funcionales. Su objetivo es claro. Daniel Vasella, presidente y director ejecutivo de Novartis, expresa el deseo de todo ese sector industrial cuando afirma que sus "beneficios palpables para los consumidores bien podrían revertir a nuestro favor el debate sobre los alimentos transgénicos".

Entre los alimentos funcionales en proyecto, algunos de los más ambiciosos son aquellos con aplicaciones farmacéuticas. Un número creciente de empresas está empezando a crear plantas que producen proteínas terapéuticas mediante técnicas de ingeniería genética, que serán usadas como medicamentos y vacunas. Hasta ahora se han utilizado cultivos de células de microbios y mamíferos como "biorreactores" para producir esas proteínas terapéuticas, que generan más de U$S 18 mil millones de ventas combinadas por año, con proyecciones de crecimiento de un 20-30% en lo que queda de esta década.

El atractivo de los sistemas basados en plantas es que exhiben buena estabilidad genética, que desarrollarlos es menos costoso y que es más fácil producirlos a gran escala para comercializarlos. La empresa Epicyte Pharmaceuticals, de EE.UU., ya tiene varios "planticuerpos" (tecnologías patentadas para producción de anticuerpos en plantas) en etapa de desarrollo clínico. La CropTech, por su parte, está manipulando genéticamente plantas de tabaco para que produzcan proteínas terapéuticas y la Large-Scale Biology está trabajando en una vacuna contra el linfoma no Hodgkin. La Planet Biology está llevando a cabo ensayos clínicos de un anticuerpo mono clonado producido en plantas transgénicas, que evita la infección bacteriana oral que contribuye a las caries dentales.

Vacunas comestibles
De todo los trabajos que se han realizado hasta ahora sobre alimentos funcionales, el que más ha capturado la imaginación del público ha sido la investigación en torno a las vacunas comestibles. "Pronto llegará el día en que los niños serán vacunados masticando alimentos en lugar que con inyecciones", sugiere la revista Scientific American. "Es más, las vacunas comestibles podrán salvar a millones de personas que hoy mueren por falta de acceso a los inoculantes convencionales". Las vacunas comestibles -junto con el arroz "dorado" rico en vitamina A (véase BIODIVERSIDAD número 23)- constituyen la esperanza más reciente y la herramienta más importante con que cuenta la controvertida industria biotecnológica para enfrentar a un público escéptico al que debe convencer de las bondades que supone la ingeniería genética para los enfermos y los hambrientos tanto del Sur como del Norte. Algunos de los alimentos que se encuentran bajo estudio como portadores potenciales de vacunas comestibles son las bananas, las papas, el tomate, la lechuga, el arroz, el trigo, la soja y el maíz.

Las vacunas constituyen uno de los grandes éxitos de la medicina mundial (véase recuadro 1). La Scientific American nos recuerda que "lasvacunas han hecho prácticamente milagros en la lucha contra las enfermedades contagiosas". Entre 1970 y finales de la década de los '90 creció del 5 al 80% el número de niños vacunados a nivel mundial en el contexto de las campañas internacionales de inmunización contra seis enfermedades devastadoras (difteria, tos convulsa, polio, sarampión, tétano y tuberculosis), consiguiéndose reducir de esa manera en casi tres millones el número de víctimas de esas enfermedades.

Recuadro 1

CÓMO FUNCIONAN LAS VACUNAS

Las vacunas instruyen al sistema inmunológico para que destruya a los agentes específicos causantes de una enfermedad, antes que éstos puedan multiplicarse en cantidad suficiente como para provocar síntomas. Hasta ahora, esa tarea de instrucción se había logrado presentándole al sistema inmunológico bacterias o virus enteros abatidos o "atenuados" (debilitados para que no proliferen demasiado). El sistema inmunológico responde entonces a la vacuna tal y como si se encontrase frente al ataque de un enemigo en pleno ejercicio de sus fuerzas, movilizando sus propias fuerzas para destruir al agente extraño. Hay células que registran esto en su memoria y permanecen en estado de alerta en la retaguardia, preparadas para desplegar ejércitos enteros de defensa en caso que el agente patógeno real lograse entrar en el organismo.

Las vacunas clásicas suponen un riesgo leve puesto que el microorganismo abatido o atenuado algunas veces puede revitalizarse, provocando entonces la enfermedad que supuestamente debía prevenir. Por eso ahora se prefiere usar vacunas de subunidades o "subunitarias" (que no contienen genes sino sólo las proteínas derivadas de ellos), ya que reducen ese riesgo. Éstas, sin embargo, a menudo no son tan eficaces como las vacunas vivas. Las vacunas subunitarias son además costosas, ya que son producidas en cultivos de bacterias o en células animales y requieren ser purificadas y refrigeradas.

Fuente: WH Langridge (2000), "Edible Vaccines", Scientific American, septiembre del 2000.

Los partidarios de las vacunas sostienen, sin embargo, que ese 20% restante de niños a quienes no se llega aún con las campañas de vacunación representa alrededor de dos millones de muertes innecesarias por año, especialmente en las regiones más remotas y empobrecidas del planeta.

Las vacunas convencionales son costosas, requieren refrigeración y aplicarlas exige personal especializado -y agujas hipodérmicas que en algunos lugares son difíciles de encontrar. De ahí el atractivo de las vacunas comestibles. ¿Pero hasta qué punto es realista e incluso conveniente el sueño de una planta de banano 'inoculante' en cada hogar?

Es mucho pedirle a una banana
Por más atractivo que parezca, ese sueño posiblemente jamás se hará realidad. "Lo que más nos preocupa de esta tecnología es el problema de la dosificación", declara Bernard Ivanoff, coordinador mundial de los programas de vacunación de la Organización Mundial de la Salud. Para fijar correctamente la dosis adecuada sería necesario conocer el peso y la edad del paciente, y también el tamaño e incluso el grado de maduración de la banana. Las vacunas comestibles seguramente no podrán prescindir del papel del vacunador o quienquiera que sea que le administre la vacuna a un paciente, y que en realidad sería más práctico procurar agregarle la sustancia concentrada a los alimentos para bebés y dárselos con cucharita, antes que pretender que se coman una banana entera. Se impone entonces la pregunta, en primer lugar, ¿para qué tomarse el trabajo de incorporarle una vacuna a la banana mediante técnicas de ingeniería genética?

Como es sabido, el calor desnaturaliza (desactiva) a las vacunas, y por esa razón sería imprescindible que cualquier alimento que se quiera modificar genéticamente para producir una vacuna fuese ingerido en estado natural, es decir, crudo. Las bananas se hallan en la mira como vehículo preferido -especialmente para aplicaciones en el tercer mundo- debido a su popularidad entre los consumidores, su abundancia, y por el hecho de ser inofensivas para los bebés. Pero las bananas presentan otra serie de problemas. Su contenido proteínico es muy bajo y no se puede esperar, entonces, que produzcan grandes cantidades de proteínas recombinantes (es decir, vacunas). La planta de banano además tarda varios años en crecer y dar frutos, y éstos se estropean muy rápidamente después de madurar, tornando difícil su transporte y almacenamiento. Los investigadores de la Universidad de Cornell en Estados Unidos hasta ahora no han tenido éxito en sus intentos de incorporarle una vacuna a una planta de banano mediante técnicas de ingeniería genética. Aun cuando han conseguido que produzcan cantidades suficientes de la sustancia inoculante, se sabe bien que las plantas que han sido inducidas a producir grandes cantidades de una proteína ajena no crecen bien.

Bueno, bonito y sobre todo, ¿barato?
Uno de los objetivos centrales de los pioneros de las vacunas comestibles es disminuir los costos de inmunización. En teoría, las vacunas comestibles serían mucho más baratas que las convencionales inyectables, puesto que aquellas prescindirían del costoso proceso de purificación y refrigeración típico de éstas, sumado al hecho que sus costos de transporte disminuirían significativamente. Sin embargo, los costos de transporte no caerían necesariamente mucho, y es posible que las vacunas comestibles también necesiten refrigeración. Incluso en el caso que las vacunas comestibles fuesen efectivamente más baratas que las convencionales, no es del todo claro que ello redundaría en una mayor cobertura de las campañas de vacunación, ya que el costo de la vacuna constituye sólo una fracción del costo total del paquete. De acuerdo a los datos de la OMS, del costo total de U$S 15 por la inmunización de un niño, tan solo un dólar corresponde al costo agregado de las seis vacunas principales, mientras que los catorce restantes corresponden a otros costos del programa (laboratorios, transporte, cadena de refrigeración, sueldos e investigación).

La investigación sobre las vacunas comestibles todavía está en pañales y aún falta mucho para probar su eficacia real. Lograr que las plantas produzcan cantidades suficientes de la sustancia inoculante ha resultado ser todo un desafío, para no hablar de conseguir traducir ese logro en respuestas inmunológicas adecuadas en la gente.

Riesgos ambientales y sanitarios
En las dos últimas décadas se ha registrado un incremento dramático de nuevas epidemias y rebrotes de viejas enfermedades infecciosas. Uno de los factores que ha incidido en ese fenómeno es la transferencia de genes entre especies no emparentadas de plantas y animales. Esa "transferencia horizontal de genes" fue identificada como factor responsable de la aparición de las nuevas razas bacterianas implicadas en la epidemia del cólera en la India en 1992 y el brote epidémico de Streptococcus en Gran Bretaña en 1993. Los antibióticos y las vacunas convencionales contribuyen en sí mismos a la transferencia horizontal de genes. Las vacunas recombinantes, del tipo de las que se usarían en las vacunas comestibles, habrán de exacerbar esa transferencia. Esta es una preocupación central que atañe a la liberación de cualquier Organismo Genéticamente Modificado (OGM), pero el caso de las vacunas es especialmente agravado por el efecto infeccioso que potencialmente pueden desencadenar.

Los riesgos ecológicos y ambientales asociados a las vacunas comestibles han recibido aparentemente poca atención hasta el momento, a pesar que representan graves amenazas (véase recuadro 2).

Recuadro 2

GENES ENLOQUECIDOS
La ingeniería genética es inherentemente peligrosa porque depende del desarrollo de vectores (portadores) de transferencia genética, específicamente diseñados para atravesar las amplias barreras que separan a las especies. Promueve la transferencia horizontal de genes entre distintas especies, en lugar que la transferencia vertical dentro de una misma especie, típica de la herencia. Su diseño apunta cada vez más, por otra parte, a vencer los mecanismos de defensa que destruyen o desactivan a cualquier gen ajeno a cada una de las especies. Es todavía una ciencia muy rudimentaria, que inserta genes dentro del material genético (genoma) del huésped en ubicaciones totalmente aleatorias, en lugar de los lugares cuidadosamente seleccionados que utiliza el fitomejoramiento tradicional. Por éste y otros motivos la ingeniería genética desestabiliza el genoma de sus huéspedes vegetales y animales. Hay cada vez más pruebas que indican que al facilitar la transferencia horizontal de genes y su recombinación, la ingeniería genética puede estar contribuyendo al surgimiento o la reaparición de enfermedades contagiosas, resistentes a los medicamentos diseñados para combatirlas. Las vacunas comestibles (e incluso las vacunas subunitarias) siempre implicarán la ingesta de material genético viral recombinante, y por eso representan un riesgo importante para el medio ambiente y la salud.

Según Terje Traavik, del Instituto Noruego de Ecología Genética, "sobre todas estas vacunas todavía quedan por responder importantes preguntas con relación a sus efectos sobre otras especies distintas a la especie meta". También existen graves riesgos asociados a la probabilidad de que el virus de una vacuna genéticamente modificada entre en recombinaciones con parientes silvestres. Los nuevos virus resultantes de esas recombinaciones "pueden poseer características totalmente impredecibles con respecto a sus preferencias, en lo que a huéspedes se refiere, y a su potencial infeccioso", afirma Traavik.

Las vacunas de ADN desnudo, compuestas de genes del patógeno desprovistos del recubrimiento o "caparazón" del virus, son quizás las más peligrosas. Estos pequeños segmentos de ADN son fácilmente absorbidos por células de todo tipo de especies, y pueden integrarse al material genético de las células. A diferencia de los contaminantes químicos que se diluyen y se degradan con el tiempo, estos pequeños fragmentos de ADN pueden ser absorbidos por las células y multiplicarse y mutar por tiempo indefinido. Se sabe que conllevan importantes efectos biológicos perjudiciales, incluyendo cáncer en los mamíferos. En caso de fuga o liberación en lugar y momento equivocado, existe muy serio riesgo -todavía no regulado- de que ocurra transferencia horizontal de genes, con efectos biológicos y ecológicos impredecibles.

Fuentes: T. Traavik (1999), "Environmental Effects of Genetically Engineered Vaccines", Thirld World Network Online, http://www.twnside.org.sg/title/vaccine.htm

Mae-Wan Ho et al (1999), "Unregulated Hazards of Naked and Free Nucleic Acids", Informe del ISIS para la Red del Tercer Mundo (TWN, por su sigla en inglés), http://www.i-sis.org/naked.shtml

En Estados Unidos todas las pruebas de campo con plantas que producen medicamentos requieren permisos gubernamentales, mientras que algunas pruebas de campo con otros cultivos transgénicos sólo precisan ser notificadas ante el organismo gubernamental correspondiente. Sin que medie razón científica alguna que justifique tal trato diferenciado, las plantas portadoras de medicamentos deben aislarse de cualquier otro tipo de plantas para evitar la polinización cruzada, a una distancia dos veces mayor que la que rige normalmente para otros cultivos genéticamente modificados.

Actores y promotores en el mundo de las vacunas
Gran parte de la investigación sobre las vacunas comestibles se está realizando hoy en día en el sector público. La industria es muy proclive a publicitar los supuestos beneficios de las vacunas comestibles, a fin de ganar apoyo para la ingeniería genética, pero todo indica que se trata más de un ejercicio de relaciones públicas que de un verdadero compromiso con esa causa. Según indica el listado de las solicitudes de patentes sobre vacunas comestibles (véase la tabla 1), la mayor parte de la investigación privada la están llevando a cabo pequeñas empresas de tecnología, no los grandes fabricantes de vacunas. Algunos pocos de ellos como Mycogen (Dow Agrosciences) empiezan a incursionar en ese campo, pero su interés está más puesto en el mercado de productos veterinarios ganaderos que en las aplicaciones humanas.

Tabla 1

Selección de patentes sobre tecnologías para vacunas comestibles
TITULAR DE LA PATENTE
REIVINDICACIÓN
Ribozyme-Pharm
Vacuna de ácido nucleico utilizada para tratar o prevenir infecciones virales en plantas, animales y bacterias
Found. Advan. Mil. Med (EE.UU.)
Vacuna antibacteriana que se manifiesta en células de plantas, especialmente útil contra la shigellosis
Laboratorios Rubicon
Retrovirus que se manifiesta en células de plantas o animales, útil como vacuna contra virus y el cáncer
Biosource (actualmente Large Scale Biology)
Vector de un virus vegetal potencialmente utilizable como vacuna contra el SIDA; proteínas recombinantes para uso en vacunas contra infecciones parasitarias como el paludismo
Applied Phytologics
Construcciones genéticas para resistencia contra enfermedades y producción de vacunas en arroz, cebada, trigo y maíz
Universidad de Texas
Vacuna recombinante del antígeno esencial del virus de la hepatitis B
Universidad de Yale
Vacuna contra invertebrados (insectos, arácnidos, helmintos, etc.)
Biocem; Rhone-Merieux
Vacuna contra la rabia, contenida en plantas transgénicas
Instituto Pasteur
Vacuna de E Coli atenuado para uso en terapia genética
Universidad de Texas A&M/ Universidad de Tulane
Plantas transgénicas que contienen la enterotoxina B del E Coli, para vacunas comestibles de aplicación veterinaria.
MinAgricultura de EE.UU. (USDA)/Universidad de Filadelfia
Vacuna contra la rabia, manifiesta en plantas de tomate
Universidad de Cornell
Manifestación creciente de proteínas ajenas
Scripps Research Institute
Producción de antígenos recombinantes en lechuga, espinaca, tabaco, habas o Chenopodium amaranticolor
Mycogen/Universidad de Washington
Conjunto de patentes amplias que abarcan la tecnología de las vacunas comestibles basadas en plantas
Agr.Genet/Purdue Research Foundation
Virus modificados y utilizados para la producción de vacunas en plantas, especialmente contra la aftosa, el VIH y el rinovirus humano

Fuente: Recopilado por GRAIN con base en los Derwent Technology Abstracts, octubre del 2000

El margen de ganancias en el mercado de vacunas ha sido históricamente bajo en contraste con el registrado por el mercado farmacéutico en general, debido principalmente al carácter no patentable de las vacunas más comunes. En los '70s y los '80s la innovación se retardó a causa de la escasa competencia y la ausencia de inversiones en el sector -motivada sobre todo por las dudas con respecto a su viabilidad económica y en preocupaciones y temores acerca de la responsabilidad jurídica de las empresas frente a los consumidores. En los diez últimos años, sin embargo, se aprobaron normas en Estados Unidos que liberan de esa responsabilidad a las empresas -excepto en el caso de productos con defectos de fabricación- abriendo así el camino a la reincorporación de muchas empresas a ese mercado. Las empresas fabricantes de vacunas están cosechando mejores ganancias otra vez. El mercado mundial en vacunas fue avaluado en U$S 3,600 millones en 1999, y desde entonces viene registrando un crecimiento del 12% anual. Se trata de un mercado altamente concentrado, en el que tres gigantes de la industria farmacéutica (SmithKline Beechman, Aventis [que absorbió tanto a laMerck como a Pasteur Connaught Merieux] y Wyeth Lederle) acaparan más del 75% de las ventas.

¿Sólo un sueño experimental?

A pesar de su comprobada voluntad para publicitar las vacunas comestibles como ejemplo de los beneficios de los alimentos transgénicos, la industria farmacéutica y agro biotecnológica sólo parece estar jugando con la idea por el momento, sin hacer grandes inversiones en investigación en ese campo. Quienes lideran el proceso en realidad son algunas pequeñas empresas de biotecnología y las unidades de investigación biotecnológica de algunas universidades. Todavía cabe la posibilidad de que estos pioneros con el tiempo convenzan a los grandes fabricantes a invertir en las vacunas comestibles y dejar atrás sus tecnologías convencionales vigentes, pero eso parece poco probable, dada la complejidad del desafío que constituye crear un producto útil, seguro y asequible. La gente en el mundo puede respirar con alivio (por lo menos por ahora), dados los graves riesgos que suponen las vacunas comestibles. Tal y como afirma Terje Traavik, experto noruego en bioseguridad, "es asombrosa la falta de pensamiento holístico y ecológico que existe con respecto al riesgo que implican las vacunas. Esto parece ser sintomático de la franca ausencia de contacto entre la investigación en biología molecular y medicamentos por un lado, y los potenciales efectos ecológicos y ambientales de esa actividad por el otro".

El daño potencial de las vacunas comestibles pone de relieve la necesidad de establecer estudios de riesgo minuciosos y de gran alcance para la liberación de todo tipo de OGMs. Los marcos normativos vigentes son lamentablemente inadecuados. Además, es necesario que los investigadores y los diseñadores de políticas examinen con detenimiento todo el campo de las enfermedades contagiosas: existen otras maneras de impedir la propagación de esas enfermedades (por ejemplo, rompiendo las cadenas de transmisión), que tendrían que recibir mayor atención de su parte, en lugar de fijarse solamente en soluciones tecnócratas como la vacunación. Esto no quiere decir necesariamente que se abandonen por completo las vacunas, sino que se adopte un enfoque más holístico para el tratamiento de las enfermedades contagiosas.

Bibliografía:

WH Langridge (2000), "Edible Vaccines", Scientific American, septiembre del 2000.
T, Traavik (1999), "Environmental Effects of Genetically Engineered Vaccines", Thirld World Network Online, http://www.twnside.org.sg/title/vaccine.htm
Mae-Wan Ho et al (1999), "Sowing Diseases, New and Old", Thirld World Network Online, http:// www.twnside.org.sg/title/heal-cn.htm
M. Hansen (1999), "Genetic Engineering is Not an Extension of Conventional Plant Breeding", Consumer Policy Institute, http://www.consumersunion.org/food/widecpi200.htm
Glennerster y M. Kremer (2000), "A World Bank Vaccine Commitment", Policy Brief # 57, mayo del 2000.
Organización Mundial de la Salud (WHO, 2000), "Safety Aspects of Genetically Modified Foods of Plant Origin", Report of a Joint FAO/WHO Expert Consultation on Foods Derived from Biotechnology, OMS, Ginebra.
OMS y UNICEF (1996), The State of the World's Vaccines and Immunization, http://www.unicef.org/newsline/vpressr.htm
V. Griffith (2000), "Fighting Disease with Edible Vaccines", Future (revista interna de la Hoechst), http://www.archive.hoechst.com/english-3er/publikationen/future/ernaehr/art3.html
A. Pollack (2000), "Ventures Aim to Put Farms in Pharmaceutical Vanguard", The New York Times, mayo 14 del 2000.
J. Toonen (1996), "Seeds of a New Medicine", Biotechnology and Development Monitor No. 27, pp 12-14. http://www.gene.ch/www/pscw.uva.nl/monitor/2707.htm
T. Wilkins (1999), "Edible Vaccines I'll Take Mine With a Grain of Salt", Biotech Times, Vol.5, No.2.
Comunicación personal con Charles Arntzen, Universidad del Estado de Arizona; Uli Fruth, Vacunas y Biológicas, OMS; y Ted McKinney, Mycogen.
* El trabajo completo puede consultarse en el sitio de GRAIN en español http://www.grain.org/sp

Traducido por Alberto Villareal del original en inglés, publicado en Seedling en diciembre de 2000, vol.17, Nº 4.

Comentarios

02/06/2009
enfermedADES PREVENIBLES POR VACUNACION., por KIKISAN
EXISTEN DEMASIADAS ENFERMEDADES EN LA HUMANIDAD, ALGUNAS RECIENTEMENTE DESCUBIERTAS Y OTRAS NO TANTO, PERO AL FINAL DE CUENTAS LA MAYORIA SE PREVIENE CON LA SENCILLA ACCION DE VACUNARSE. POR ESO YO ME PREGUINTO, QUE TANTO CUESTA TU SALUD?. ALGUNAS VECES NO CAE EN LO ECONOMICO SI NO EN EL QUERER RECIBIRLAS. QUIZA POR QUE TU CAMA O SILLON ESTA DEMACIADO COMODO Y CUESTA DEMACIADO PARA LEVANTARSE, O YA SE TAL VEZ DON TELEVISOR, EL AMO Y SEÑOR DE LA CASA TE TENGA PRESA (O) Y NO TE PERMITE SALIR POR MÀS QUE LO DESEES. O TALVEZ LA ESCUELA , LOS NIÑOS EL TRABAJO, EL MARIDO QUE ABSORBEN TU TIEMPO., ENFIN PRETEXTOS COMO ESTE EXISTEN MUCHOS. PERO TE HAS PUESTO A PENSAR QUE PASARIA SI TU PERDIERAS TU SALUD? QUE SERIA SIN TI DE TODOS LOS QUE ANTERIORMENTE MENCIONASTE...... PIENSALO., PARA QUE ESPERAR ENFERMARTE, MEJOR VACUNATE Y PREVEE UNA DISCAPACIDAD POR COMPLICACIONES CAUSADAS POR LAS ENFERMEDADES PREVENIBLES POR VACUNACION O SIENDO MAS CRUDOS LA MUERTE.


PIDE MAS INFORMACION EN TU CENTRO DE SALUD MAS CERCANO. NO TE ARREPENTIRAS,