Sobre el reciente Tercer Encuentro de Educación Ambiental Nacional
"Hagamos todo lo correcto pero sin alterar los intereses y las ganancias de aquellos que se han apropiado de los recursos, de las tierras, las cadenas productivas y de distribución, de la provisión de presuntos alimentos, de la producción de autos, de los que se apropian del espacio publico urbano, del aire, de las playas y de los peces. Eso ha sido en ultima instancia la Educación para el Desarrollo (Sustentable)".
Maquillaje pedagógico y políticamente correcto de corto alcance
“Si el lenguaje verbal, abstracto y simbólico, este que usamos los humanos, está siendo desnutrido y hasta martirizado, qué no pasará con los otros lenguajes de este mundo. Recordemos que la corrupción es también quitarle el sentido a las palabras, privatizarlas cuando son o eran el patrimonio más común…”. “De hecho poco llevan tan adelantado los informadores del poder, es decir casi todos, que un eterno e ilimitado eufemismo en lugar de un mínimo respeto al léxico convencional. A lo que se suma de forma despiadada la mentira, acaso la primera materia prima de la comunicación -si aún la podemos llamas así – convencional y masiva”.
Joaquin Araujo. Contrainformación, Mayo 6, 2019.
Valga el epígrafe para caracterizar el discurso del Secretario Sergio Bergman en el inicio del reciente Tercer Encuentro de Educación Ambiental (EA) realizado el 3 de mayo de 2019 en Buenos Aires, organizado por la – ahora de nueva cuenta- Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. Y sí, lo primero es recordar que la tan festejada jerarquización del área ambiental de la gestión pública nacional que paso de Secretaria a Ministerio hace dos años, ha vuelto a degradarse, ahora junto con todos los ministerios! Y en segundo lugar enfatizar el cinismo de este Secretario, quien siendo evidentemente de los mas instruidos del gabinete, es capaz de argumentar tan coherente como eficazmente las razones de una política que no pasa del marketing y que es sistemáticamente, programáticamente diría, contradecida en la mayoría de los hechos y posicionamientos de la Gestión.
Para muestras basta con recordar el uso del presupuesto asignado a la gestión ambiental, 0,08 % del PBI (ver aquí) “arroja como conclusión general que las partidas etiquetadas como compatibles con el cuidado ambiental representan el 0,3% de los gastos totales presupuestados para el año 2019, mientras que aquellas etiquetadas en la categoría contrarias alcanzan al 5,6%. La preferencia está puesta en aquellas actividades que conllevan un impacto negativo en la conservación de los recursos naturales”.
Y poco o nada hace la Secretaria de Ambiente para pelear por mayor presupuesto y sobre todo una lógica diferente en la asignación de prioridades. Por si no fuera suficiente para descreer de la sinceridad de las intenciones declamadas, las declaraciones públicas del presidente contra el fallo judicial que aleja las fumigaciones de zonas habitadas y escuelas (ver aquí), las reiteradas manifestaciones del Secretario en este mismo sentido desde hace dos años (ver aquí y aquí)*, la reciente iniciativa interministerial que abre las áreas protegidas a la inversión turística (ver aquí), o la desvinculación del área ambiental de todos los aspectos de la actividad minera, muestran un claro acompañamiento del área ambiental nacional a las políticas de entrega del patrimonio y los recursos al interés privado y la gestión mercantil.
En este contexto decir que la EA es “educación en valores del ser, no solo del hacer” y que “la escuela no es un lugar de instrucción sino de comunidad de construcción de valores” es un lugar común que resuena cruelmente cínico cuando su gobierno lo contradice constantemente promoviendo con el achicamiento del sistema educativo, la degradación profesional de los docentes y un sesgo ideológico conservador en los curriculums, la exclusión de personas y temas que darían al proceso educativo del presente el carácter critico que tiene de hecho pero se pretende eludir.
Sabido es que la corporación sojera y las empresas mineras tienen ahora la posibilidad de influir en los contenidos educativos (ver aquí) y que empresas como Monsanto ahora Bayer (con miles de juicios por contaminación y envenenamiento en EU) ingresa libremente a las escuelas con sus programas. ¡¡Cuidado Bayer va a la escuela!! se titula este spot. Y nadie creería que el Kit de laboratorio donado por Bayer a las escuelas sea un acto desinteresado y sin portar un mensaje a fin a sus políticas (ver aquí)
No es de extrañar que estas cosas pasen durante este gobierno, aunque hay que reconocer que algunas iniciaron en el anterior y no deja de preocupar que un eventual cambio de gobierno no cambie, sin embargo, esta situación. Y es que como dicen las docentes del Foro Ecologista de Paraná en uno de los links, “... hay dos formas de entender la educación ambiental: una es cuestionando en forma radical el modelo de desarrollo que sostiene que estamos en una crisis civilizatoria y otro pensando que los conflictos ambientales son consecuencia de un modelo de desarrollo que con tecnología lo podemos solucionar”.
O para ir mas lejos que “lo técnico es un insumo para la formación ética” como sostuvo el Secretario Bergman, que es como una apuesta a remodelar la vida misma sobre bases tecnológicas. Algo que el ex ministro sostiene desde siempre, y que articula coherentemente con la idea también promovida por él, de que es el mercado si no el único, el mejor camino para solucionar los problemas ambientales.
Pensamos exactamente al revés, es la ética, de la vida, la que debe modelar el desarrollo técnico e incluso la investigación científica; y la mercantilización de la gestión ambiental, tanto como la de la educación son rutas hacia la privatización del ambiente y del conocimiento y la minimización de la fiscalización publica y ciudadana.
No puede haber una transición ecológica que no se base en una justicia ambiental para la justicia social y ayude a reducir al menos, las desigualdades y la pobreza y en la cual la participación ciudadana en la toma de decisiones y la fiscalización de los procesos ambientales, incluidos los contenidos de la educación sea cada vez mayor. Todo lo cual es exactamente opuesto a lo que hace el gobierno actual.
La consulta que ha puesto en practica casi sin presupuesto (salvo para el catering y el espacio que la SECyT le alquila, mas barato que otros) se limita a un puñado de docentes designados por las provincias, que se capacitan y debaten las prioridades educativas relacionadas con el ambiente en cada región del país e intentan luego, como pueden, reproducir el proceso en cada provincia por diferentes medios según la conocida formula de complejizar las problemáticas abriendo su análisis a la mirada interdisciplinar y poniendo en practica una educación por proyectos, pero sin comprometer los contenidos curriculares, ni abrir el espacio al debate sobre los conflictos socioambientales que se viven en todo el país.
Con todo, la construcción de la Estrategia Nacional de EA (ENEA) que viene realizándose desde la Secretaria no es tan lavada como podría parecer, pero ello resulta por una parte de la inquietud y preocupación de los participantes por la evidente crisis ambiental que se vive en todo el territorio que esta demandando acciones urgente y por otra parte, por la particular configuración del equipo de trabajo de EA de la Secretaría, un equipo que viene de largos años de gestión, que es el que lleva adelante las acciones, las diseña, diseña los pocos materiales que se producen y garantiza una mirada critica mínima necesaria, que salva en parte la estrategia y sirve para aparentar coherencia con discursos de moda y políticamente correctos.
Un grupo de alto perfil teórico en la EA que suele contrastar con el perfil pobre y frívolo de las personas que “formalmente dirigieron” el área al menos durante el gobierno macrista. Es evidente que esta combinación ha sido útil al gobierno, pues la ha repetido en muchas áreas, por ejemplo en el Programa Escuelas Verdes de la CABA o los programas de hábitat y desarrollo social. A falta de ideas propias servirse de las ajenas resignificándolas, banalizándolas un poco, poniéndolas en contextos apropiados incluso a intereses contrarios, puede ser, ha sido una formula eficaz para el macrismo.
Así, la propuesta de ENEA resulta pequeña, de escaso alcance real pero no obstante bien organizada. Los acuerdos logrados entre COFEMA y CFE y los acuerdos con las provincias y el Ministerio de Educación le dan a la ENEA un tinte federal e intersectorial que responde bien al tipo de red de trabajo educativo que la estrategia demanda y muestra un desarrollo institucional que no se había logrado anteriormente, esto hay que reconocerlo. No obstante la solidez y juridicidad de estos acuerdos es débil y la ENEA carece del sustento legal que la convertiría en una política publica vinculante.
Lo mas preocupante sin embargo es que la misma se proyecta del todo divorciada de la realidad ambiental del país, el cual debería ser declarado en emergencia a juzgar por los datos del estado del ambiente publicados por la misma Secretaria. Y del todo ajena a los numerosos y graves conflictos ambientales que ocurren a lo largo del territorio nacional. Esta es una característica que marca en términos generales todas las iniciativas que se enmarcan en la Educación para el Desarrollo Sustentable, toda vez que se aspira a solucionar problemas creados, mediante la educación pero sin cuestionar el modelo de producción y consumo, ni los intereses creados.
Los graves impactos ambientales derivados de la actividad extractivista en la minería, la agroindustria, los recursos hídricos o la especulación inmobiliaria en ciudades; las muertes por fumigación o los indices de enfermedades por esos motivos que hacen coincidir los mapas del monocultivo con los del cáncer, la amenaza de producción de piscicultura toxica en criaderos en distintos lugares, la contaminación de las aguas de la mayoría de los ríos del país, la desnaturalización de los alimentos, el avance sobre territorios de pueblos ancestrales y el desplazamiento de sus saberes, capaces de llevar a cabo hoy por hoy una explotación sustentable de los recursos disponibles, la ruina de procesos productivos artesanales locales por el avance de lógicas productivas intensivas y concentradas, en fin, son todos temas que, lógicamente, no aparecen en la agenda de la EA de la ENEA que promueve el gobierno.
Y si acaso emergen en las discusiones de los pequeños grupos participantes, no se reflejan en las conclusiones. No significa que no este presente en la preocupación de muchos educadores, pero evidente es que no lo esta en la agenda gubernamental nacional ni provincial.
Lejos de revelarse como una estrategia urgente frente la emergencia que demanda la revisión profunda de los valores que han orientado la relación de las sociedades con la naturaleza, la ENEA parece tener por delante un tiempo irreal, destacando un enfoque que atiende a las consecuencias de los impactos generados, reparte las responsabilidades en toda la sociedad por igual y olvida las causas y las responsabilidades diferenciadas.
No hay victimas ni victimarios, no hay por tanto beneficiarios ni damnificados, no hay pues intereses sectoriales y de clase en la desigual distribución de los recursos. Ni hay otras formas posibles de aprovecharlos, es decir no existe otro modelo productivo y otra concepción del desarrollo alternativo y solo cabe estimular el avance tecnológico, que tracciona la iniciativa privada, para crear las soluciones a los problemas que las tecnologías anteriores han generado inevitablemente en el devenir del progreso.
De tal suerte cuidemos al agua en casa pero sin criticar el derroche de los grandes consumidores, usemos la bicicleta pero sin desincentivar el uso y la producción de automóviles, usemos menos plástico pero sin regular legalmente su uso; minimicemos, reciclemos pero sin ley de envases y sin responsabilidad asociada del productor, comamos sano pero sin garantizar información adecuada y sin alimentos libres de tóxicos en circuitos populares y a precio justo, plantemos árboles pero sin poner freno al avance de la frontera agropecuaria sobre los bosques naturales, evitemos las especies exóticas pero sin alterar la producción de maderables, tomemos agua segura pero pagándola a coca cola más cara que coca cola y creyéndonos que es mejor. Hagamos conciencia sobre el cambio climático pero sin accionar sobre el territorio ni empoderar a la gente para enfrentarlo.
Hagamos todo lo correcto pero sin alterar los intereses y las ganancias de aquellos que se han apropiado de los recursos, de las tierras, las cadenas productivas y de distribución, de la provisión de presuntos alimentos, de la producción de autos, de los que se apropian del espacio publico urbano, del aire, de las playas y de los peces. Eso ha sido en ultima instancia la Educación para el Desarrollo (Sustentable).
Eso es la educación de la economía verde, esa que viene detrás de los ODS, en letra chica. Desarrollo y sustentabilidad ya no colisionan, el mercado sigue siendo la mejor guía. Nuestros hijos tiene la responsabilidad de cuidar y restaurar lo que nosotros hemos degradado!!!!! decía el Secretario Bergman sin atisbo de vergüenza. Luego presento un ínfimo proyecto que llega con 20 años de atraso y solo para medir la calidad del aire. Inflado como si fuese grandioso y rindiendo pleitesía al embajador inglés que auspiciaba tal iniciativa.
Sobre el Ministerio de Educación... ¿qué decir?
El Secretario Finocciaro falto a la cita y para quien sabe leer el significado de estas presencias o ausencias, es obvio que no le importo mucho.
Para los agentes de esa Secretaria, incorporando y ejercitando la interdisciplina y la transversalidad que son características inherentes de los temas ambientales vamos a lograr comprenderlos y solucionarlos, capacitando docentes en forma aleatoria y siempre extracurriular y frecuentemente con el apoyo de alguna empresa u ONG asociada podremos modelar actitudinalmente a las nuevas generaciones y así liberar nuestra conciencias de la responsabilidad educativa.
No se puede ir mas rápido, ni mas a fondo en el compromiso pedagógico publico con la crisis ambiental. La educación tiene sus tiempos, parecen decir, como si el futuro y la colisión civilizatoria se congelara hasta que la educación se ponga a la par. Poco mas o menos es lo que aporta el siempre ausente ex Ministerio de Educación de la Nación que en este encuentro, aunque figura como co-organizador, no alcanzó a participar ni 5 minutos, lo que duró la alocución de la única persona que hace años representa la ausencia del área educativa nacional en la ENEA.
Al igual que las TIC, la crisis ambiental y me animo a decir, la del sistema político han dejado al sistema educativo en una profunda y desactualizada situación que le aleja -como sistema- de la realidad. Poco mas se puede decir de este evento, casi aburrido.
La ley de EA que el propio gobierno impulsa esta cajoneada por ellos mismos en una muestra de la desarticulación de la ENEA respecto del conjunto de la gestión y la baja prioridad del tema. Digna fue la alocución del vicerrector de la UBA, en el marco de UAGAIS, único orador que no tuvo reparos en reconocer que el sistema capitalista es el problema y que las ciencias los saberes sociales y deben ayudar a cambiar.
Fue buena la decisión de compartir el espacio con la Red Nacional de Gestión Ambiental de Universidades (UAGAIS) que realizaba uno de sus encuentros anuales. Se trata de una iniciativa que tiene varios años y se enmarca desde el año pasado en la ENEA. Un esfuerzo grande por sumar a las altas casas de estudio a una estrategia integral de gestión ambiental hacia adentro de las instituciones y hacia afuera en sus ámbitos de influencia. Iniciativa que ha tenido interesantes avances pese a la marcada inercia de las universidades para reconocer la importancia de la cuestión ambiental (ver aquí)
Lo mas preocupante quizás es la falta de reacción de las bases educativas frente a esta situación (ver aquí). Si hubiese una conciencia sólidamente formada o al menos asumida, la lógica, y las propuestas, empresariales y corporativas no deberían poder permear las escuelas, los docentes y directivos deberían agruparse y detener en cada centro educativo esta intromisión. No digo que no pase, pero pasa muy poco. Y proponer lógicas y contenidos alternativos.
Es inevitable pensar si frente a esta escenificación que refuerza el imaginario -imposible- de un capitalismo sustentable, quienes pensamos diferente, que no somos pocos, deberíamos generar una estrategia paralela que confronte en el plano educativo esta farsa política discursiva y sobre la base de los datos incontrastables del desastre ecológico (ver aquí) que hemos producido, de la responsabilidad que nos toca y no podemos eludir frentea las generaciones futuras y la justicia del presente, abra el horizonte de los educadores hacia escenarios mas realistas, mas pluralistas, mas participativos y mucho mas críticos.
Porque la EA es una urgencia políticamente estratégica, cada días más incómoda para el establishment, que debe ser rescatada del fracaso de la política publica y globalizada y disputado su sentido desde los territorios y el campo popular.
Más información sobre las manifestaciones del Secretario Bergman sobre las fumigaciones:
https://laciudadrevista.com/el-ministro-bergman-autorizo-la-fumigacion-con-glifosato-a-100-metros-de-zonas-habitadas/; http:// fundavida.org.ar/web2.0/glifosato-bergman-permitira-fumigar-a-1-cuadra-de-viviendas-habitadas/
Contacto: moc.oohay@oiratcarfer