Paul Nicholson, uno de los aita de La Vía Campesina
La Vía Campesina, como movimiento internacional campesino, es hoy el referente social con su propuesta de Soberanía Alimentaria para la acumulación de fuerza contra las políticas neoliberales. Es el único movimiento de dimensión internacional que aglutina a tantos afiliados y militantes. Somos más de 200 millones de militantes, sostiene Paul Nicholson.
De talla vasca. Paul Nicholson, de 70 años, fue creado con los mejores ingredientes que hay en las montañas, cuyos acantilados besan el mar cantábrico. El pueblo pesquero de Lekeitio, en Bizkaia, País Vasco, lo vio nacer y también partir a los innumerables viajes alrededor del mundo en búsqueda de respuestas a su vida, y del movimiento campesino que se ha convertido en el alma de su lucha: La Vía Campesina (LVC).
Fue parte del colectivo de hombres y mujeres que hicieron la reflexión inicial, en mayo de 1992, sobre la necesidad de ser protagonistas de su propio ser. En aquel entonces no había una voz campesina a nivel internacional, y los que hablaban eran las organizaciones de los terratenientes. Paul estaba en Managua, Nicaragua, “de pura casualidad”, dice. Él era parte de la ejecutiva de la Coordinadora Campesina Europea, por Euskal Herriko Nekazarien Elkartasuna (EHNE), sindicato agrario, y había sido invitado al congreso de la Unión Nicaragüense de Ganaderos y Agricultores.
Ese grupo, formado por representantes de América Latina, Canadá y Europa, acordó que la lucha era global y no era entre agricultores de diferentes países. Había, por tanto, que generar las alianzas y sinergias “entre nosotros”, expresó Paul hace un par de semanas en su oficina personal, una habitación de su caserío en Lekeitio, donde vive junto a su familia. La lluvia de mensajes a su correo electrónico era imparable. Nada extraño. Estaba en plena víspera de la VII Conferencia Internacional de La Vía Campesina que iniciaría el domingo 16 de julio de 2017, en Derio, Bizkaia.
Consejero a tiempo completo:
Ante el encuentro más importante que celebra LVC cada cuatro años, y más ahora que es en su tierra, curiosamente Paul se encontraba muy tranquilo. Disfrutaba de la compañía de su nieto Markel, de un año y pocos meses. Entre los dos daban de comer a los conejos, las gallinas, los patos, las cabras… También atendían la huerta. Había que regarla, igual que a las plantas que rodean el caserío, aunque en este punto parecía que Markel dirige al abuelo. El pequeño sujetaba con seguridad la manguera, mientras el abuelo posaba la mirada en su relevo generacional.
Esa imagen se repite en la organización que Paul ayudó a fundar y fortalecer. Ahora son otros y otras las que llevan la batuta de LVC, aunque saben que cuentan siempre con Paul como consejero y asesor. Markel lo sabe también.
A continuación una breve entrevista a Paul Nicholson:
Mundubat: ¿Por qué es importante la VII Conferencia de La Vía Campesina?
Paul Nicholson: Cada cuatro años, las organizaciones de La Vía Campesina nos juntamos para ver dónde estamos y centrar los esfuerzos del movimiento campesino mundial. Es importante reunir a los responsables del movimiento campesino en las diferentes partes del mundo.
- ¿Y qué significa celebrar el encuentro en Derio? ¿En Euskal Herria?
- La Vía Campesina, como movimiento, no solo tiene un funcionamiento horizontal sino que las responsabilidades son rotatorias y la VII Conferencia tocaba en Europa. Que se haya elegido Euskal Herria en la reunión anterior, ha generado ilusión e interés por el papel jugado por el movimiento campesino vasco y las organizaciones aliadas en el proceso de acumulación de fuerzas en La Vía Campesina. Es el reconocimiento del movimiento a Euskal Herria.
- ¿Cuál es el principal desafío del movimiento campesino a julio 2017?
- El primero es asegurar la sobrevivencia de la cultura de la agricultura campesina, además de la viabilidad social y económica de la ella frente al ataque, al poder, de la agricultura agroindustrial y las políticas neoliberales. También debemos avanzar en la plasmación de las políticas públicas de Soberanía Alimentaria en todos los niveles institucionales y sociales.
Segundo. Desarrollar políticas de construcción de alianzas para hacer frente a las políticas neoliberales, especialmente en áreas como el cambio climático, las políticas militares o militarizantes.
Tercero. Asegurar el reconocimiento pleno de los derechos de las y los campesinos. Esto servirá no solo para los derechos sociales y económicos, sino para la lucha contra la criminalización de campesinos y campesinas en su defensa de la tierra y los bienes comunes.
El cuarto es avanzar en la lucha contra el sistema patriarcal, y que se fortalezca la equidad. El máximo desafío es la plena incorporación de las mujeres en todos los ámbitos de la vida campesina, tanto en lo productivo como lo organizativo.
Quinto. La plena incorporación de los y las jóvenes en la vida económica, social y cultural campesina.
- ¿El mundo necesita a La Vía Campesina?
- Sí. La Vía Campesina, como movimiento internacional campesino, es hoy el referente social con su propuesta de Soberanía Alimentaria para la acumulación de fuerza contra las políticas neoliberales. Es el único movimiento de dimensión internacional que aglutina a tantos afiliados y militantes. Somos más de 200 millones de militantes.
- En el actual ajedrez mundial, ¿por qué es importante la existencia de La Vía Campesina?
- La Vía Campesina lucha esencialmente por un modelo sostenible de vida y es una lucha por los bienes comunes, la tierra, las semillas, la biodiversidad, el agua, y esta es el área central de la lucha hoy, porque es el área de mayor negocio donde las trasnacionales quieren controlar la naturaleza, los alimentos, para su lucro, perjudicando la sustentabilidad del planeta. Es mercantilizar la vida hoy y en el futuro, y lo hacen a pesar de la crisis del modelo de desarrollo capitalista.
Entonces, frente a esta peligrosa realidad, La Vía Campesina aglutina las propuestas y los movimientos que luchan en esta área.
Fuente: Mundubat