La Revista Agraria #190 | Los transgénicos ¿ingresarán por la ventana?
"Tradicionalmente, el Estado se ha desentendido de los productores agrarios. En las últimas décadas se ha volcado a apoyar a los grandes agronegocios exportadores, seducido por un discurso empresarial triunfalista que asegura que el Perú será en los próximos años uno de los diez principales exportadores de alimentos del mundo".
La expansión de la covid-19 parece seguir el mismo patrón en casi todos los países. El virus llega inicialmente a las grandes ciudades con aeropuertos internacionales, portado por viajeros que arriban del extranjero.Estos viajeros viven, por lo general, en los barrios de altos y medios ingresos. En el Perú, en efecto, Surco, Miraflores y San Isidro fueron, al inicio, tres de los distritos con el mayor número de contagiados. Luego el contagio se expande hacia los distritos medios para hacerse masivo; después, en los distritos de menores ingresos.
Aquí las condiciones de vivienda y trabajo hacen difícil el confinamiento por períodos prolongados, lo cual motiva que el contagio no solo sea mayor sino continuo. Las capitales de departamento y de provincia siguen el orden, para alcanzar finalmente a las áreas rurales.
Alrededor de una cuarta parte de la población del Perú está asentada en las zonas rurales, una mayoría de la cual se dedica a actividades agropecuarias. Los desplazamientos del campo a las zonas urbanas y la llegada a poblados rurales de decenas de miles de retornantes que abandonan las ciudades, contribuyeron a la difusión del virus.
En estos poblados la incidencia de la desnutrición y de la anemia es mayor que en las ciudades. La población es también más vieja: en el año censal de 2012 un tercio de los productores agrarios, casi todos ellos de pequeña escala, tenían más de 55 años, el 21 % más de 65, grupo de edad este con mayor susceptibilidad no solo de contraer la enfermedad sino también de que el desenlace sea fatal. Toda esta población está bastante desprotegida, pues las instalaciones de salud, cuando las hay, suelen estar distantes, sin el personal requerido y mal implementadas. De estos productores vulnerables depende la provisión de tres cuartas partes de los alimentos que consume la población peruana.
Tradicionalmente, el Estado se ha desentendido de los productores agrarios. En las últimas décadas se ha volcado a apoyar a los grandes agronegocios exportadores, seducido por un discurso empresarial triunfalista que asegura que el Perú será en los próximos años uno de los diez principales exportadores de alimentos del mundo. ¡En un país en el que en nueve departamentos más del 20 % de los niños sufre de desnutrición crónica, y en diez, más del 36 % son anémicos!. Este gobierno ha dado algunos decretos de urgencia para paliar la caída de ingresos de la población rural y para que la campaña agrícola, que se inicia en estos días, asegure una producción suficiente para mantener alimentado al país en los meses que siguen y el próximo año. Sin embargo, lejos están estas medidas de alcanzar a la mayoría de productores.
Como podemos leer en una reciente publicación conjunta de la Cepal y la OPS, “la expansión del covid-19 podría ser devastadora” en las zonas rurales, con una población vulnerable, servicios e infraestructura deficientes, bajos ingresos y limitados recursos para afrontar la campaña que se inicia.
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Fuente: La Revista Agraria