Crisis alimentaria. Boletín N° 428 de la RALLT
Este boletín está dedicado a analizar la crisis alimentaria mundial, pero dada la crisis boliviana, en la que se podría aprobar una ley que legaliza el ingreso de transgénicos en ese país, incluimos las implicaciones del ingreso de semillas manipuladas genéticamente en ese país. Boletín N° 428 de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos.
BOLIVIA: LOS TRANSGÉNICOS Y LA PRIVATIZACIÓN DE LAS SEMILLAS
Fortunato Esquivel
ALAI AMLATINA, 07/06/2011.-Los movimientos sociales tienen en su haber grandes batallas en su pasado histórico, pero sobre todo en el periodo neoliberal. Se luchó contra la venta de las empresas estatales y contra la capitalización que era una disfrazada venta de las empresas estratégicas. Se luchó contra la privatización del agua y otros derechos de los bolivianos.
Pero estas luchas, están ante un peligro mucho mayor y hay que decirlo con mucha pena y alarma porque esté a cargo de un gobierno que se dice de los campesinos, indígenas y movimientos sociales.
Nos encontramos ante el gran peligro de la privatización de las semillas, que por milenios fue un patrimonio que nos donó la Pachamama y ahora a punto de tener dueños particulares. ¿Será verdad que se encuentra en trámite una ley en ese sentido? y ¿Será posible que un gobierno como el presente esté impulsando una norma así?
El pasado 3 de junio un periódico de La Paz, publicó el siguiente titular: “Un proyecto de ley propone legalizar uso de transgénicos”. Un epígrafe dice seguidamente que el proyecto de ley prevé el control de la producción, importación y comercialización de productos genéticamente modificados.
Nadie dijo “esta boca es mía”. Ni ecologistas, ni defensores de la madre tierra se manifestaron contrarios en esta ocasión. El periódico, dice que la futura Ley de Revolución Productiva, Comunitaria y Agropecuaria, impulsada por el gobierno, será aprobada con ocasión del Año Nuevo Aymara, el próximo 21 de junio.
Sigue la información y dice que fue el presidente Evo Morales quien remitió el proyecto a la Asamblea Legislativa para su consideración y presunta aprobación. El ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas (Anapo) Demetrio Pérez, aplaudió de inmediato ese proyecto que les permitirá ser más competitivos y por supuesto más ricos.
¿Qué significa esta norma, por ahora en proyecto? Sencillamente que las semillas podrán tener dueños particulares y las mayores beneficiarias serán las multinacionales, que al margen de tener flexibilidades para la producción y comercialización de las semillas, podrán exigir el pago de regalías a quienes produzcan con transgénicos.
Los bolivianos no estamos enterados de las implicaciones que pueden tener estas normas en proceso de trámite. No sabemos lo que puede acarrear a la vida de los campesinos, a nuestra alimentación, nuestra economía y sobre todo las consecuencias contra la naturaleza.
A fines de los años 90 desde el periódico “Presencia” impulsamos una campaña contra los alimentos elaborados con transgénicos que Estados Unidos nos donaban y a la que se unieron otros medios escritos paceños. Fue una controversia con la embajada, en pleno gobierno neoliberal que pese a su autoritarismo no se había animado autorizar el uso de transgénicos en Bolivia.
Los alimentos transgénicos, están modificados genéticamente para resistir insecticidas, gérmenes e insectos. Las cosechas son más productivas y provocan enormes ganancias, pero lo que no se sabe es qué daños pueden producir en el cuerpo humano. Hasta ahora, los habitantes del tercer mundo, somos conejillos de Indias para la voracidad económica de las transnacionales.
Con la privatización de las semillas, los grandes laboratorios mundiales, propiedad de las transnacionales, se convertirán en dueños de las semillas. Podrán manipular sus precios subiéndolos o cortando su distribución. Pasaremos a depender de ellas.
Podemos estar equivocados, pero si es cierto que se impulsa la privatización de las semillas, ésta alcanzará a otras al margen de la soya, que ahora nos enteramos, logró autorización para su producción transgénica.
El Ministro de Autonomías, Carlos Romero Bonifaz, explicó ante el programa “El Pueblo es Noticia” que la intención es garantizar el abastecimiento interno de alimentos. El 21 de junio está muy cerca. Las explicaciones son urgentes. Ojalá no se esté produciendo una agresión contra los campesinos pequeños productores.
__________________________________________________________________________________________________________________________
OCHO MITOS SOBRE LA CRISIS ALIMENTARIA ACTUAL
Con el mercado hemos topado, amigo Sancho
Vicent Boix
ALAI AMLATINA, 09/05/2011.- Un accidente nuclear, unos bombardeos de la OTAN y un Bin Laden después, y sigue subiendo el número de hambrientos. De hecho, desde el verano pasado los precios de los alimentos no han dejado de crecer hasta alcanzar valores récord en 2011. El punto de ignición se originó con la disminución de las cosechas de cereales en algunos países exportadores, que se transformó en una reducción de la oferta que espoleó el incremento de los precios. Para garantizar su propio abastecimiento y poder defenderse del aumento, estas naciones limitaron sus exportaciones lo que constriñó más aún la oferta generando más tensión y alzas en el mercado, a la vez que el caos se iba expandiendo a otros alimentos.
Los primeros balances sociales consecuencia del terremoto de precios de los alimentos los dio a conocer el Banco Mundial a mediados de febrero, anunciando que durante este año el número de hambrientos podría crecer en 75 millones hasta oscilar los 1000 millones, a la vez que aumentaría en 44 millones el número de pobres extremos.
De esta forma se arriesga gravemente el primero de los Objetivos del Milenio, que se compromete a reducir a la mitad el porcentaje de personas hambrientas. El presente y el futuro no invitan al optimismo. Datos del “Índice para los Precios de los Alimentos”, que calcula la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), muestran que durante el mes de febrero se alcanzó el record en los precios, aparte de constituir el octavo mes seguido con una tendencia claramente alcista. Los últimos índices de marzo y abril mantienen la dinámica y perpetúan esta agónica situación, porque a pesar de la ligera reducción en los precios, éstos siguen un 36% más inflados respecto a los valores de hace un año.
Dos lógicas opuestas para diagnosticar un mismo problema
A efectos de este artículo, la cadena comercial alimentaria se podría dividir en tres eslabones. El primero lo componen los países exportadores; que comercian sus cosechas en el mercado internacional que es el segundo eslabón; para que puedan ser adquiridos por las naciones importadoras que conformarían el tercero.
Una vez hecho este matiz decir que la primera de las lógicas se denominará “humana”, porque antepone el estómago de las personas que debería prevalecer a cualquier otra premisa. La segunda es la “lógica del mercado” y es la que imponen con calzador los poderosos y sus políticos. Para ésta el centro del universo es el mercado, que debe ser totalmente libre de ataduras y obstáculos porque se basa en el principio metafísico de que el mercado es capaz de autorregularse, o como se dice metafóricamente, existe una especie de mano invisible que repartirá el pastel de forma justa y equitativa.
Para la “lógica humana” -defendida por el que escribe- el problema de la crisis de los precios tiene su origen en “manos visibles” del mercado cuyas operaciones bursátiles, sin ser armadas, son socialmente más criminales que las bombas del cadáver Bin Laden; por tanto, las soluciones deben encaminarse a frenar los abusos de este mortífero segundo eslabón de la cadena. Para la otra lógica, el mercado es un ente intocable que por dogma de fe debe ser libre a cualquier precio. Los idealistas creen las propiedades sobrenaturales de su autorregulación filantrópica, mientras que para los pragmáticos el mercado es una manera de forrarse y por eso no quieren regulación, salvo cuando les interesa para lucrarse más si cabe. Bajo la “lógica del mercado”, que es la que se ha impuesto, la causa del incremento de precios tiene su origen en los países exportadores e importadores (eslabones primero y tercero), es decir, en la humanidad misma.
Mito 1: Existe un desequilibro entre la oferta y la demanda de alimentos
O dicho de otra manera, el problema es que el primer eslabón de la cadena produce menos alimentos y el tercero consume más. Por el contrario, el papel del segundo eslabón (mercado) se ciñe a fijar inocente, salomónica y mecánicamente unos precios que en este caso son elevados porque la oferta de cereales es menor a la demanda.
Con datos de la FAO de este mes de mayo, para este ciclo 2010-2011 se prevé que el balance mundial entre la producción y el consumo de cereales arroje un déficit de 43,1 millones de toneladas. Pero las reservas, que oscilan los 483 millones, permiten hacer frente 11 veces al déficit estimado. Durante varios años en la última década fue peor la relación entre producción, consumo y reservas, pero nunca los precios ascendieron tanto como ahora o 2008. En 2003-2004 las reservas sólo cubrían 6 veces el déficit existente en aquel momento y los precios eran la mitad que ahora.
La propia FAO, en septiembre de 2010 repartía optimismo a través de un comunicado de prensa en el que afirmaba que “no hay indicios de una crisis alimentaria mundial” y que “el suministro y la demanda mundial de cereales se presentan suficientemente equilibrados (…) La previsión para la producción mundial de cereales en 2010 se sitúa en 2 239 millones de toneladas, tan sólo un uno por ciento menor que el pasado año y la tercera mayor registrada hasta hoy.”
El discurso sereno, paradójicamente se tornó en dramático dos meses después coincidiendo con la edición del informe “Perspectivas Alimentarias”, en el que se informaba de los cereales que “unos déficit imprevistos de producción debidos a fenómenos meteorológicos influyeron negativamente en las perspectivas para el suministro mundial de cereales…”. Se cuantificaba la nueva cantidad de cereales en 2216 millones de toneladas, frente a los 2239 de septiembre.
Y es que de no haber indicios de crisis y de un equilibrio del suministro y la demanda, en unas pocas semanas se pasa al alarmismo por 23 millones de toneladas menos (el 1% de la producción mundial) pero ¿realmente puede este 1% provocar tal desbarajuste?
Porque en una resolución de febrero el Parlamente Europeo mantenía que “…en la actualidad el suministro total mundial de alimentos no es insuficiente (…) son más bien la inaccesibilidad de los mismos y sus elevados precios los factores que privan a muchas personas de la seguridad alimentaria.” Entonces, si la crisis no es de escasez sino que se origina por el alza de los precios que impide la accesibilidad a los alimentos, pero este ascenso no surge de un desequilibrio real por una menor oferta y una mayor demanda, y si además se suma que durante años la situación fue peor pero los precios se mantuvieron equilibrados, entonces, indudablemente, hay un factor independiente al primer y tercer eslabón que está distorsionando gravemente los precios, que se llama especulación, que está incrustado en el segundo eslabón (mercado) y que según la Eurocámara es el causante del 50% de los incrementos en los precios.
Para más información decir que hay dos tipos de especuladores. Los fondos de inversión, de pensiones, de cobertura, etc. que según el Observatori del Deute en la Globalització “…compran y venden contratos de futuros esperando sacar beneficios en cualquiera de las transacciones, independientemente de que estos contratos se materialicen.” Después están los intermediarios (destacando las transnacionales agroexportadoras como Cargill, Monsanto, etc.) que manejan grandes cantidades de productos como el cacao, cereales, etc. lo que les confiere influencia en la oferta de alimentos, no dudando en almacenar grandes cantidades para desabastecer el mercado y forzar una subida de precios. Estos intermediarios también especulan con contratos de futuros.
Bajo la “lógica humana” habría que actuar sobre estos elementos transgresores para evitar más hambrientos, pero bajo la todopoderosa e imperante “lógica del mercado” debe ser el mundo quién se amolde a sus reglas y concretamente los países del primer eslabón que deben disponer más alimentos en el mercado en busca de su bendita autorregulación, aunque esté infestado de especuladores, aunque caigan más famélicos y aunque en realidad hay alimentos suficientes.
Mito 2: Los chinos y los indios comen más y mejor
En este supuesto son dos países del tercer eslabón quienes han desquilibrado la balanza, aunque con cifras de la FAO de noviembre, el consumo humano de cereales estimado para este año crecerá un 7,10% respecto a 2005 y el consumo de cereales para piensos lo hará un 2,24%. En cuanto a la oferta, la producción mundial de cereales prevista para 2011 será un 8,10% superior a la de 2005. Por tanto, los incrementos en los consumos de cereales para humanos y piensos, porcentualmente serán armónicos y proporcionales al crecimiento de la producción, tomando como referencia datos de 2005 y 2011.
Para el ciclo 2010-2011, el volumen de cereales para consumo humano y para piensos rondará los 1820 millones de toneladas (demanda) cuando se prevé una producción global de 2216 millones de toneladas (oferta). Alimentando estómagos y animales de granja sobrarían 396 millones de toneladas. El verdadero desequilibrio en la demanda de cereales es producido por otros consumos alejados de los esófagos, fundamentalmente agrocombustibles. Para 2011 se estima que se desviarán 433 millones de toneladas para estos usos, que respecto a 2005 supone un aumento del 44%. Los 396 millones de toneladas sobrantes, no sólo desaparecen sino que se genera un déficit de 37 millones.
Señalar los menús chinos e indios como posible causa de la crisis, aparte de ser tendencioso porque difícilmente pueda justificar el tenue desequilibrio en la demanda, tiene implícito dos mensajes subliminales hábilmente calibrados para confundir a la ciudadanía. Primero, mientras se acuse a los estómagos chinos e indios se librarán los especuladores y los coches europeos y norteamericanos. Segundo, con esta premisa, el sistema económico global basado en el libre mercado no sólo se deshace de cualquier responsabilidad por la crisis alimentaria, sino que se apunta el tanto de haber generado riqueza y progreso en países emergentes como China e India… que ahora comen mejor.
Mito 3: Los países exportadores e importadores han actuado irracionalmente
Se dice esto porque durante los primeros meses de la crisis, los primeros limitaron sus exportaciones y los segundos compraron grandes partidas de alimentos, ambos con el objetivo común y legítimo de poder garantizar el suministro de alimentos para sus poblaciones. Pues bien, para algunos organismos y expertos este comportamiento en el primer y tercer eslabón ha sido irracional, porque ha estrangulado más la ecuación entre la oferta y la demanda.
Es curioso que en la sociedad del supuesto comercio libre, los inversionistas -aprovechando esa “libertad”- especulen en el mercado con total impunidad sin que nadie diga o haga algo, mientras a ciertos estados se les critica y se les presiona cuando libremente compran y venden en el mismo mercado. Por ejemplo la FAO, en enero publicaba una nota de prensa en la que explicaba algunas de las actuaciones que realizó para frenar la escalada de precios durante los meses iniciales de la crisis en 2010. Se menciona en dicha nota que “La FAO entró en ese momento en contacto con los diferentes países exportadores, con la intención de evitar un fenómeno de contagio tras las restricciones a la exportación de trigo anunciadas por Rusia. Y lo consiguió, excepto en el caso de Ucrania, país en el que al menos logró retrasar la decisión durante varios meses.”
A los países importadores la FAO ha sugerido, a través del documento Guide for policy and programmatic actions at country level to address high food prices, que apliquen medidas económicas y comerciales regresivas para reducir el precio de los alimentos en sus territorios, como por ejemplo subvenciones directas, incentivos fiscales, reducción de impuestos como el IVA, reducción de los aranceles, etc. La FAO, además, ha organizado seminarios para dar a conocer estas sugerencias y considera esencial que los estados revisen sus opciones legislativas, supuestamente para incorporar estas medidas que, van encaminadas a que las opulentas ganancias de los inversores financieros sean costeadas por los estados soberanos, que verán reducidos sus ingresos arriesgando la financiación de sus programas sociales mientras incrementan su endeudamiento.
No ha sido posible localizar documento alguno en el que la FAO u otro organismo internacional hayan cabildeado a instituciones financieras para que frenaran la sangría especuladora.
Mito 4: Se trata de una crisis alimentaria mundial
Mito 5: Los agricultores salen ganando por el alza de los precios
Mito 6: Hay que liberalizar más los mercados agrícolas
Mito 7: Hay que aumentar la inversión y la producción
Mito 8: Hace falta una nueva revolución verde
Documento completo en ver aquí.
________________________________________________________________________________________________________________________
UNA ESPECULACIÓN CRIMINAL: EL PRECIO DE LOS ALIMENTOS NO DEBE DEPENDER DE LAS ESPECULACIONES EN BOLSA
semillasysalud | 21 abril, 2011
Ahora que el negocio de las hipotecas ha explotado, los bancos están destinando sus inversiones a especular con el precio de los alimentos. Venden a sus clientes inversiones en estos bienes, de tal manera que cuando ellos ganen dinero eso significará que millones de personas en países pobres tendrán mayores dificultades para acceder a alimentos básicos. . Para muestra lo que están haciendo bancos españoles:
"Caixa de Cataluña anuncia su “Depósito 100% natural”. Según afirman, este depósito te da la posibilidad de obtener una rentabilidad muy atractiva condicionada por la evolución de una cesta formada por tres materias primas como el azúcar, el café y el maíz. Es decir, el inversor destina un mínimo de mil euros a un fondo que logra beneficios en la medida en que suba el precio de estos tres productos que, como todo el mundo sabe, son básicos en la dieta y economía de millones de personas del Tercer Mundo. Así, si sube el precio del maíz, miles de personas pasarán hambre mientras el inversor de Caixa de Cataluña gana dinero. “Cómo hacerse rico con el hambre de los demás”, podría anunciar su publicidad."
El precio de los alimentos se marca con los llamados contratos de futuro, que se compran y venden durante un tiempo decenas de veces, especulando con la subida y bajada del precio. Aunque nadie busca en realidad comprar esos alimentos, solo especular, denuncia Veterinarios sin Fronteras. Por otra parte, multinacionales de alimentación como Bunge, Dupont, Cargill, ADM o Syngenta controlan más del 70% de la oferta de cereales y marcan los precios que les convienen para obtener miles de millones de beneficios. Mientras Goldman Sachs, JP Morgan, Bank of America, Santander, BBVA, Deutsche Bank… especulan con el precio de los alimentos y presentan esa inversión especulativa como sector seguro y rentable.
Pero hablamos de un derecho humano indiscutible: el derecho a la vida, a una existencia digna. Y pobreza y hambre no permiten vivir con dignidad. Por eso Jean Ziegler, vicepresidente del Consejo Asesor del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, denuncia que “es un despropósito que el precio de los alimentos sea fijado por la Bolsa. Deben ser retirados de la especulación”.
Según denuncia el “Movimiento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra” (MST) de Brasil y la internacional Vía Campesina, las causas de la subida del precio de los alimentos son el control oligopólico que unas pocas empresas mantienen sobre el comercio mundial de trigo, maíz, arroz, soja, leche…, más la especulación de grandes inversores en las bolsas de productos agrícolas. Más la pura especulación financiera, porque los bancos invierten en alimentos, más seguros que las acciones. Más las privatizaciones de los servicios públicos para la agricultura, puestos bajo el control de las empresas multinacionales. Más la obsena postura de la Organización Mundial del Comercio que transformó los alimentos en mera mercancía…
Ziegler denuncia que “son las estructuras del orden criminal del mundo las que fabrican la masacre cotidiana del hambre. Estructuras criminales como la exportación de productos a precio mucho más bajo que en el propio país, tal como hace la Unión Europea, que exporta productos agrícolas a África a precios muy bajos y destruye la agricultura africana. Y también es una estructura criminal la especulación bursátil de los grandes hedge funds (los fondos buitre) con el arroz, trigo, maíz y mijo, los alimentos básicos del mundo”.
Para Heiner Flassbeck, economista jefe en la UNCTD, la actual subida acelerada de precios de los alimentos es tan peligrosa como la de 2008. Y la causa principal continúa siendo la misma: la especulación: “Los mercados de materias primas agrícolas no pueden encontrar ya precios adecuados, porque han sido pervertidos por los aventureros financieros”, afirma Flassbeck, convencido de que la comunidad internacional debe intervenir para eliminar las burbujas de materias primas alimenticias antes de que sea demasiado tarde.
_________________________________________________________________________________________________________________________
ALZAS EN PRECIOS INTERNACIONALES DE ALIMENTOS PRESAGIAN OTRA CRISIS
Martes, 10 de Mayo de 2011 23:04
JAVIER CÓRDOBA MORALES
Semanario Universidad. San José – Costa Rica.
El incremento en el precio internacional de los alimentos tiene en alerta a los organismos internacionales y a algunos gobiernos, que ven asomarse de nuevo la sombra de una crisis alimentaria similar a la que se produjo en el 2008.
Aunque en Costa Rica los efectos de estas alzas no han sido tan notorios, economistas consideran que esta tendencia externa empujará los precios hacia arriba este año, y alejará la inflación de la meta que se propuso el Banco Central para el 2011.
El uso de tierras y alimentos para producir biocombustibles, el aumento en el precio del petróleo, el cambio climático y la especulación en los mercados financieros, vuelven a aparecer como causas de la inestabilidad en productos tan importantes como el trigo, maíz, arroz y soya, entre otros.
Como consecuencia de dicha situación, el Banco Mundial estimó - en uno de sus recientes informes- que con el aumento de precios que se produjo en el segundo semestre del año 2010, más de 44 millones de personas cayeron en la pobreza extrema, cifra que se crecería si los incrementos continúan.
En marzo pasado, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), publicaron un informe sobre la volatilidad en los precios agrícolas y sus implicaciones para América Latina.
Dicho documento plantea la preocupación por el incremento en el precio de los alimentos observado entre junio y diciembre del 2010 (30% en términos nominales), tendencia que continuó en enero del 2011 con un aumento del 3.4% en el índice de la FAO.
El informe utiliza como parámetro el promedio de los precios registrados entre el 2000 y 2005, para determinar cuánto ha subido el precio de cada tipo de producto.
Respecto al trigo, detalla que tuvo un aumento constante desde el 2005, hasta alcanzar en el 2008 cerca del 125% sobre el precio promedio registrado entre el 2000 y 2005, y luego bajó súbitamente con el inicio de la crisis económica.
Desde inicios del 2010, el grano con que se hace el pan comenzó de nuevo su escalada y su precio llegó a un 63% por encima del promedio del lustro anterior.
Similar fue la situación del maíz, que tras una leve baja con la crisis en 2009, ahora tiene un precio del 94% sobre el promedio, similar al mostrado en 2008.
El arroz se aparta de este comportamiento, y tras subir sostenidamente hasta llegar al 150% del precio promedio en 2008, ha venido disminuyendo hasta ubicarse cerca del 100% del valor que tenía entre el 2000 y 2005.
De manera similar, los precios de los fertilizantes, la soya y algunos productos tropicales, muestran también una tendencia alcista en los últimos meses.
Para el profesor de la Escuela de Economía Agrícola de la Universidad de Costa Rica, Gerardo Cortés, el aumento en el costo de productos agrícolas, principalmente de los granos, es particularmente sensible para las economías.
Recordó que al subir el maíz no solo suben los alimentos derivados de este producto, sino también los concentrados y otras materias primas que se utilizan en actividades como la ganadería de carne y leche, lo que al final redunda en un aumento de estos costos.
Biocombustibles y especulación
Para Cortés y la profesora de la misma escuela, Vanessa Villalobos, una de las principales causas de estos aumentos, es la competencia por la tierra y agua para la agricultura, que crean los cultivos destinados a biocombustibles.
Los académicos recordaron que gran parte de la crisis que elevó los precios en el 2008, se atribuyó a la expansión de los cultivos para agregarlos a los combustibles y el uso de productos como el maíz para fabricar etanol.
Cortés señaló que mucho de este “boom” de los biocombustibles, se vio acompañado de fuertes aumentos en el precio internacional del petróleo, lo que a su vez disparó los costos de los fertilizantes agrícolas.
El informe de FAO-CEPAL-IICA expone que un estudio del 2008 atribuyó entre un 70% y 75% del aumento de los precios, a la competencia de los biocombustibles con los alimentos.
Al respecto, Villalobos mencionó que en Costa Rica también se empezó a hablar de la necesidad de expandir los cultivos destinados a los biocombustibles.
“Se empezó a hablar de grandes extensiones de palma en diferentes puntos del país, pero los precios volvieron a caer muy rápido y todo quedó en estudios de factibilidad”, rememoró.
El informe de organismos internacionales también se refiere a la “financierización” de los mercados de materias primas agrícolas como otra de las causas de la crisis del 2008, y uno de los factores que podría estar influyendo en la actual subida de precios.
Para el caso del maíz, mientras en el año 2000 se negociaban cerca de 1.5 millones de contratos a futuro en los que se comprometían las cosechas, al finalizar el 2009 estas contrataciones superaron los 6 millones.
Según el académico, el tema de los mercados a futuro es complejo, porque ofrece buenos precios a los productores, y al comprarse cosechas por adelantado en las bolsas de valores, se compromete la distribución mundial de los alimentos, por el deseo de las grandes potencias de garantizarse su parte con mucho tiempo de anticipación.
Villalobos por su parte señaló que todos estos incentivos a los precios, hacen que más agricultores se motiven a sembrar ciertos productos, que terminarán creando una sobreoferta y una caída súbita del precio, perjudicando a los más débiles.
Otro de los factores que puede estar afectando los precios, son las variantes provocadas por el cambio climático.
De acuerdo con el informe sobre volatilidad de precios, hasta 1963 el continente americano registraba un promedio de una sequía por año; para el 2008 se registraron al menos 7 sequías y el promedio de los últimos 100 años creció a 4 sequías anuales.
Esto podría provocar que -por ejemplo- para la región centroamericana, el cultivo de maíz pierda un 21% de rendimiento en Honduras, y 34% en Guatemala y Panamá. En América del Sur, los cambios de clima podrían estar beneficiando al cultivo de la soya, y perjudicando el de maíz y trigo.
“El panorama para cultivar es cada vez más difícil; ya no se sabe con certeza cuándo va a llover o no; muchas cosechas se pierden por inundaciones o sequías, lo que provoca mucha inestabilidad”, advirtió Cortés.
Para los académicos, Costa Rica podría presentar condiciones de vulnerabilidad ante estos aumentos, sobre todo en los cultivos que no produce, aunque tiene como ventaja la capacidad adquisitiva de la población.
“En Centroamérica podemos decir que Costa Rica tiene una capacidad de compra mayor, lo que hace pensar que no tendríamos tanto problema para salir a comprar el arroz y los frijoles que necesitamos”, puntualizó Villalobos.
Los profesores consideran que el mayor problema es para los productores, pues con la crisis los precios aumentan, pero también sus costos de producción, y el país no cuenta con una estrategia agrícola adecuada para manejar estos vaivenes del mercado.
Inflación para arriba
El Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica considera que si se mantienen los aumentos en los precios internacionales de los alimentos, la inflación para este año podría cerrar entre un 6% y un 8%.
Para el año anterior, si bien la inflación de enero a diciembre fue de 5.82%, los precios en alimentos y bebidas no alcohólicas tuvieron un aumento del 9.03%, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Rudolf Lucke, investigador del IICE, considera que los incrementos en el costo internacional del petróleo y los alimentos en el nivel mundial, impactarán en el corto plazo al país y llevarán el índice de inflación por encima de lo estimado por el Banco Central.
Para los economistas, el que los alimentos básicos suban su precio es motivo de preocupación, ya es esto tiene una alta incidencia en las cifras de pobreza, la cual también se incrementaría.
Según el Banco Mundial, mientras las personas de medio y alto ingreso dedican entre un 10% y 20% de su presupuesto para alimentación, los grupos más pobres destinan más de la mitad de sus ingresos a comida, por lo que serían los más afectados con una nueva crisis.
______________________________________________________________________________________________________________________
Nuevo informe:
NAVEGANDO POR LOS MEANDROS DE LA ESPECULACIÓN ALIMENTARIA
Autor/as: Mónica Vargas (ODG), Olivier Chantry (CADTM)
Revisión: Gustavo Duch - Revista "Soberanía alimentaria, biodiversidad y culturas"
Febrero 2011
Informe elaborado por ODG en colaboración con Mundubat, la Revista "Soberanía alimentaria, biodiversidad y culturas" y GRAIN
De qué va...
Las cifras de la Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación (FAO) señalan que en 2010, el número de personas que sufría de hambre en el mundo era de 925 millones de personas y que probablemente este número aumente en el futuro. Registran también una tendencia a la alza de los precios de los alimentos básicos. En el Estado español, se anuncia que los cereales cotizan entre 35 y 74% más que el año pasado. Las condiciones parecen reunirse para que se desencadene una nueva tormenta y una nueva crisis alimentaria, de la magnitud de aquella del 2008, con nuevas revueltas por el hambre en los países más empobrecidos. La propia agitada primavera magrebí no es ajena a ello.
En el Informe "Navegando por los meandros de la especulación alimentaria" nos referimos específicamente al papel de quizás el más importante de los elementos que inciden en los precios de los alimentos básicos. Se trata de la especulación financiera.
Estamos en un contexto en el cual todo movimiento en las Bolsas de Chicago, Londres o Hannover, donde se negocian contratos de futuros sobre cereales y oleaginosas, tiene repercusiones a nivel de los alimentos.
La maduración del capital en la esfera financiera ha tenido lugar de manera paralela a la liberalización de la agricultura, explicándose así la repercusión sin precedentes que ha tenido la especulación en los últimos años sobre los precios de los alimentos.
Brindamos también algunos elementos de comprensión de cómo el capital financiero ha penetrado en el mercado de los alimentos mediante la especulación. En la consideración de los grandes ganadores de la especulación alimentaria, observamos también el papel del Agribusiness.
Es bien sabido que este dispone de un control creciente en la cadena productiva y que un puñado de empresas dominan los mercados internacionales de alimentos. Pero además, veremos que actúan directamente en los mercados financieros, aprovechándose del papel privilegiado que tienen en la esfera productiva.
Consideramos asimismo, brevemente, algunas repercusiones sociales que implica el mantenimiento de este sistema. Apuntamos también que el capital financiero migra de forma continua. De burbuja en burbuja, desembarcó en el mercado de los alimentos, generando la crisis del 2008. Hoy avanza hacia el acaparamiento de tierras, un nuevo terreno de especulación, que también es alimentaria, al cual debemos prestar particular atención.
La publicación puede ser bajada de este sitio web: ver aquí