Argentina: declaración de la V Feria de Semillas de Misiones
"Las semillas en manos de los agricultores"
En la ciudad de Eldorado, los días 3 y 4 de julio de 2002, se realizó la V Feria de Semillas de Misiones, donde se reunieron 225 Productores y Técnicos de distintas localidades de Misiones, Corrientes y una delegación de la República del Paraguay. Fueron registradas e intercambiadas unas 638 variedades de semillas, estacas, plantines, huevos, animales. En el transcurso del evento se realizó un taller para intercambiar conocimientos y experiencias sobre selección y conservación de germoplasma y su relación con los problemas actuales del agro. Luego de una re-flexión participativa se elaboró la siguiente declaración
Mantener durante miles de años la biodiversidad agrícola ha sido uno de los factores que permitió a los agricultores de todo el mundo asegurar su independencia productiva y la soberanía alimentaria de sus comunidades.
La sociedad industrial, capitalista, se apropió del germoplasma a través del uso de patentes, registros de variedades y otras violaciones "legales" a los derechos de los pueblos. Las políticas de los gobiernos vienen apoyando esto. Im-pusieron la producción agrícola industrial como único camino para "salvar del hambre al mundo". Esto llevo a que los agricultores reemplacen sus semillas tradicionales. Semillas que evolucionaron junto con las comunidades adaptándose a los distintos ambientes. Estas semillas fueron reemplazadas por las variedades "mejoradas" (híbridos, Organismos Genéticamente Modificados, clones, etc.) altamente dependientes de insumos industriales (herbicidas, insecticidas, fertilizantes industrializados, maquinarias pesadas)
Estas semillas "mejoradas" son superiores únicamente con la aplicación del paquete tecnológico de la agricultura industrial, basada en una creciente dependencia de insumos, que degradan mucho el agro ecosistema y de elevado costo energético (usan mucha energía no renovable). Sin esto y en condiciones de igualdad ambiental rinden menos que las semillas tradicionales.
Sólo son superiores en su precio, pues deben pagarse derechos de propiedad, royalty, patentes, experimentaciones artificiales, ensayos, etc., que los semilleristas incluyen en su costo.
Las semillas en manos de una comunidad son gratuitas y están disponibles para todos. Los agricultores intercambian germoplasma (semillas, ramas, mudas, es-tacas) entre ellos y con otras comunidades, como expresión de solidaridad y autonomía.
Queremos recuperar el derecho de los agricultores en el manejo de las semillas. Que los agricultores tengan el control sobre los recursos genéticos, que los mantengan en sus chacras. Que se reconozcan sus derechos tanto sobre el germoplasma como sobre los conocimientos que la comunidad tiene de su mane-jo.
Hoy las empresas semilleras se apropian del germoplasma seleccionado por ge-neraciones de agricultores. Los utilizan para su beneficio sin ningún reconocimiento a los agricultores que son sus verdaderos creadores y protectores.
Al gobierno (ESTADO) le corresponde proteger esos derechos. Además de promover que sean las comunidades rurales las que fijen el orden de prioridad de la investigación, de manera de que esta sirva para satisfacer sus necesidades.
En el mundo se producen cantidades de alimentos suficientes para que todos los pueblos puedan alimentarse. Por eso no es necesario aumentar la producción artificialmente con semillas "mejoradas" y agrotóxicos, beneficiando a unas pocas empresas que los fabrican. Se necesita una justa distribución de las riquezas.
Pensamos que la única garantía para mantener la diversidad agrícola es a través del desarrollo de la agricultura ecológica por los pequeños productores familia-res, de manera que podamos decidir que, como y para quien producir, o sea, que tengamos independencia productiva. La biodiversidad agrícola no puede existir por mucho tiempo sin las comunidades rurales, su historia y su cultura. Para ello se requiere una política de justos precios a los productos del agro y asegurar la tenencia de la tierra para todos evitando la concentración, que es el resultado del monocultivo agrícola o forestal, en beneficio de las grandes empresas que provoca la expulsión permanente de los agricultores. Por todo ello los participantes en este encuentro expresamos nuestra solidaridad con todos aquellos productores que se encuentran defendiendo su tierra y defendiendo el precio de sus productos como ocurre actualmente con los productores yerbateros.
Las semillas propias nos dan independencia productiva y contribuyen a la sustentabilidad de nuestro sistema productivo. Las semillas ajenas imponen necesidades ajenas.
Ante la grave crisis que asola nuestra patria (desocupación, hambre, desnutrición), queda demostrado que no es un problema de aumentar la producción industrial del campo (la Argentina produce alimentos para 300.000.000 de personas) sino un problema de cómo se produce, quien se la apropia y como se distribuye esa producción.
Ante todo este panorama nos comprometemos a:
- desarrollar huertos semilleros locales y fomentar la autoproducción de alimentos para garantizar la seguridad alimentaria
- promover el intercambio de semillas a nivel zonal
- realizar registros locales de germoplasma de los productores
- promover que el estado desarrolle registros del germoplasma que están en manos de los productores involucrando en dicho registro a las Instituciones que hoy lo apoyan y promueven
- promover ferias y semilleros locales
- promover una legislación que ampare la biodiversidad en manos de los agricultores y prohíba la apropiación de especies de nuestro territorio por parte de empresas o grupos
- oponernos a todo tipo de limitación en el uso de semillas o especies
- dar a conocer a todos los vecinos, grupos, instituciones y autoridades locales este documento y propiciar la reflexión y discusión del mismo