Algodón Bt. Boletín N° 477 de la RALLT
"La ola más grande de suicidios registrados en la historia humana, tiene lugar en la India, donde los agricultores se están aniquilando a si mismos en números récord. ¿Qué causa esta ola de suicidios? El inflado coste de las semillas y la ineficacia de Monsanto." Boletín N° 477 de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos.
LAS SEMILLAS TRANSGÉNICAS DE MONSANTO CONTRIBUYEN AL SUICIDIO DE UN AGRICULTOR CADA 30 MINUTOS
La ola más grande de suicidios registrados en la historia humana, tiene lugar en la India, donde los agricultores se están aniquilando a si mismos en números récord. Se informó ampliamente al respecto, incluso en las noticias principales, pero no se toman medidas al respecto. ¿Qué causa esta ola de suicidios? El inflado coste de las semillas y la ineficacia de Monsanto. La Corporación controlada por George Soros y Rockefeller es considerada el mayor causante de suicidios dentro del cuarto de millón ocurridos entre agricultores en los últimos 16 años.
De acuerdo con las cifras más recientes (proporcionadas por New York University School of Law), 17.638 agricultores hindúes cometieron suicidio durante el 2009, esto significa una muerte cada 30 minutos. En el año 2008, el Daily Mail publicó, bajo la etiqueta, “La perturbadora ola de suicidios continúa”, un titular que rezaba: “El Genocidio de los OGM (Organismos Genéticamente Modificados)”. Informando: “Debido a la pérdida de cosechas y los sobreprecios que llevan a los campesinos pobres a la quiebra. Estos trabajadores humildes de la India se quitan la vida, a menudo, bebiendo el mismo insecticida que Monsanto les proporcionó”. Esto testimonia la horripilante costumbre de Monsanto de destrozar la vida de los agricultores independientes y tradicionales.
Para añadir aún más crueldad a la tragedia, la tasa de suicidios de agricultores en la India aumentó masivamente desde la introducción del algodón Bt de Monsanto en el año 2002.
No es de extrañar que un gran porcentaje de los agricultores que cometen suicidio sean productores de algodón, ya que, demográficamente, se encuentran entre los más afectados. El Dr. Mercola, médico osteópata que dedica su vida educar al mundo sobre la salud natural, desde hace muchos años, vio recientemente el desastre provocado por Monsanto. El prestigioso medico se enteró de la ola mortal “tristemente célebre” de la India, donde tuvieron lugar 4.238 suicidios de agricultores en el 2007.
Gracias a los suicidios masivos muchas familias se hayan hoy en la ruina, y deben luchar contra el hambre desde la miseria:
“Estamos arruinados ahora”, dijo la esposa de un hombre de 38 años que se quitó la vida. “Compramos 100 gramos de algodón BT. Nuestra cosecha fracasó dos veces. Mi marido se sumió en una profunda depresión. Salió a su campo, se acostó sobre el algodón y tragó insecticida “.
En la India, alrededor del 60 por ciento de la población (que actualmente es de 1,1 mil millones) depende directa o indirectamente de la agricultura. La intrusión de Monsanto en la comunidad de la India destruyendo la agricultura tradicional y sostenible no sólo es preocupante para la salud y el bienestar, sino que para los hindúes es una cuestión mucho más grave.
Traducción: bwnargentina
Fuente: naturalsociety.com
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EL FRACASO DEL ALGODÓN BT : LA HISTORIA DE MONSANTO EN EL ESTADO HINDÚ DEL ANDHRA PRADESH
La ingeniería genética no resuelve el problema de los alimentos.
Sí a la moratoria sobre la ingeniería genética en la agricultura suiza.
Dr. P.V. Satheesh, Director de la Sociedad del Andhra Pradesh, India
A pesar de las numerosas promesas hechas por el sector de las biotecnologías, el algodón Bt no ha permitido a los campesinos hindúes reducir, de manera significativa la utilización de pesticidas ni aumentar la producción de los campos.
Este es el resultado de una investigación científica independiente llevada a cabo por dos científicos durante tres años y que abarcaba al 5% de los cultivos de algodón Bt, producido por los campesinos en el Estado del Sur de la India del Andhra Pradesh. Este estudio revela verdades espantosas sobre los resultados del algodón Bollgard de Mahyco-Monsanto.
Los resultados del estudio han tenido un papel clave en la decisión tomada por la GEAC, (Comisión de Aprobación de los Métodos Genéticos del Gobierno Hindú), de rechazar la renovación del permiso a Mahyco-Monsanto y a su algodón híbrido Bt en el Estado del Andhra Pradesh. Además, el Gobierno del Andhra Pradesh, malhumorado por el rechazo de la multinacional de asumir su responsabilidad por las pérdidas ocasionadas a los campesinos, ha prohibido, a Monsanto, trabajar en la región.
Las principales conclusiones del estudio son las siguientes :
El algodón transgénico Bollgrad no ha conseguido reducir, de manera significativa, la utilización de pesticidas. Entre los campesinos que empleaban el algodón Bt y los que no lo empleaban, la diferencia de gastos, ligada a la utilización de pesticidas, representa, solamente, un 2% del coste total de producción.
En cuanto a la producción, el algodón Bt de Mahyco-Monsanto o algodón Bollgard, está muy lejos de haber mejorado los resultados de los pequeños campesinos. Durante tres años el algodón Bt, ha tenido un rendimiento de un 8 % inferior al algodón non Bt.
El algodón Bollgard no ha dado beneficios a los campesinos. La rentabilidad media, en estos tres años, ha sido del 57 % inferior para los agricultores que utilizaban el algodón Bt, que para aquellos que no lo empleaban.
El algodón Bollgard no ha conseguido reducir los costes de producción. Los campesinos que utilizaban el Bt han gastado, de media, un 12% más, que sus homólogos que no utilizaban.
El algodón Bollgard no ha creado un entorno agrícola más sano, sino todo lo contrario: los agricultores y los investigadores han observado los primeros síntomas tóxicos en el suelo, que amenazan la salud humana y animal.
En India, una superficie inmensa de campos de algodón se extiende sobre diez millones de acres (un acre = 0,4 hectáreas o 1 hectárea = 2,471 acres) y es cultivada por más de cuatro millones de campesinos, que poseen terrenos de una hectárea o algo menos: Muchos de ellos, que utilizan el algodón híbrido, han sido víctimas de un parásito temible: el Helicoverpa Armigera, también llamado « gusano de la cápsula del algodón » (o « Bollworm ».). El algodón Bt llegó con la promesa de que no sería necesario ningún pesticida para matar al parásito. Las toxinas de la planta Bt la protegerían de este parásito desolador durante los 100 primeros días por lo menos. Se trataba de una de las muchas promesas hechas a los campesinos: que fue precedida y seguida por otras muchas fórmulas empleadas por agentes propios o agentes exteriores al sector. (ver el encuadro que sigue).
Evidentemente, estas palabras fueron escuchadas con agrado por los cuatro millones de pequeños y medios agricultores de algodón con los que cuenta India. Estaban hartos de utilizar pesticidas. Miles de entre ellos se habían suicidado porque los pesticidas no conseguían matar al parásito y sus pérdidas aumentaban. Estaban atrapados por el círculo vicioso de la deuda que les ahogaba cada vez un poco más. Muchos de ellos escogieron el algodón Bt para escapar de la amenaza del “gusano de la cápsula del algodón”·(Bollworm)
Un montón de promesas
El algodón Bt estuvo acompañado por un montón de promesas hechas por el sector de las biotecnologías. En resumen, su principal promesa era: los beneficios considerables que sacarían del Bt gracias a un mayor rendimiento y gracias a una disminución de la cantidad de pesticidas a utilizar.
El Sr Raju Barwale, de Mahyco-Monsanto, Compañía hindú de simientes que ha abastecido las simientes de algodón Bollgard a los agricultores hindúes, hizo la siguiente promesa: con las variedades de algodón Bt resistentes al “Bollworm” conseguirían aumentar el resultado de sus cosechas hasta un 30 o 40 % y necesitarían un 70 % menos de pesticidas.
El ISSAAA, Servicio Internacional para la Adquisición de las Aplicaciones de la Agrobiotécnología y líder del grupo de presión que defiende las biotecnologías, ha hecho un retrato todavía más idílico en su folleto intitulado « El algodón Bt en India » Se dice, que en el año 1998-99, gracias al algodón Bt, el aumento de la producción por acre fue de un valor de 4.678 rupias, o sea de 96 dólares o el equivalente del 76 % de los beneficios medios netos de los agricultores que no utilizaron el Bt. Al mismo tiempo, que redujo las cantidades de pesticidas, redujo el beneficio suplementario de un valor de 870 rupias ($18) por acre, o sea el 14 % de los beneficios netos de los que emplearon el algodón ordinario.
Mientras que estas promesas hacían alusión a la situación hindú, la página Web de Monsanto enumeraba numerosas promesas, tales como:
-1 El algodón Bt da beneficios socioeconómicos a los pequeños agricultores del mundo entero.
-2 El algodón Bt hace que los agricultores con flacos ingresos, (la mayoría mujeres) podrán atender mejor a sus hijos y tener ingresos suplementarios.
La coalición del Andhra Pradesh para la Defensa de la Diversidad, una red de alrededor 140 organizaciones de la sociedad civil que trabaja con casi un millón de agricultores y la « Deccan Development Society », un grupo comunitario para el desarrollo, querían conocer el impacto del algodón Bt en la agricultura y en la vida de los campesinos que disponen de pocos ingresos y que representan casi el 80 % de la población agrícola de India.
El grupo de investigación escogió el distrito de Warangal en el Andhra Pradesh para su estudio. Desde hace mucho tiempo, el distrito es una zona algodonera que tiene fama por utilizar grandes cantidades de pesticidas, así como por los suicidios de los campesinos. El estudio quería saber si el algodón podría sacar a estos campesinos de la crisis.
Dos científicos, el Doctor Abdul Qayoom (investigador agrícola que ha trabajado en el Andhra Pradesh como director adjunto de la agricultura) y el Señor Abdul Qayoom (investigador agrícola que ha trabajado en prestigiosas instituciones del CGIAR) han realizado esta encuesta
Escogieron un método transparente y abierto, permaneciendo en contacto con los campesinos y cosechando informaciones todos los 15 días. Los recaudadores de informes eran investigadores de base, que permanecían en los pueblos y tenían buenos conocimientos sobre la agricultura. Ningún grupo de investigación sobre el algodón Bt había hecho un estudio por un período tan extenso (toda una temporada) y tan profundo como este en nuestro país. La mayor parte de los grupos que venían de vez en cuando, después de haber oído hablar de una catástrofe, cosechaban las informaciones de un período preciso y se iban. Ninguno de ellos se quedaba en permanencia con los agricultores y sus comunidades para tomar nota de la evolución y de sus puntos de vista sobre el algodón Bt. Desde este punto de vista, el estudio es, por tanto, único.
A finales del primer año, el estudio relataba que, en vez de haber ganado con el algodón Bt, los agricultores de Warangal habían perdido alrededor de $73.5/hectárea, mientras que los que no utilizaban el algodón Bt habían realizado unos beneficios que ascendían alrededor de $305/hectárea. El algodón Bt no consiguió satisfacer ninguna de sus promesas. No redujo los costes de producción. No redujo, de manera significativa, las cantidades de pesticidas utilizados y tampoco aumentó sus rendimientos. Sin embargo, los agricultores que no utilizaron el algodón Bt cosecharon un 35 % más de algodón que los agricultores que emplearon el algodón Bt.
La industria biotecnológica ha lanzado un grito a la vista de este informe y algunos grandes grupos de presión, han dicho que era injusto juzgar así una tecnología. Nos han dado un consejo: sería más justo esperar el final de los tres años antes de pronunciarse sobre el suceso o el fracaso del algodón Bt y mientras tanto, es más razonable evaluar los resultados sin juzgarlo.
En 2005, después de haber estudiado el algodón Bt en Warangal durante tres años, los resultados han sido publicados en el estudio titulado: « El Algodón Bt en el Andhra Pradesh : una evaluación llevada durante tres años ». Se trata de un informe objetivo sobre la elección de los agricultores en favor del algodón Bt, sus consecuencias económicas con la desesperación que engendra. Un film asociado « El Algodón Bt en el Andhra Pradesh, un engaño escalonado durante tres años » recrea con brillantez la atmósfera y los sentimientos de los agricultores que han sido engañados por falsas promesas de un sector en la búsqueda de beneficios. Son dos documentos históricos que analizan el impacto del algodón Bt en India.
Resumen del estudio del Algodón Bt en esta región:
El algodón Bt no ha conseguido disminuir de manera significativa el consumo de los pesticidas.
En realidad, la diferencia entre las cantidades de pesticidas utilizadas por los agricultores de algodón Bt y por los agricultores que no lo han empleado, fue casi imperceptible. Los agricultores “Bt” han comprado y utilizado, de media, Rs.6428 ($146), de pesticidas por hectárea, mientras que los agricultores “no Bt” han comprado y utilizado Rs.6915 ($157) de pesticidas sobre tres años. La diferencia sube a penas al 7% de los costes ligados a la lucha en contra este parásito dañino y a un 2% de los costes totales de producción.
El algodón Bt no ha conseguido mejores resultados.
El resultado medio sobre tres años para los pequeños agricultores de algodón Bollgard en buenas condiciones de humedad ha permanecido a 1622 Kg. alrededor por hectárea, mientras que el resultado de los híbridos de algodón Bt han superado esta cifra de un 8.3%. En tiempos de años secos, los agricultores Bt han cosechado un 35% menos de algodón que los agricultores que no han utilizado el algodón Bt.
Los agricultores “Bt” han obtenido unos ingresos de un 60% inferiores a los de los agricultores “no Bt” durante tres años.
La media sobre tres años nos muestra que los agricultores “no Bt” obtuvieron beneficios de un 60 % superiores que los agricultores “Bt”. De hecho, el algodón Bt, y sobre todo las variedades de algodón de Mahyco-Monsanto, han traído una serie de desgracias a los campesinos ocasionando manifestaciones violentas en la calle y quemando los almacenes de los distribuidores de simientes en la ciudad de Warangal. Los agricultores han atado a los representantes de Mahyco-Monsanto en sus pueblos y la policía ha tenido que intervenir para proteger a los desafortunados vendedores de Monsanto.
Los costes de producción de los agricultores de algodón Bt han aumentado en un 12%
Los costes de cultivo de los agricultores “Bt” han aumentado, de media, de un 12% en relación a sus homólogos. Las simientes Bollgard, pertenecientes a Mahyco-Monsanto, cuestan de 3 a 4 veces más caras. Los cultivos piden cuidados suplementarios para extender los productos químicos, regar y ocuparse de la maravillosa simiente. Muchos agricultores, sobre todo en las zona húmedas, han tenido que gastar 2.000 rupias más por acre que los híbridos sin Bt.
El cultivo del algodón Bt, en vez de respectar el entorno agrícola, ha tenido un efecto tóxico sobre los suelos y un impacto nefasto para la salud humana y animal.
Los investigadores han observado que un tipo preciso de podredumbre de las raíces se desarrollaba debido al algodón Bollgard. Los agricultores comienzan a quejarse de la infección de sus suelos tratados al Bt y, por otra parte, no pueden cultivar otra variedad en esas mismas parcelas. En revancha, podían con facilidad cambiar de cultivo en los suelos en los que habían cultivado híbridos no Bt. He aquí una alerta precoz que exige que se lleve una investigación activa e inmediata por los especialistas de suelos.
El film reconstituye la historia de los agricultores del Anghra Pradesh. Estos nos cuentan la experiencia que han tenido con el algodón Bt de Mahyco-Monsanto. Una historia de grandes pérdidas, de dolor profundo, de cólera fría que suscita disturbios violentos y lleva hasta la misma muerte.
Los híbridos Bt de Mahyco-Monsanto , bajo todos los aspectos, han traicionado a la comunidad agrícola del Andhra Pradesh.
Pedimos, en base a los resultados de este estudio, que se lleve a cabo una evaluación económica exhaustiva sobre la situación de los pequeños agricultores que se han arruinado cultivando el algodón Bt y reclamamos a Mahyco-Monsanto que indemnice, inmediatamente, a los agricultores. Exigimos, igualmente, que se decrete una moratoria de cinco años sobre los cultivos transgénicos en India, hasta que tenga lugar un amplio debate público sobre la cuestión.
Una moratoria en Suiza sería de nuestro interés. Primero, porque la integridad de la agricultura tiene una cierta consideración en Suiza, ejemplo a imitar en nuestros países. Segundo, porque una moratoria en Suiza sería un estimulante moral para millones de agricultores que desean liberar su agricultura de los cultivos transgénicos.
« El Algodón Bt en Andhra Pradesh : una evaluación llevada durante tres años »
Fuente: www.ddsindia.com o www.ddsindia.org.in
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Burkina Faso
EL ALGODÓN BT DE MONSANTO DESTRUYE LA TIERRA
En la India: Monsanto admite el fracaso de su algodón Bt
En Burkina: Gobierno y SOFITEX ¡ se obstinan !
Para estimular a los algodoneros burkinabé a que se dedicasen al algodón Bt de Monsanto, alabaron, sin matices, las ventajas de su algodón OGM. Tanto es así que muchos productores esperaban una planta milagrosa, Hoy están desilusionados.
« La euforia no duró mucho tiempo... muy por debajo de sus expectativas ». Abdou Nignan, presidente de la Unión Provincial de Productores de Sissili, dijo estar muy decepcionado Mientras que en 2008, contaba con un rendimiento de 1 200 kg por hectárea, se encontró con menos de una tonelada en la última cosecha.
« Idrissa Kabore de Nayala piensa tirar la toalla en los próximos años. No soporta más el andar de un lado para otro cada año. Debido al mal inicio de las lluvias, se vio obligado a sembrar por segunda vez siendo el precio de la simiente muy alto » (27 000 F los 10 kg para el algodón Bt, frente a 1 000 F los 50 kg para el algodón convencional ¡ 135 veces más caro !)
« Además, las moscas destruyeron las cápsulas de su algodón Bt, cuando, según tenía entendido, se suponía que el Bt resolvía esos problemas.
A esto, hay que añadir también las noticias provenientes de India. « Gran noticia en India : Monsanto admite el fracaso de su algodón Bt».
En el 2002, se autorizó el algodón Bt Bollgard I y éste se cultivó en nueve estados de la India. Después de ocho años de comercialización, Monsanto anuncia haber detectado una deficiencia en este algodón Bt : los gusanos rosas de la cápsula se han vuelto resistentes a la toxina producida por este algodón Bt.
La resistencia se ha descubierto gracias a pruebas ‘en campo’ realizadas por Monsanto en cuatro condados (Amreli, Bhavnagar, Junagarh y Rajkot) del Estado de Gujarat en 2009, pruebas efectuadas para evaluar la eficacia de este algodón Bollgard I.
Para la empresa, la resistencia al algodón Bollarg I «es natural e incluso esperada». No porque este algodón sea intrínsecamente malo, sino, según Montsanto, porque los algodoneros indios que no habrían respectado las zonas refugio que este tipo de cultivo requiere.
Esta resistencia es ¡ natural y esperada ! De acuerdo, pero, que yo sepa, es la primera vez que Montsanto habla con claridad. Y, aquí, en Burkina, nunca he oído hablar de eso a la Sofitex o al Gobierno. En cuanto a ‘las zonas refugio’ que no se han sido respectadas, también era previsible y esperado. Los pequeños productores burkinabé no lo harán mejor. Sólo los grandes terratenientes pueden respectarlas.
Pero, frente a este “fracaso” del algodón Bollgard I, Monsanto recuerda que ya dispone del algodón Bollgard II, precisando que es «más eficaz». Según Devinder Sharma, del Foro sobre Biotecnologías y Seguridad Alimentaria, el verdadero motivo de Monsanto para reconocer públicamente el fracaso de su primer algodón radica en la intención prioritaria de comercializar el algodón Bollgard II. El Bollgard II, comercializado en la India desde el 2006, contiene dos proteínas tóxicas en lugar de una.
¡ Sólo que su semilla es 2 o 3 veces más cara !
En Burkina Faso, que yo sepa, todavía estamos en Bollgard I. Todavía no he oído a la Sofitex (Sociedad burkinabé de fibras textiles) ni al Gobierno alertar a los algodoneros. ¿A quién se le ha dicho que la resistencia al algodón Bt es natural y esperada? ¿ Qué agricultor burkinabé está dispuesto a pagar 300.000 F por un saco de 50 kg se semillas Bollgard II ? (es más: 500.000 F, si se aplica el precio de Monsanto en India, para esta semilla).
Y, esto no es todo. El estudio más acertado, que aún faltaba, se refiere al impacto del cultivo del algodón Bt sobre el suelo. Hoy en día, este estudio existe. Merece una amplia difusión. «Un reciente estudio científico realizado por Navdanya ha comparado la tierra de los campos en los que se ha plantado el algodón Bt durante 3 años con la de los campos vecinos». Resultado: una degradación muy significativa de los suelos.
Es el primer estudio sobre el impacto a largo plazo del algodón Bt sobre los organismos del suelo. En 3 años, el algodón Bt redujo drásticamente la población de los microorganismos del suelo. A ese ritmo, una decena de años de cultivo del algodón OGM Bt podría destruir los organismos del suelo, dejando la tierra muerta, incapaz de producir alimentos.
Hace unos años, pedimos una moratoria de 5 años antes de introducir el cultivo del algodón OGM. Hoy, no se permite dudar. Hay que prohibir el cultivo del algodón Bt de Monsanto en Burkina (como lo ha hecho el gobierno de Andhra Pradesh, un estado al sur de la India), y en toda la CEDEAO.
Kudugu, 17 de abril 2010
Maurice Oudet
Présidente del SEDELAN
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BURKINA FASO ABANDONA LA PRODUCCIÓN DE ALGODÓN TRANSGÉNICO
Claire Fages
Burkina Faso fue la punta de lanza de algodón transgénico en el oeste de África. Muy decepcionado con el rendimiento y la calidad de este algodón transgénico, las empresas Burkina Faso el algodón de nuevo este año con el algodón convencional.
El algodón transgénico no ha cumplido sus promesas en Burkina Faso. Con su resistencia a los insectos, que daría a los rendimientos de un 30% más de algodón tradicional. Pero este crecimiento no fue a la cita. Por supuesto, el clima no fue favorable. Pero esto no lo explica todo, ni mucho menos. Las razones para fracaso son inherentes en el algodón transgénico en sí. Más sofisticado, con cápsulas más grande, el algodón transgénico no sufre de bricolaje, dice Gerald
Sturgeon, consultor. Se requiere una dosis muy precisa de fertilizante. Pero lo hizo no reciben el cuidado que precisa, ya que la costumbre de los productores de algodón para desviar algunos insumos subsidiados para otros cultivos, alimento en particular, que no se beneficie. Pero la peor sorpresa fue la disminución de la calidad de la fibra.
La semilla vendida por Monsanto en Burkina probablemente ha hecho un poco demasiado rápidamente. Cruzada con la variedad americana, que sin duda le da un algodón más blanca como la crema de algodón de África occidental, pero es la fibra acortado considerablemente. Sin embargo, la longitud de una fibra de algodón hace toda su hilatura calidad. De algodón en Burkina Faso, ex medio-alto como todos los finales algodón de África Occidental, se encontró en el ranking de gama baja de algodón de Pakistán. Este que no sólo desmotadoras desorientados, sino también comerciales, con la llave a un caída de precios del 10% y una gran pérdida para las compañías de algodón Burkina Faso. Es por eso han retrocedido este año. La plantación está pronto por iniciar y se han distribuido cerca de 100% de las semillas tradicionales, frente al 30% el año pasado.
Semillas transgénicas, que representaron el 70% de la superficie del año pasado será rechazado por Monsanto no está a la espera de una solución para eliminar el carácter negativo por la calidad de la fibra. Para disgusto de los productores de algodón que estaban acostumbrados a trabajar menos intenso y menos peligrosos para la salud, ya que el algodón transgénico que requiere mucho menos tratamientos fitosanitarios que el algodón convencional.
Fuente: RFI
Aline ZONGO
IF/B
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NIÑOS DE BURKINA FASO COSECHAN ALGODÓN PARA VICTORIA’S SECRET
Fuente:
Victoria’s Secret Revealed in Child Picking Burkina Faso Cotton
By Cam Simpson - Dec 15, 2011 12:00 AM GMT-0500
Bloomberg Markets Magazine
La pesadilla de Clarisse Kambire casi nunca cambia. Es de día. En un campo de algodón que estalla en flores color púrpura y blanco, un hombre se inclina sobre ella blandiendo un palo sobre su cabeza. Entonces retumba una voz, que sacude a Clarisse de su sueño y hace que su corazón dé un salto. “¡Levántate!”.
El hombre que le ordena levantarse es el mismo que aparece en el sueño de la chiquilla de 13 años: Victorien Kamboule, el agricultor para el cual trabaja en un campo de algodón en África occidental. Antes del amanecer, una mañana de noviembre se levanta de la colchoneta plástica desteñida que le sirve de colchón, apenas más gruesa que la tapa de una revista de moda, abre la puerta metálica de su choza de barro y fija sus ojos almendrados en la primera jornada de cosecha de esta temporada.
Ya venía temiéndolo. “Estoy empezando a pensar en cómo me gritará y me volverá a golpear”, había dicho dos días antes. Preparar el campo fue aún peor. Clarisse ayudó a cavar más de 500 surcos sólo con sus músculos y una azada, que reemplazan al buey y el arado que el granjero no puede pagar. Si ella es lenta, Kamboule la azota con una rama de árbol.
Esta es la segunda cosecha de Clarisse. El algodón de la primera pasó de sus manos a los camiones de un programa de Burkina Faso que maneja algodón certificado como comercio justo. La fibra de esa cosecha luego fue a fábricas en India y Sri Lanka, donde se creó ropa interior para Victoria’s Secret.
Algodón de Clarisse “Fabricado con 20% de fibras orgánicas de Burkina Faso”, se lee en la etiqueta de la prenda, comprada en octubre. El trabajo forzoso y el trabajo infantil no son una novedad en las granjas africanas. Se supone que el algodón de Clarisse, producto de ambas cosas, es diferente. Está certificado como orgánico y comercio justo, y por ende debería estar a salvo de semejantes prácticas.
Sembrada cuando Clarisse tenía 12 años, toda la cosecha orgánica de Burkina Faso de la última temporada fue comprada por Victoria’s Secret, según Georges Guebre, líder del programa nacional orgánico y de comercio justo, y Tobias Meier, responsable de comercio justo en Helvetas Swiss Intercooperation, una organización para el desarrollo con sede en Zúrich que estableció el programa y hacontribuido a comercializar el algodón para compradores globales. Meier dice que en principio Victoria’s Secret se quedaría también con la mayor parte de la cosecha orgánica de este año.
BANDERA VERDE DE IDENTIFICACIÓN
El líder de la cooperativa local de comercio justo en el pueblito de Clarisse confirmó que su granjero es uno de los productores del programa. Al borde del campo donde ella trabaja hay una bandera verde de identificación, que entregan a sus productores.
Como socia de Victoria’s Secret, la organización de Guebre, la Federación Nacional de Productores de Algodón de Burkina, es responsable de manejar todos los aspectos del programa orgánico y de comercio justo en Burkina Faso. Conocida por sus iniciales francesas, la UNPCB (Union Nationale des Producteurs de Cotton du Burkina Faso) en 2008 copatrocinó un estudio en el cual se indicaba que cientos o quizá miles de niños como Clarisse podían ser vulnerables a la explotación por parte de productores y de Helvetas. Victoria’s Secret dice que nunca vio ese informe.
El trabajo de Clarisse pone en evidencia las deficiencias del sistema para certificar como comercio justo productos básicos y terminados en un mercado global que creció un 27% en apenas un año, hasta más de 5.800 millones de dólares en 2010 (4.500 millones de euros). Ese mercado se funda en la noción de que las compras realizadas por empresas y consumidores no deben hacer a éstos cómplices de la explotación, sobre todo de niños.
PERVERSIÓN DEL COMERCIO JUSTO
En Burkina Faso, donde el trabajo infantil es endémico en la producción de su principal cultivo de exportación, pagar sobreprecios lucrativos por el algodón orgánico y de comercio justo ha creado –de manera perversa- nuevos incentivos para la explotación. El programa atrajo a agricultores de subsistencia que dicen no tener recursos para cultivar algodón con certificación de comercio justo sin violar un principio central del movimiento: obligar a trabajar en sus campos a niños ajenos.
Una ejecutiva de la casa matriz de Victoria’s Secret asegura que la cantidad de algodón que compra la firma a Burkina Faso es mínima, pero que toma seriamente las acusaciones relativas al trabajo infantil.
BLOOMBERG
“Describen una conducta contraria a los valores de nuestra empresa y el código laboral y las normas de origen que exigimos cumplir a todos nuestros proveedores”, dijo en un comunicado Tammy Roberts Myers, vicepresidenta de comunicaciones externas deLimited Brands Inc. Victoria’s Secret es la unidad más grande de la empresa de Columbus, Ohio.
“Nuestras normas prohíben específicamente el trabajo infantil”, dijo. “Estamos enérgicamente empeñados en investigar a fondo esta cuestión con las partes interesadas”.
EN LOS CAMPOS
Para comprender la terrible situación de Clarisse y otros niños, la agencia Bloomberg pasó más de seis semanas haciendo reportajes en Burkina Fasso, entre otros, a Clarisse, su familia, los vecinos y los dirigentes de su aldea. Sus experiencias son similares a las de otros seis niños entrevistados exhaustivamente por Bloomberg, como un chiquillo escuálido de 12 años que trabaja en un campo vecino.
En granjas de parcelas pequeñas como la de Kamboule en todo Burkina Faso, investigadores patrocinados por la federación de productores constataron en 2008 que más de la mitad de los 89 productores sondeados tenía un total de 90 chicos acogidos temporalmente menores de 18 años. Muchos tenían dos o más. El problema era agudo en el sudoeste del país, que constituye el centro de producción del programa y es la tierra natal de Clarisse. Ese año, había unos 7.000 agricultores en comercio justo, según datos de Helvetas.
El estudio reveló que dos tercios de los niños acogidos temporalmente en casas como la de Kamboule no iban a la escuela como se exigía que lo hicieran. Los granjeros adheridos al programa de comercio justo dijeron a los investigadores que no les pagaban a los niños, lo que llevó a los autores del estudio a escribir “Esta categoría de niños constituye un problema en varios niveles: en cuanto a su vulnerabilidad social por un lado, y en cuanto a su situación en el trabajo por otro. Estos chicos acogidos temporalmente están en situación de empleado: obviamente se les pide que trabajen, como lo expresaron los productores con sus propias palabras, pero no reciben ninguna remuneración, independientemente de la edad”.
Nada sobre niños
Kamboule y algunos productores dicen que nadie del programa les impartió normas o capacitación sobre el trabajo infantil en sus granjas. Una instrucción cara a cara sería una necesidad en un país donde 71 por ciento de la población no sabe leer.
“No, no nos dijeron nada sobre niños”, recordó Louis Joseph Kambire, de 69 años, un granjero nervudo de comercio justo que forma parte de la comisión de auditoría de la cooperativa Benvar, la aldea de Clarisse. Como no tiene hijos propios, Kambire obliga a los niños acogidos temporalmente que tiene a su cargo a trabajar en un campo de algodón orgánico y comercio justo que cultiva junto al de Clarisse.
“Por eso trabajan para mí”, dice. Antes del programa de comercio justo, no los hacía trabajar en sus campos de subsistencia.
Ha habido escasos esfuerzos o ninguno por mejorar la capacitación después del informe de 2008, según las entrevistas de Bloomberg con granjeros en cinco de las seis aldeas donde se realizó el sondeo.
ALMACENAR EL ALGODÓN
Clarisse acarrea su fanega hasta la casa de un vecino donde Kamboule almacena su algodón porque está más cerca del punto de recolección para el programa orgánico y de comercio justo. La casa, de un lujo relativo con su piso de cemento, se encuentra pasando la escuela a la que antes asistía.
De regreso en la choza de Kamboule, bajo la luz de una luna llena, Clarisse dice que usará parte del agua que sacó del pozo para lavarse y luego irá a las casas de los vecinos y amigos del pueblo. Si están comiendo, aguardará educadamente hasta que le ofrezcan algo de comida. Para un “enfant confié”, esta es la vida de todos los días, dice Clarisse: “Sin tu madre cerca, eres como un huérfano”.
Muy lejos, en el centro de Manhattan, Irina Richardson dice que compra corpiños y ropa interior Victoria’s Secret desde hace 15 años y la ponía contenta pensar que hacía un bien. Al enterarse del papel de Clarisse en la provisión del algodón para la lencería, esta administradora de propiedades de Long Island, de 51 años, dijo que se quedó pasmada: “Comprar algo fabricado en semejantes condiciones es una falta de respeto a otros seres humanos”.
Fuente: RALLT