La selva de Bolivia también arde: para producir carne y soja
21 organizaciones bolivianas y también Amnistía Internacional apelan al Presidente de Bolivia para que retire un decreto autorizando quemas y deforestación que entró en vigor a mediados de julio. A partir de la publicación del decreto, más de 5,3 millones de hectáreas de tierras han ardido en llamas. Firma la petición.
Con el decreto presidencial 3973 del 10 de julio de 2019, el gobierno de Bolivia permite la tala y quema de selvas en los departamentos del Beni y Santa Cruz. Como justificación para el decreto, utiliza el crecimiento de la población y la demanda de alimentos.
Global Forest Watch, una organización especializada en la valoración de fotos satelitales, ha contabilizado desde entonces 313.000 incendios en el país sudamericano. Al menos un tercio de las áreas quemadas eran bosques tropicales secos y otro 55% sabanas tropicales, según informa la organización ambiental FAN.
Sólo en Santa Cruz se quemaron casi 1,2 millones de hectáreas de áreas protegidas, entre ellas amplias zonas del Parque Nacional Otuquis. Investigaciones estiman que millones han sido víctimas de los incendios.
La sequía, los fuertes vientos y el calor favorecen la propagación de los incendios. Los bomberos y la población combaten las llamas con herramientas inadecuadas o hasta sin ningún tipo de equipamiento.
Las verdaderas causas residen en una política agrícola equivocada. Apenas un día después de su entrada en vigor, el centro de investigación del CIPCA criticó el decreto presidencial. El mismo sirve para legalizar la deforestación de la industria agrícola y para satisfacer la demanda de carne de China.
De hecho, el 28 de agosto de 2019, el Presidente Evo Morales y el Embajador de China celebraron en Santa Cruz la exportación del primer lote de carne de vacuno al país asiático como un acontecimiento histórico. Las exportaciones de carne aumentarán a 117.000 toneladas en 2025, según la agencia estatal de noticias china Xinhua.
Fuente: Salva la Selva