47.000 km² de selva amazónica en peligro

Idioma Español
País Brasil

En Brasil, el presidente Michel Temer está sacrificando valiosas selvas. Ha puesto una gran área protegida a disposición de la gran industria agraria y minera. Es un “regalo” que concede a los poderes económicos de su país para permanecer en el poder y escapar a las acusaciones de corrupción con la ayuda de representantes de estos poderes económicos.

Junto con la poderosa bancada ruralista -diputados que son a la vez propietarios de tierras y legislan para sí mismos- y diputados cercanos a la industria minera acordó la flexibilización de las leyes ambientales y la disminución del nivel de protección de las áreas protegidas.

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Al norte de Brasil, la densa cubierta vegetal constituye todavía un mosaico fascinante de tonos verdes. Pero bajo las raíces de los árboles existen depósitos de materias primas que deberían mejor quedar en el subsuelo para siempre: oro, aluminio, hierro, cobre y manganeso.

 

En 1984, se pusieron bajo protección 47.000 has de selva -tamaño de Dinamarca- bajo el nombre de RENCA. Quedaban de este modo protegidas de la intervención de las empresas mineras internacionales. RENCA abarca partes de siete áreas protegidas y dos territorios de pueblos indígenas.

 

El 22 de agosto 2017, el presidente Temer de Brasil declaró extinta por decreto la reserva RENCA. Pocos días después, presentó otra iniciativa legislativa al congreso, por la cual otra área de selvas protegidas, la Floresta Nacional do Jamanxim, quedaría reducida a 350.000 hectáreas.

 

Los ambientalistas brasileiros consideran que las leyes que favorecen la deforestación se están utilizando como moneda de cambio. El presidente Temer está bajo presión. Pesan contra él varias acusaciones serias de corrupción. Para no acabar en la cárcel, está esgrimiendo todas sus armas políticas.

 

Con promesas monetarias y otras prevendas habría evitado su destitución en el parlamento en agosto 2017. Con la poderosa Bancada Ruralista y representantes de la industria minera habría acordado el debilitamiento de las leyes ambientales y la reducción del nivel de protección de las áreas protegidas. En este contexto, se han abierto procesos judiciales contra contra casi la mitad de los parlamentarios.

 

Para continuar haciendo negocios con madera, minería y agricultura industrial han liberado la selva para saquearla. Un juez paralizó provisionalmente el decreto de Temer. Pero ahí no terminan los peligros para la Amazonía. Habrá más votaciones en el parlamento. Firma la petición.

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Temas: Biodiversidad, Extractivismo