3 de diciembre: día para decirle NO AL GLIFOSATO
Cada año, el 3 de diciembre se recuerda en todo el mundo, la muerte de 16.000 personas fallecidas y más de 500.000 intoxicadas en Bophal, India 1984, porque se produjo el escape de las fábricas de la empresa Union Carbide de 27 toneladas de un gas tóxico usado en la fabricación de pesticidas.
Este año, más de 400 personas y organizaciones de América Latina, hacen un llamado a los gobiernos y parlamentos de América Latina y a la sociedad civil, para que se prohíba el uso del glifosato, el agrotóxico más usado en el mundo.
Este pedido se hace por la gran cantidad de evidencias sobre los graves efectos dañinos que este herbicida ocasiona en la salud humana y en especies claves para el equilibrio ecológico. Dos importantes hechos ocurridos en las últimas semanas han expuesto una vez más los daños ocasionados por el glifosato: el más reciente es la muerte de Fabián Tomasi, que desarrolló una neuropatía tóxica por el contacto constante con el glifosato durante años, surtiendo herbicidas y otros agrotóxicos a los aviones de fumigación en Argentina, en el contexto de la siembra masiva de soya transgénica tolerante al glifosato. En los últimos años de su vida, Fabián se convirtió en un símbolo latinoamericano de la lucha contra Monsanto y el glifosato, y se dedicó a generar conciencia sobre el peligro de la utilización de herbicidas en la agricultura.
El segundo hecho reciente es el del jardinero estadounidense Dewayne Johnson, quien fue diagnosticado con linfoma No-Hodkin después de años de aplicar los herbicidas basados en glifosato en una escuela en Californoa, por lo que demandó a Monsanto. El veredicto de la corte fue a favor de Johnson, lo cual ha generado una esperanza de justicia a miles de personas enfermas y sus familias en Estados Unidos, que han demandado a Monsanto por comercializar los herbicidas con glifosato.
Aunque estos casos son paradigmáticos, no son los únicos. En países como Argentina, Brasil y Paraguay, tenemos registros de tasas elevadísimas de cáncer, linfomas, leucemias, enfermedades autoinmunes, malformaciones genéticas y otras enfermedades en habitantes de comunidades rodeadas por campos de soja transgénica, donde se realizan aplicaciones aéreas intensivas de glifosato y la mayor parte de las veces sin aviso previo.
En 2015, la Agencia de Investigaciones del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (IARC) determinó la probable carcinogenicidad del glifosato para los humanos. El informe añade que hay fuertes evidencias de la genotóxica de los herbicidas basados en el glifosato.
Los pueblos fumigados de América Latina están sufriendo en sus cuerpos y en el de sus familias los efectos del glifosato a costa del agro negocio, y de las agendas económicas de los países que implementaron el modelo agrícola transgénico.
Los estudios científicos muestran además que el glifosato afecta a la flora silvestre, incluyendo las especies que son esenciales para la polinización, así como a microorganismos del suelo que participan en el ciclo de algunos nutrientes.
El glifosato interfiere con los sistemas de navegación de las abejas y afectan a las bacterias benéficas del tracto digestivo de estos polinizadores.
Por si no fuera suficiente, hay evidencia científica de que el glifosato persiste en los suelos agrícolas, alcanza los cuerpos de agua, también se dispersa a través de la lluvia, y sus residuos permanecen en los cultivos, llegando así a los alimentos que consumen personas aún a grandes distancias de los campos de cultivo.
No podemos permitir que más poblaciones humanas, ni los ecosistemas continúen expuestos a este veneno.
Hacemos un llamado a la sociedad civil y las organizaciones y movimientos sociales para que promuevan acciones conjuntas en defensa de los derechos a la salud, al medio ambiente sano, a la alimentación inocua y culturalmente adecuada en pro de una América Latina Libre de glifosato y otros herbicidas altamente tóxicos.
POR UNA AMÉRICA LATINA SIN TRANSGÉNICOS NI AGROTÓXICOS
LA UTOPÍA ES POSIBLE… PERO TENEMOS QUE TRABAJARLA
FIRMA AQUÍ POR UNA PROHIBICIÓN GLOBAL AL GLIFOSATO