21 de marzo, Día Internacional de los Bosques
En 2012, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 21 de marzo como Día Internacional de los Bosques. Cada año se elige un tema diferente. Este año el tema es “Los bosques y la biodiversidad: demasiado preciados para perderlos”.
Pero, ¿cómo puede la ONU destacar esto cuando sus principales políticas sobre bosques y biodiversidad permiten la deforestación a gran escala y la destrucción de la biodiversidad?
El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) de la ONU, por ejemplo, tiene como uno de sus objetivos a largo plazo lograr que “para 2030 no haya pérdida neta en el área e integridad de los ecosistemas de agua dulce, marinos y terrestres […]”. La palabra “neta” es crucial y está en el centro de un mecanismo llamado “compensación por pérdida de biodiversidad”. Esto significa que una empresa minera, por ejemplo, puede destruir bosques, tierras fértiles y biodiversidad, sugiriendo que esta destrucción puede ser “compensada” con la “restauración” o “protección” de otra área “comparable”. Este mecanismo promueve la expansión corporativa incluso en zonas que antes no estaban abiertas a los negocios. Por tanto, este también afecta fuertemente a las comunidades, tanto donde la destrucción está ocurriendo como donde se establece la “compensación”.
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) ha facilitado y promovido el mecanismo REDD+, que se basa en las compensaciones, el comercio del carbono y los pagos basados en resultados. Aunque haya sido promovido por la ONU como política internacional clave de conservación de bosques en 65 países, este ha fracasado en proteger los bosques y la biodiversidad. Una razón importante es que REDD+ nunca fue diseñado para proteger los bosques o reducir la deforestación, sino más bien para permitir que las empresas y los países industrializados continúen quemando combustibles fósiles. Peor aun, REDD+ señala falsamente a la agricultura de pequeña escala y la agricultura itinerante como principales causas de la deforestación. También ha demostrado ser completamente ineficaz en detener la destrucción de bosques a gran escala llevada a cabo por las corporaciones.
A su vez, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que monitorea el estado de los bosques en el mundo, insiste en definir un bosque como una superficie cubierta solamente por árboles. Esto significa que el bosque de la cuenca del Congo, en África Central, por ejemplo, se considera tan bosque como una plantación de árboles de eucaliptus genéticamente modificados, rociada con agrotóxicos. Para la FAO, la única diferencia es que a esta última se le llama “bosque plantado”. Pero las plantaciones industriales de árboles carecen de ciclos de vida interconectados y de diversidad estructural, que es necesaria para sustentar una diversidad de formas de vida. Las empresas de plantaciones también acaparan áreas de bosque para simular estar preocupados por la biodiversidad. Al hacer esto, las comunidades son doblemente impactadas, cuando se les quitan sus tierras para establecer las plantaciones y cuando se les niega el acceso vital al bosque.
Es inútil que la ONU conmemore otro Día Internacional de los Bosques si continúa facilitando y maquillando de verde las prácticas corporativas que llevan a más destrucción de bosques y pérdida de biodiversidad. Las comunidades se encuentran cada vez más amenazadas por empresas extractivas, proyectos de compensación, plantaciones industriales, áreas de conservación, empresas madereras supuestamente “sustentables” y planes de “reforestación” y de “restauración de bosques”.
¡Si la ONU realmente toma en serio su consigna para el Día Internacional de los Bosques de este año, debe detener sus propias políticas impulsoras de la deforestación a gran escala y la pérdida de biodiversidad!