¡NO a las patentes sobre la cebada y la cerveza!

Idioma Español
País Europa

Carlsberg y Heineken están luchando para controlar y apropiarse de todo el proceso de fabricación de la cerveza: de la cosecha al bar. Hemos conseguido que nos concedan una audiencia para intentar pararles los pies. ¡Necesitamos aumentar la presión antes de la misma!

Carlsberg y Heineken están intentando apropiarse de todo el proceso de fabricación de la cerveza. Si esto ocurre, todo el mundo deberá pagarles una tasa: los agricultores, las fábricas de cerveza y los consumidores.

Para conseguirlo, las dos multinacionales necesitan una patente. Y hasta la fecha, la Organización Europea de Patentes está de su lado. ¿Por qué? Porque por cada nueva patente se lleva una comisión [1].

El verano pasado lanzamos una campaña y además presentamos una oposición colectiva a la patente, la cual fue posible gracias a miles de personas. ¡Y conseguimos que la Oficina de Patentes nos prometiera una audiencia!

Sin embargo, ya ha pasado mucho tiempo desde eso y todavía no tenemos fecha para la audiencia.Es hora de hacerle saber a la Organización Europea de Patentes que seguimos al pie del cañón. El año pasado recogimos más de 115.000 firmas, lo cual nos ayudó a conseguir la audiencia. ¿Nos echas una mano para duplicar el número de firmas y la presión antes de que nos den una fecha para la audiencia?

Firma la petición

La patente sobre la cebada (ingrediente principal de la cerveza) que Heineken y Carlsberg quieren obtener afectaría a todo el proceso de fabricación de la cerveza, incluido el producto final. Esto significaría que dichas marcas obtendrían beneficios por partida triple: de la venta de las semillas de cebada a los agricultores, de la compra de su cosecha a precios reducidos y de la venta de la cerveza a los consumidores. Carlsberg y Heineken controlarían todo el proceso de producción: de la cosecha al bar.

Durante los últimos años, la Organización de Patentes ha podido respaldar a las grandes multinacionales sin levantar sospechas porque nadie les prestaba atención. Nunca nadie les había acusado públicamente… hasta ahora [2].

Nuestra comunidad de acción ha luchado para conseguir una audiencia. Pero queremos una fecha para poder mantener la presión. Ya hemos esperado demasiado: es hora de recordar a la Organización Europea de Patentes que no olvidamos su promesa de concedernos una audiencia. Si conseguimos doblar el número de firmas de nuestra petición, no podrán postergarlo más. ¡Aumentemos la presión!

Por qué es importante

Todos conocemos la cebada, la cerveza y su proceso de elaboración. Son viejas tradiciones al alcance de todos. Sin embargo, la Oficina Europea de Patentes (EPO, por sus siglas en inglés), ha concedido una patente a Heineken y Carlsberg de la cebada cultivada de manera tradicional. Con la patente, estas multinacionales pasan a ser dueñas de la cebada, desde la semilla hasta la jarra de cerveza. ¡Qué escándalo! No solo quieren adueñarse de una tradición que existe desde hace miles de años, sino que con la patente, la EPO está violando la legislación europea. Es más, cada vez que aprueba una patente, la EPO gana dinero.

Tenemos la oportunidad de detener la patente de la cebada y la concesión de este tipo de patentes. El año pasado, la UE ya cedió ante la presión popular, cuando más de 570.000 europeos firmaron nuestra petición, y dictaminó que no pueden concederse patentes de plantas ni animales, a menos que estén modificados genéticamente. Ahora son los Estados miembros de la Organización Europea de Patentes quienes tienen el poder de exigir a su Oficina que actúe de acuerdo con la legislación vigente.

Junto a más de 30 organizaciones medioambientales, alzaremos nuestra voz para protestar y presentar una objeción legal contra las patentes de la cebada concedidas a Carlsberg y Heineken. Reclamaremos nuestra cebada y aprovecharemos la oportunidad para pedir a los Estados miembros que impidan que la EPO se salte la legislación europea.

En los últimos años, la Oficina Europea de Patentes ha seguido concediendo patentes a plantas alimenticias como los tomates, el brócoli, el melón y, más recientemente, la cebada. El alcance de dichas patentes es enorme: en este caso, incluye la cebada, el proceso de elaboración de la cerveza y la propia cerveza.Además, la patente abarca todos los tipos de cebada con las mismas características, independientemente de cómo haya sido cultivada. Esto significa que las fábricas de cerveza obtienen beneficios por partida triple: de la venta de las semillas de cebada a los agricultores, de la compra de su cosecha y de la venta de la cerveza a los consumidores. Controlarían todo el proceso, del campo al bar. Al mismo tiempo, la patente les da derecho a impedir que otros agricultores cultiven cebada de mejor calidad y les permite ampliar su dominio en el mercado, en detrimento de los agricultores, cultivadores, consumidores y otros fabricantes de cerveza.

Las patentes concedidas a Carlsberg y Heineken nos demuestran cómo la industria y la EPO pueden aprovecharse de las zonas grises en la legislación para sortear las prohibiciones. La EPO tiene unos ingresos anuales de mil millones de euros, procedentes de las tasas, y obtiene dinero por la concesión de cada patente, permitiendo a las multinacionales ganar terreno en el mercado.

Con nuestras objeciones nos enfrentamos directamente a dos multinacionales cerveceras en un único caso. La EPO debe responder a nuestras objeciones legales con una argumentación detallada justificando su decisión.

Firma la petición

PD: Cuando finalmente se celebre nuestra audiencia, marcharemos hasta la Organización Europea de Patentes en Múnich. Ésta es la fuerza de nuestro movimiento: somos capaces de aparecer donde sea necesario porque nuestro movimiento está compuesto por miles de personas repartidas por todo el continente. Firma la petición para que nuestro mensaje no pueda ser ignorado.

Notas

[1] Consulta la página 11 de este documento (en inglés): haquí, en pdf

[2] Las propias directrices de la Unión Europea establecen que las patentes de plantas, incluida la cebada, son ilegales a menos que estén genéticamente modificadas. Sin embargo, la Organización Europea de Patentes no es una organización de la Unión Europea, y por tanto, no tiene por qué cumplir con las directrices de la UE.

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