Esta campaña, impulsada por 157 organizaciones de la sociedad civil a nivel internacional, envió al Banco Mundial y a sus socios una carta de cuestionamiento del proyecto Enabling Business Agriculture (EBA), denunciando que este proyecto, impulsado a instancias del G8 por cuatro países donantes y la Fundación Gates, promueve políticas que favorecen a las grandes corporaciones transnacionales de la agroindustria y que ponen en peligro el derecho de los campesinos a las semillas, la seguridad alimentaria y el futuro de nuestro planeta.