La dominación de las corporaciones en la agricultura y en la producción de alimentos a escala global. Los efectos en el Sur
Entrevista a Javiera Rulli, del GRR: "por una lado, la soja desplaza gente acá en Paraguay; los paraguayos se van a España a ser empleados domésticos; la soja va a Europa, se hace carne; la carne va a África, desplaza al campesino africano, ... se tiene que subir en un barquito y tratar de llegar a Canarias, si es que no se muere. Estamos hablando de un mecanismo global dominado por corporaciones y con la connivencia de los gobiernos, que lo único que está haciendo es destrozar la vida en el Sur y en el Norte"
Conversamos con Javiera Rulli, del Grupo de Reflexión Rural (Javiera Rulli vive en Paraguay, pertenece al GRR y está trabajando en este momento con BASE Investigaciones Sociales).
Acabamos de hacer un taller acá en el Encuentro de CONAMURI tratando de dar el mapeo de los agronegocios, un poco para que los campesinos entiendan cuál es la dominación de las corporaciones en la agricultura y en la producción de alimentos a escala global. Es un esquema muy complejo de alguna forma, pero también cuando lo presentas en el papel vos ves que los mismos campesinos lo conocen muy bien, porque están en contacto y están metidos en esta cadena. Para empezar, la cadena de los agronegocios se inicia con los insumos que requieren los monocultivos industriales, que son las semillas híbridas, o semillas transgénicas, donde hay corporaciones como Monsanto, Pioneer, Syngenta, que están cada vez controlando en mayor grado el mercado de las semillas. Son diez empresas, diez corporaciones, que controlan ya el 50% del mercado de las semillas a nivel global. Y Monsanto es una de las principales porque controla el 90% de las semillas transgénicas. Después tenés todas las corporaciones que te venden los agrotóxicos, que muchas son las mismas que venden los transgénicos. Porque la mayoría de todas estas semillas híbridas o transgénicas requieren el uso intensivo de agrotóxicos. Y después tenés también las empresas o las corporaciones que te venden la maquinaria. Y así se da ya la fórmula del monocultivo de gran extensión que, para poder ser competitivo, tenés que tener mucha superficie y tenés que tener mucho capital para poder invertir. Entonces ya de esta forma el campesino queda afuera, a corto o largo plazo. El tercer eslabón de la cadena de los agronegocios lo componen los silos, que son los acopiadores, como Cargill, ADM, Bunge, que controlan también entre pocas corporaciones, todo lo que es el transporte de productos a nivel global. Los silos se venden entre sí, por ejemplo Cargill Paraguay, Cargill Latinoamérica la vende a España, por lo cual siempre se van a vender a bajo precio, y el país no va a ganar. Es así como a nivel Sur se conforma esta región de producción de forraje, que es el rol que nos toca, por el mercado global, y donde el campesino quizá no entiende porqué existe este mercado que le inunda, en donde se produce algodón, en donde del algodón pasan a la soja, y pareciera que nadie quiere otra cosa. En Paraguay, los campesinos no consiguen crédito si no es para algodón o para soja. Entonces ahí vemos cómo están involucrados los gobiernos y cómo están involucradas las agencias financieras internacionales. Por ejemplo, acá las financieras entraron a prestar dinero a los productores en el tercer año de sequía, una financiera llamada Interfisa, que es un proyecto del Bando Interamericano de Desarrollo, lo cual probablemente sea deuda externa. Esta financiera está prestando dinero, pero no presta dinero para hacer producción orgánica, u otras técnicas de recuperación de tierras, sino que presta dinero para comprar semillas, comprar agrotóxicos, alquilar maquinaria y hacer soja o algodón. A la vez, ves también cómo esto se interrelaciona en diferentes entidades financieras, porque toda la infraestructura que requieren los monocultivos -sea el transporte, sea la hidrovía para después exportarla- eso también está recibiendo dinero de agencias como el Bando Mundial, lo que va implicar deuda externa. O sea, nuestros países se están endeudando para poder favorecer el mercado que diseñan las corporaciones de los agronegocios. Acá en Paraguay es un momento clave, porque por un lado tenés a una gran proporción de campesinos endeudados por los tres años de sequía que ha habido y porque, como los campesinos tienen máximo diez hectáreas, producir soja no les conviene, no les sale a cuenta, sino siempre van perdiendo. Entonces están todos endeudados, muchos endeudados con los mismos silos -o sea el silo está actuando como una financiera, primero te prestan y luego te compran la cosecha-. Y también esta financiera que dije, la Interfisa. Entonces ahora el Banco Mundial está entrando en Paraguay promoviendo la titulación rápida de tierras como si fuera que con la titulación se arreglan los problemas de producción y de economía que sufren las economías campesinas. ¿Cual es el gran peligro? Que cuando todas esas familias campesinas, con dinero del Banco Mundial, puedan titular las tierras, esas tierras van a ser desalojadas, porque están endeudadas con la Interfisa, que en realidad es el Banco Interamericano de Desarrollo. Todo esto es a nivel Sur. ¿Pero qué pasa cuando la soja llega a Europa o a China? Ahí no va a las granjas de pequeños campesinos y productores en Europa, sino sobre todo va a grandes industrias, a procesadores, a Nestlé, o Unilever, que utilizan la soja como utilizan el aceite vegetal, pero también va principalmente como forraje. Va a la gran agroindustria, hablamos de empresas que tienen miles de cerdos, miles de vacas en un galpón, algunas veces todavía tienen formato de granja, aunque en realidad es una familia que quedó de las pocas que quedan en los pueblos, que están viviendo en una granja automatizada. Es como que tuvieran una pequeña industria de cuatro mil chanchos, o cien vacas. Y casi no necesitan trabajadores, y los hijos de estos pequeños productores no van a poder ser campesinos, porque la familia campesina que se metió, que todavía subsiste en el campo europeo con estos miles de animales, está tan endeudada que las ganancias le dan para subsistir y poder pagarle al Banco. O sea, nos encontramos con la misma situación que en Paraguay, con otro nivel socioeconómico, pero también sin ninguna perspectiva de futuro ni desarrollo local.
Entonces, cuando ya hemos llegado al nivel de las procesadoras, ahí tenemos que entender qué pasa con la soja, cuáles son las características de la soja que la hacen tan esencial para que fluya a este mercado global. Y es que la soja es como el motor para la agroindustria; como el petróleo para la industria de los coches, la soja es el motor de la agroindustria, porque tiene una versatilidad muy alta. Podés utilizarla para forraje principalmente, pero también la utilizas para alimentos, la utilizas para hacer crema, lecitina, la metes en todos los alimentos, también la utilizas en sustancias químicas, o en productos de higiene, pinturas, cosméticos, shampoo, etc. Y ahora el gran mercado es el biocombustible. Entonces, claro, las corporaciones que están controlando el mercado de la soja, controlan toda la producción de alimentos, porque ellos están metidos en todo: Cargill tienen la soja, la va metiendo en todos los alimentos, con lo cual controla a las industrias a las que vende, porque no podés producir alimentos si no tenés insumos de proteína vegetal o aceite vegetal. Y ahí, esas procesadoras, venden a los grandes supermercados. Los supermercados son la cara del agronegocio en la ciudad. Donde entra el supermercado se acaba la vida de barrio, la pequeña comunidad urbana, porque el supermercado acapara todo el público, son grandes infraestructuras, es la cultura del shopping. Y ahí vemos que también esta cultura de supermercados tiene como el pequeño mercado nicho para los pobres. Porque así como está el Carrefour, que es una megapotencia, o el Wallmart, que son corporaciones que tienen presupuestos más grandes que países del Sur, también se desarrollan supermercados para pobres, o se desarrollan programas alimentarios para gente pobre, a la que se le distribuye soja directamente. Acá en Paraguay es la vaca mecánica, promovida por la primera dama, que se está estableciendo en todas las villas miseria, en los pueblos. En Argentina fue la soja solidaria. Ahí también ves la complicidad de organismos internacionales como Naciones Unidas, que siguen la propaganda de las corporaciones de que este tipo de agricultura, este sistema de producción de alimentos va a favorecer a los pobres y va a acabar con el hambre, cuando es totalmente al revés. La forma en que EEUU está manipulando y destrozando la economía del Sur es a través de la ayuda alimentaria en donde tanto la soja transgénica o el maíz son los principales insumos que distribuyen. Europa, con el gran nivel de importación de soja que tiene, resulta en un exceso de producción de lácteos y de carne que después son vendidos al sur, tanto a Latinoamérica, África, Asia, pero con precios subvencionados, a partir de los acuerdos de la OMC, los acuerdos agrícolas de la Comunidad Europea. Entonces esta carne, estos lácteos, van al Sur, sobre todo a África, van con un precio bajo costo, entonces desplaza al mercado local en África. Entonces vemos cómo, por un lado, producimos acá nosotros soja en el Sur, se desplazan los campesinos, esto favorece solamente a las corporaciones, esto crea un exceso de producción en el norte que se distribuye sobre todo a través de supermercados, afecta a la población campesina europea, afecta también a la población urbana en el Norte y en el Sur, porque toda la alimentación va a través de los supermercados, y después el excedente viene al sur de nuevo, subvencionado por los Estados -o sea por los impuestos que pagan los ciudadanos-. Al final esos subsidios favorecen a la industria, que vende su producción acá, y vuelve a afectar al pequeño comercio y al desarrollo local. Así que, por una lado, la soja desplaza gente acá en Paraguay; los paraguayos se van a España a ser empleados domésticos; la soja va a Europa, se hace carne; la carne va a África, desplaza al campesino africano, y el campesino africano se tiene que subir en un barquito y tratar de llegar a Canarias, si es que no se muere, si es que tiene suerte. Entonces estamos hablando de un mecanismo global dominado por corporaciones y con la connivencia de los gobiernos, que lo único que está haciendo es destrozar la vida en el Sur y en el Norte. Y ahora el gran peligro que se viene es el biocombustible. Porque toda esta dinámica de producciones de extracción de recursos naturales ha provocado un impacto en nuestro planeta, estamos viendo las consecuencias del cambio climático, el clima está cada vez más impredecible, vamos de sequías a inundaciones. Con este clima no se pueden producir alimentos, es un gran peligro ya para nuestra seguridad alimentaria a nivel global, y Monsanto, o corporaciones como Syngenta, que dominan la semilla, no van a ser capaces de poder dar una respuesta a esta situación, aunque ellos mismos de promueven. Acá el único que va a poder responder a todas estas inclemencias va a ser el campesino, el que cultiva a pequeña escala, el que conoce sus semillas, el que conoce su tierra, y el que tiene una gran reserva de semillas para poder estar un poco jugando y experimentando a ver qué sale, qué cosecha sale. Entonces estamos yendo hacia un lado totalmente equivocado, una orientación incorrecta que es ir hacia un precipicio. Por eso era muy importante mapear los agronegocios en el momento en que CONAMURI está lanzando la Campaña por las Semillas Nativas, para que las mujeres entiendan realmente el valor político que significa guardar sus semillas y también que el pequeño campesino que está en las regiones más remotas del Paraguay, entienda que está jugando un rol a nivel global, y los enemigos a los que se está enfrentando, no para que pierda la esperanza, sino para que se de cuenta que la lucha de ese campesino ya es una lucha por todo, por todos nosotros.
(Entrevista realizada en el marco del 2º Encuentro Internacional de Mujeres "Por la tierra, la igualdad y la soberanía alimentaria", que fue organizado por la Coordinadora Nacional de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas del Paraguay, CONAMURI, y tuvo lugar en Asunción entre el 14 y 16 de noviembre).
Por moc.liamg@aldoibaicnega