Uso de Antibióticos en la Salmonicultura Chilena: Nuevas Evidencias
Denuncia sobre la utilización de antibióticos en alimentos para la salmonicultura en Chile, de peligro para el consumo alimenticio
El desarrollo de la acuicultura en Chile ha estado caracterizado por un uso importante de antibióticos por parte de la industria salmonera para prevenir una serie de enfermedades relacionadas con el salmón. Por ejemplo, el uso de flumequina, un antibiótico usado también en la salud humana, aumentó de aproximadamente 30 toneladas a cerca de 100 toneladas entre los años 1998 y 2002. Este aumento coincide con un crecimiento en la producción de salmón de 258.000 toneladas el año 1998 a 494.000 toneladas el año 2002, llegando Chile a situarse como el segundo productor mundial de salmón cultivado.
En Chile, como en otras partes del mundo, los recintos acuícolas están insertos en ambientes acuáticos donde habitan y se realiza la pesca artesanal de diferentes especies de mariscos y peces silvestres para el consumo humano, las que comen el alimento no consumido por los peces cultivados y las heces de estos mismos que se acumulan bajo las jaulas. Con esta alimentación, los peces silvestres pueden integrar antibióticos residuales a su organismo, pudiéndolos finalmente pasar al tracto digestivo de sus consumidores humanos.
Una investigación preeliminar de Oceana confirmó que peces silvestres, que viven alrededor de los recintos de acuicultura, y que son consumidos por humanos, ingieren alimento preparado para salmón. El mismo estudio muestra que los antibióticos recetados a salmones están pasando a la carne de los peces y permanecen en ella en cantidades detectables. Especialmente inquietante desde el punto de vista de la salud pública es la presencia de quinolonas en la carne de estos peces, antibióticos que en otros países están prohibidos en acuicultura, debido a su eficacia en medicina humana.
La regulación ambiental de la acuicultura en Chile (RAMA) no contempla el uso de antibióticos y se limita a establecer primariamente los efectos, localizados sobre los fondos marinos. Sin embargo, la dispersión por peces de los residuos de antibióticos sugiere que los efectos de ellos sobre el medio ambiente y los peligros para la salud humana pueden alcanzar dimensiones espaciales mayores al solo sitio de cultivo. En consecuencia este hecho implica que se deben establecer con rapidez aproximaciones ecosistémicas para controlar los efectos ambientales e investigar en profundidad las consecuencias para la salud humana que esta actividad tiene.