México: lo especial del maíz cacahuacintle
La continua siembra de maíz cacahuacintle es lo que preservará la existencia de la raza, tal como afirman sus productores
El maíz forma parte de la cultura en México, la presencia de este grano en todo el territorio es por medio de diversas razas, aproximadamente 54, según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio). Entre ellas se encuentra el denominado pozolero o cacahuacintle. Características del cacahuacintle tales como su sabor dulce, textura suave, consistencia harinosa y grano grande lo hacen ideal para degustarlo como elote tierno; con su harina se pueden preparar una infinidad de postres, y su grano es el ingrediente principal para la elaboración de pozole, un platillo de origen prehispánico que tiene diferentes presentaciones según la tradición de cada región. El maíz cacahuacintle depende de un microclima con temperaturas semifrías, altitudes elevadas y suelos filtrados para su cultivo, por lo que este grano se produce principalmente en ciertas regiones del Estado del México, Puebla y Tlaxcala. Según Alberto Ramos, de la Universidad Autónoma Chapingo, todo lo anterior ha influido en que el cultivo de este grano sea privilegiado, porque cuenta con un mercado cautivo donde se puede vender a un precio superior al de otros tipos de maíz.
Gracias al conocimiento empírico, la observación y la experiencia de los campesinos que cultivan maíz cacahuacintle, se ha podido lograr un mejoramiento en el rendimiento o productividad de la planta, de sus características y en la adaptabilidad de la semilla a los diferentes tipos de suelo que predominan en las regiones donde se siembra. También ha sido posible por el reducido intercambio de semilla entre diferentes localidades propiciando una mayor uniformidad fenotípica y una reducción en la variabilidad genética en la morfología de la mazorca.
La Universidad Autónoma Chapingo ha participado con algunos agricultores de maíz cacahuacintle en programas para mejorar la producción, aplicando tecnologías agrícolas convencionales como “mejoramiento genético por métodos de hibridación y selección”. Como el destino del grano no es el autoconsumo y los compradores exigen calidad, el mejoramiento va encaminado a obtener un maíz de buen tamaño, color e incremento en la producción.
La producción de maíz cacahuacintle enfrenta diversas problemáticas como las plagas, la sequía, las granizadas y las heladas. Su comercialización es otro reto, a pesar de contar con un mercado cautivo: por ser una variedad especial, su precio nunca ha estado fijado por alguna autoridad, por lo tanto, su valor se determina con base en las fuerzas del mercado, la oferta y la demanda, además de la especulación de los intermediarios, pues los productores no cuentan con canales directos de venta.
El cultivo de maíz cacahuacintle también se ve afectado por otros elementos que inciden en el medio rural, como el crecimiento de la mancha urbana, la escasez de mano de obra (por ser una actividad temporal, las personas prefieren buscar fuentes de empleo más estables), el aumento en los precios de insumos químicos y sobre todo la falta de apoyos públicos que den mayor certeza económica a los agricultores.
La importancia que tiene México por su diversidad biológica está estrechamente relacionada con la riqueza cultural. Es por ello que no sólo las valías económicas son las que protagonizan la importancia de conservar la biodiversidad, pues en el caso cultural, el valor es inminente, ya que conlleva un conjunto de conocimientos milenarios. Sobre todo si consideramos que la redimensión de la biodiversidad como recurso cambió de considerarse uno cualquiera a uno con categoría de estratégico.
La preservación de la diversidad genética del maíz en el país actualmente es un fenómeno que ha cobrado relevancia, por su importancia social, económica e intelectual. Los principales elementos que inciden en esta biodiversidad son aquellos que están estrechamente relacionados con los productores locales, pues ellos son los que de manera especial contribuyen a su protección, basados en el conocimiento tradicional que han desarrollado y acumulado.
La cultura del maíz en México tiene raíces prehispánicas, pues según la cosmovisión de antiguas culturas mesoamericanas, el ser humano es descendiente del maíz. La comida es un rito de significación en las culturas y la presencia del maíz en la cocina mexicana es fundamental. Puesto que la elaboración del pozole en México es en ciertas fechas tradicionales o para celebrar algún momento especial, el consumo de este platillo en el país es un símbolo de identidad y pertenencia.
La continua siembra de maíz cacahuacintle es lo que preservará la existencia de la raza, tal como afirman sus productores. Mientras el grano tenga la posibilidad de colocarse en el mercado y se conserven sus cualidades, sus cultivadores idearán maneras de conservarlo en sus parcelas y de transmitir la actividad a sus descendientes. Como afirma un productor de maíz: “pues uno anduvo desde pequeño en el campo, toda la vida en el cultivo de maíz, lo mismo los hijos aunque tengan una formación profesional, sino quién se va a dedicar a la siembra, quien va a atender al campo”.
La producción de maíz cacahuacintle es un ejemplo de que dedicarse a una actividad agrícola es rentable y no necesita la aplicación de tecnologías costosas o complejas, pero sí requiere que existan políticas públicas que garanticen el acceso a recursos en caso de contingencias climáticas y estimulen la conservación de esta variedad del grano.