México: bendicen las semillas y ruegan a Dios...

Idioma Español
País México

En San Andrés de la Cal como en la mayoría de pueblos de México se lleva a cabo la ceremonia de la bendición de semillas con la celebración en pleno campo de una misa, con música, cohetones y un gran convivio

Para los hombres del campo la hora de cultivar la tierra ha llegado, el mundo demanda la obtención de alimentos, razón por la que -dicen los campesinos- es preciso voltear la mirada hacia el campo, preparar machetes, rastrillos y azadón para limpiar el terreno ya que sólo de esta manera podrá entrar sin problema alguno la yunta o el tractor para arar la tierra y hacer los surcos. Las condiciones están dadas y la señal es el 15 de mayo de cada año, fecha en que celebran a San Isidro Labrador, su Santo Patrono.

 

En San Andrés de la Cal como en la mayoría de pueblos de México se lleva a cabo la ceremonia de la bendición de semillas con la celebración en pleno campo de una misa, con música, cohetones y un gran convivio. Esta fiesta data del siglo XVII y trata de un ritual místico religioso que tiene como objetivo la atracción de un buen temporal de lluvias, que las semillas depositadas en la tierra logren germinar correctamente, crezca la planta, de un buen elote y de esta manera haya abundantes cosechas.

 

Con apoyo de la oficina de Comunicación Social del Ayuntamiento de Tepoztlán, de manera específica de la licenciada Irma Aguilar Fernández, es como El Sol de Cuernavaca logró llevar a cabo con gran éxito este fotoreportaje en la bella comunidad de San Andrés Tenextitla.

 

De las ofrendas

 

El punto de partida hacia las Cuevas donde se colocarán las ofrendas fue en la Ayudantía en donde voluntarios, principalmente amas de casa, llevaron alimentos y utensilios de cocina, aunque se aprecia por igual llevan juguetes y muchos dulces, recordando las mujeres se dice, son dadoras de vida y los niños dadores de la lluvia. De esta manera, las ofrendas se llevan a depositar donde se asegura -el agua nace- para lo cual hay que caminar por varias horas a los diferentes lugares y cuevas sagradas en los dos principales cerros del lugar.

 

Las ofrendas son: mole verde, tamales, huevo, fruta, juguetes, semillas benditas de maíz azul.

 

Al iniciar el rito la depositante Doña Jovita, llama con la cornetita los patrones del aire y posteriormente le pide a Dios (Cristo) y a la Virgen de Guadalupe agua para la época de siembra, repitiendo constantemente padre Adán, madre Eva, Dios misericordioso, ayúdame, perdóname, una vez terminada su oración los despide con la trompetita y se lanzan tres cuetes al aire en señal de que se ha terminado el ritual.

 

La gente que participa en el ritual debe estar orando mientras Jovita termina y se fuma el cigarrillo para evitar que los malos aires los ataquen, regresan al pueblo son recibidos en la iglesia y limpiados con el humo del sahumerio, se realiza una comida con mole y tamales en donde participa toda la comunidad.

 

Para los que no conocen este hermoso lugar, San Andrés de la Cal es uno de los pueblos que rodean el municipio de Tepoztlán, también es conocido con el nombre náhuatl de Tenextitla, que significa lugar donde hay cal, fue como originalmente se le conoció al poblado. Es un pequeño poblado cuya zona urbana es de apenas 45 km2, esta ubicado dentro del parque nacional el tepozteco y sus tierras comunales con una extensión aproximadamente de 2767 ha. colindan con la reserva ecológica El Texcal y la parte baja de la sierra del tepozteco.

 

San Andrés de la Cal es el segundo productor de maíz del municipio de Tepoztlán, cuenta con dos construcciones que sobresalen: La Iglesia de San Andrés y de San Salvador, que como detalle peculiar se encuentran una frente a la otra. Sobresalen dos cerros muy conocidos entre los pobladores que los llaman el Cerro de la Cruz y el Cerro de la Corona o Cerro Barriga de Plata. De la última década -afirma los nativos del lugar. Sobresale el trabajo del ex alcalde Arturo Desaida Mendarte, como son las telesecundarias, obras en escuelas, arreglo de la carretera y gestoría para beneficiar a mucha gente. Hoy extrañan ese trabajo, aunque decirlo a uno que otro le produce dolor de estomago.

 

El Sol de Cuernavaca, México, 23-5-11

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