Los cultivos transgénicos a contraluz
Qué argumentos se enfrentan a la hora de valorar las nuevas técnicas biotecnológicas que permiten modificar vegetales
La doctora Doreen Stabinsky es una joven genetista vegetal, profesora del Departamento de Estudios Ambientales de la Universidad de California y ex asesora del Departamento de Biología de la Universidad de Humboldt. Pero la semana última no estuvo en Buenos Aires como investigadora o docente, sino como jefa de la Unidad Científica en Asuntos de Biotecnología de Greenpeace.
La Argentina, para Stabinsky, es un destino particularmente importante por sus altos índices de cultivos genéticamente modificados. De visita en La Nación, analizó la postura de su organización en relación con este tema.
-Doctora Stabinsky, ¿por qué Greenpeace objeta los cultivos transgénicos?
-Hay una serie de razones. Algunas tienen que ver con el medio ambiente y otras con la salud humana. Creemos que deberían interrumpirse hasta que podamos prevenir estos efectos. Una de las metas de largo plazo de Greenpeace es la agricultura sustentable. Y hay una cantidad de requisitos para lograrla; uno de ellos es reducir el uso y la dependencia de los pesticidas.
-Sin embargo, entre los argumentos de quienes respaldan los transgénicos se encuentra el de que con ellos se reduce el uso de pesticidas...
-Bueno, ése no es ciertamente el caso de la soja. En los Estados Unidos se ha demostrado muy claramente que el uso de herbicidas es mayor. En algunos cultivos podría argumentarse que se logra una reducción de pesticidas, como en el algodón Bt, pero eso no ocurre con el maíz Bt, en el que también se demostró un aumento en el uso de pesticidas.
-¿Cuáles serían, según su punto de vista, los daños a la salud?
-Potenciales alergenos en los alimentos, potencial creación de toxinas o estimulación de las toxinas naturales. Hay reciente evidencia científica que demuestra que los niveles de fitoestrógenos de la soja transgénica son menores. Así que podría haber químicos dentro de la planta que nosotros apreciamos y pueden disminuir. Hay otras evidencias científicas que muestran que el maíz Bt tiene mayores niveles de ciertas toxinas que el convencional. Hay una serie de problemas de salud que no serán identificados a menos que se hagan los tests correspondientes.
-Sin embargo, estas semillas se estudian mucho más que las naturales.
-Sí, yo escuché eso. Pero si uno mira los datos, por ejemplo lo que el gobierno de los Estados Unidos requiere para aprobar un cultivo y permitir su venta, aunque sean más estudiados que los alimentos convencionales, eso no quiere decir que lo sean adecuadamente. En los Estados Unidos no tenemos pruebas para alergenicidad, para toxicidad incrementada. El gobierno no requiere el tipo de testeo que nosotros pensamos sería adecuado.
-Teniendo en cuenta que en la Argentina el 75% de los cultivos se realiza con semillas genéticamente modificadas, ¿qué aconsejaría usted, que se interrumpieran?
-No, no estamos diciendo eso. Lo ideal sería que se plantara la soja convencional. No es necesario eliminar la producción...
-¿No disminuiría eso el rendimiento actual de los cultivos?
-Me resulta asombroso que se diga eso, porque ha habido estudios en los Estados Unidos, 800 tests de campo, y justamente dicen que la soja transgénica rinde menos que la convencional, 6 a 10 % menos. La razón de que haya sido elegida por los productores tan rápidamente es por su costo. Y también porque es más fácil trabajar con ella y controlar los yuyos.
-Parecen buenas razones...
-Oh, la salud y el medio ambiente también lo son.
-¿Existe actualmente alguna prueba científica de que los transgénicos son dañinos para la salud humana?
-Bueno, si hubiera una prueba, Greenpeace, Amigos de la Tierra y la Asociación Médica Británica no estarían pidiendo etiquetas (en los productos alimenticios), sino la prohibición. Lo que decimos es que hay motivos para preocuparse y que el consumidor tiene que poder saber si quiere tomar el riesgo o no.
-Muchos estudios indican que, si se renuncia a la biotecnología, dentro de 20 años la humanidad no podrá producir suficiente para alimentarse.
-La producción de alimentos no está directamente relacionada con el acceso a ellos. Además, hay muchos (investigadores) que están mirando hacia el futuro y dicen que no hay ningún problema para que nuestra agricultura siga aumentando la producción.
-¿Cómo?
-Bueno, en las últimas décadas, la historia ha demostrado que se aumentó nuestra capacidad para producir alimentos a medida que aumentaba la población. Se encontraron nuevas herramientas y se desarrolló nuestro conocimiento agroecológico.
-Una reciente nota de tapa de la revista Time se refirió a un arroz genéticamente modificado que podría paliar la falencia de vitamina A, el Golden Rice. ¿Ustedes qué opinan?
-Es una movida de relaciones públicas, un cuento de hadas...
-Si eso se comprueba, ¿Greenpeace lo apoyaría?
-Cuando usted pregunta eso es lo mismo que decir supongamos que encontramos una cura para el cólera. ¿Nos opondríamos a eso? Por supuesto que no. Pero la deficiencia de vitamina A es como el cólera, puede ser resuelta ahora.
-¿Se oponen a la biotecnología por principio?
-Dada nuestro actual comprensión de la biotecnología y de su impacto ecológico potencial, Greenpeace opina que debería haber una prohibición de la liberación al medio ambiente de organismos genéticamente alterados.
La nación, Argentina, 15-8-00