Deforestación destruye Pantanal brasileño
La ONG Conservación Internacional (CI-Brasil) hizo recientemente un relevamiento de la situación actual de la vegetación natural de la Cuenca del Alto Río Paraguay (CAP) y del Pantanal brasileño
Los análisis muestran un cuadro preocupante: 45% del área total de la Cuenca y 17% de la cobertura vegetal original del Pantanal ya fueron destruidos, principalmente para la apertura de áreas de pastaje y cultivo. El informe alerta que si es mantenido el ritmo actual de deforestación o el cambio de pastajes nativos hacia la introducción de especies exóticas - más productivas para el ganado -, dentro de aproximadamente 45 años la vegetación original del Pantanal habrá desaparecido completamente.
Para llegar a estas conclusiones, los científicos de la CI-Brasil analizaron imágenes de satélite y compararon la proporción del área que todavía tiene vegetación nativa en relación con el área que ya tuvo su cobertura vegetal original suprimida. Constataron que la actividad agropecuaria y las carbonerías son los principales factores de riesgo para la conservación de la CAP, de significativa importancia para el drenaje hidrográfico central del continente sudamericano.
La CAP posee aproximadamente 600.000 kilómetros cuadrados, que se extienden por América del Sur, de los cuáles 363.442 Km² están en territorio brasileño. Las nacientes de los ríos de la CAP ocupan un área de 215.813 Km² ubicadas en los planaltos de su entorno y representan el 59% del área de la Cuenca. La destrucción del Pantanal parece no tener en consideración el hecho de que el Pantanal, que ocupa el 41% del área de la Cuenca, es considerado la mayor área húmeda del mundo, declarada Patrimonio Nacional por la Constitución Brasileña de 1988, con sitios de relevante importancia internacional por la Convención de Áreas Húmedas RAMSAR y áreas de Reserva de la Biosfera establecidas por la UNESCO en 2000.
Los números constan en el informe "Estimación de la pérdida del área natural de la Cuenca del Alto Paraguay y Pantanal Brasileño". Hasta el 2004, cerca del 44% de esa área tuvo su vegetación original completamente descaracterizada. De los 87 municipios incluidos en la CAP (34 en Mato Grosso do Sul y 53 en Mato Grosso), 59 presentaron más de la mitad de sus respectivos territorios con la cobertura vegetal alterada, en contraste con 28 municipios que presentan entre 12% y 49% de sus áreas suprimidas. El problema se intensifica en 22 municipios que deforestaron más del 80% de sus áreas, de los cuales 19 tuvieron áreas suprimidas de vegetación original superiores al 90% de sus territorios.
"Es extremamente importante conservar las áreas de entorno de la planicie del pantanal, pues allí están las nacientes de los ríos que constituyen el Pantanal. Esas localidades contribuyen a la población silvestre y constituyen refugios para la fauna en los períodos desfavorables, abrigando especies que se trasladan para evitar las inundaciones y los extremos climáticos", explica Sandro Menezes, gerente del Programa Pantanal de la CI-Brasil.
Hasta 2004, la destrucción de la vegetación nativa de Pantanal representaba cerca del 17% de su área original, totalizando aproximadamente 25.750 km². El Estado de Mato Grosso do Sul es responsable por el 11% de ese índice, mientras que en Mato Grosso, la tasa fue del 6%. Hubo, en realidad, un aumento significativo. La deforestación entre 1990-2000 en la planicie pantanera aumentó a una tasa del 0,46% por año. El número subió a 2,3%, considerando el período 2000-2004.
El estudio realiza además un relevamiento de las licencias de deforestación emitidas por la Secretaría Estatal de Medio Ambiente del estado de MS, entre enero de 2002 y septiembre de 2004. En total, fueron expedidas 1.218 licencias, totalizando un área de 250.700 hectáreas. Los municipios con las mayores áreas licenciadas fueron Corumbá, Porto Murtinho y Aquidauana, ubicados integralmente en la planicie pantanera. También es preocupante el hecho de que municipios con altos porcentuales deforestados, como es el caso de Camapuã, figuren entre aquellos que tuvieron las mayores áreas licenciadas para la supresión de la vegetación. El cruzamiento de estos datos con informaciones del IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística) indica que el alto índice de devastación no se refleja en el aumento del IDH - índice de desarrollo humano - ni tampoco en el incremento de las actividades llamadas productivas.
El informe recomienda algunas acciones para revertir la situación actual, como el alineamiento de la actuación de las diferentes esferas del poder público (municipal, estatal y federal); revisión de la legislación vigente referente a las áreas de protección permanente y reservas legales para la región de la CAP; integración de las políticas de conservación y uso de los recursos naturales entre los estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul; mayor esfuerzo del poder público en el sentido de evaluar profundamente el licenciamiento y la fiscalización de nuevos emprendimientos que provoquen impactos sobre la región de la CAP y la implementación de un amplio programa de restauración ambiental en las áreas ya degradadas y que estén en discordancia con la legislación vigente, atribuido a los responsables de la degradación el peso de costear este proceso.
Traducción: Daniel Barrantes