Chile: "Dejamos de Ser Etnia, Ahora Somos Pueblo"
El Convenio 169 de la OIT fue Oficializado y con él nuevas responsabilidades y derechos han sido potenciados
Ésta no solo fue una lucha permanente de los pueblos indígenas, sino que además, de quienes por siempre han respetado la voluntad política de nuestros pueblos en pos de conquistar días mejores para el conjunto de la humanidad.
Muchos hermanos se preguntarán: ¿Qué puede significar la oficialización del Convenio 169 para nuestros pueblos? Sin dudas, es una pregunta muy compleja, a no ser que el conjunto de la dirigencia indígena logre entender que estamos en una nueva situación histórica, donde las condiciones políticas son muy diferentes, precisamente, porque ahora tenemos un instrumento internacional que nos pone a prueba y mide nuestras capacidades para ser verdaderos interlocutores entre nuestros pueblos y el estado de Chile.
A partir de la oficialización dejamos de ser etnia, ahora somos pueblo.
Los organismos públicos, no solo la Conadi, sino que también, aquellas instituciones públicas que velan por el desarrollo de las comunidades indígenas, deberán readecuarse a las nuevas exigencias, terminando con sus políticas clientelistas y asistencialistas. La nueva etapa que viene debiese garantizar un verdadero reencuentro con el desarrollo y el sentido de identidad e interculturalidad (espacios compartidos por indígenas y no indígenas), considerando la calidad de vida, las nuevas generaciones y el respeto por la biodiversidad. Para ello, es importante considerar tres factores determinantes, sin ellos, no es posible garantizar y poner en marcha el Convenio 169 en nuestro país:
1. Verdadera representación política de los indígenas, considerando lo más importante: una bancada de representantes indígenas en el parlamento chileno.
2. Que la sociedad chilena, a través del estado de Chile, reconozca y respete los principales derechos ancestrales: tierra, aguas, territorio.
3. Que los procesos de interculturalidad (lengua, medicina, artes, identidad, historia, justicia, medios de comunicación, medio ambiente, etc.) se desarrollen con todas las garantías necesarias y potencialidades que tiene el estado de Chile.
En lo personal, pienso que se acabaron los tiempos de las cosas chicas e inmaduras. Necesitamos una calidad dirigencial de primer nivel, un verdadero sentido de pueblo y una madurez consecuente para valorar lo que el Estado de Chile admite y no admite.
Por último, me digno a pensar que vienen nuevas y grandes tareas, entre ellas, que las nuevas generaciones tomen conciencia de que el Convenio 169 es una gran instrumento de defensa internacional heredado por una generación que también luchó y amó a su pueblo.