Argentina: nuevos horizontes en Rosario
Por segundo año se organizó en Rosario esta espacio de encuentro que convoca a gran cantidad de referentes de experiencias agrícolas en contextos urbanos nacionales y de otros países latinoamericanos
El objetivo de las jornadas es intercambiar experiencias y saberes sobre la integración de la Agricultura Urbana a la planificación de las ciudades, trabajando con los Objetivos del Milenio y la Agenda 21. En el marco del evento se presentó el proyecto “Barrios Productivos y Parques Huertas”, que aparece como el nuevo horizonte en esta línea de trabajo por la inclusión social en nuestra ciudad.
La Semana de la Agricultura “Rosario Cultiva Redes” se extendió entre el 8 y el 10 de agosto y estuvo organizada por el CEPAR (Centro de Estudios de Producción Agroecológicas), el PRO Huerta INTA y el Programa de Agricultura Urbana de la Subsecretaría de Economía Solidaria de la Municipalidad de Rosario. Entre las organizaciones convocantes estuvo presente, además, la recientemente organizada Red de Huerteras y Huerteros de Rosario.
Desde el martes, tempranito, el predio de la Sociedad Rural del Parque Independencia fue sede de este evento, que se va consolidando año a año. “Este vivero se puede hacer con siete pesos. Recién vino un hombre de Andino y estuvimos charlando acerca de cómo armarlo. El objetivo de este encuentro es compartir conocimientos” definió Miguel, productor e integrante del programa de Agricultura Urbana (AU) municipal, a cargo de una huerta armada en el centro del pabellón principal. Cuando le consultamos sobre los problemas que presentan los emprendimientos, Miguel señala que la motivación es uno de ellos. “Sucede que la gente lo ve como una solución en la emergencia. Pero la UNESCO ya dijo que en el 2015 habrá otra gran crisis política. Y lo que hay que hacer es producir alimentos” advirtió. “Primero la Habana, segundo Rosario y después el resto” graficó Miguel, dando cuenta de la consolidación de este proyecto, ante la propia mirada de los rosarinos, así como de otras organizaciones del país y de experiencias en el resto del continente.
Participaron emprendedores de las provincias de Buenos Aires, Formosa, Corrientes, Misiones, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Neuquén, Catamarca, Jujuy, La Pampa, Tucumán y Chaco. Los invitados internacionales presentaron las experiencias de La Habana, de Medellín y Bolívar en Colombia, de Belo Horizonte, en Brasil. También estuvieorn presentes Uruguay y Perú. En el caso particular de las delegaciones de Brasil y Colombia, participación es financiada desde sus ciudades, como una instancia de aprendizaje y permanecerán en la ciudad unos días más para recorrer las agroindustrias, los parques huerta y las ferias. Raúl Terrile, integrante del CEPAR y del programa municipal señala que “lo que diferencia a Rosario de las demás experiencias en el país y en otros países es haber logrado un trabajo conjunto con muchas organizaciones y el municipio para incluir la AU como política pública.
Nosotros hemos aprendido mucho de la experiencia brasilera en agroecología, pero a ellos les cuesta trabajar con metodologías de trabajo integradas. El valor agregado de Rosario es, entonces, su metodología de trabajo”. A la hora de explicar este logro, Raúl considera que el gobierno local es un socio estratégico que da muchas libertades para trabajar.
“Hay una gimnasia de participación”. También destaca al equipo de trabajo, que trabaja en este campo desde mucho antes de la crisis. Hoy algunos técnicos promotores del programa han sido huerteros en otras épocas. “Ellos tiene la capacidad para decirles que ellos también lo hicieron, y pueden brindar su ejemplo.
También sucede con aquellos que hemos egresado de la universidad pero hemos aprendido con la gente. Se da una sinergia de conocimientos que hoy podemos aunar en este programa”.
La Semana de la Agricultura Urbana, señala Terrile fue pensada como “espacio de construcción y de reflexión. Cuando le preguntamos a la gente acerca de sus expectativas, dicen ‘venimos a aprender’. Nosotros también aprendemos mucho. Estos espacios son fundamentalmente para intercambiar experiencias”. Respecto de los desafíos a futuro de programa, Terrile menciona la seguridad que la gente que empieza a trabajar necesita para tomarlo como un trabajo, como una actividad laboral: seguridad en los ingresos, seguridad en la tenencia de las tierras, en la regulación y leyes que los pueden amparar. “En la mayoría de las ciudades aparece como una alternativa ante la crisis. Pero, ¿cómo puede quedarse como actividad permanente y una salida laboral segura?”.
Intercambio y creación
Descollan en el programa de la Semana la Feria de Tecnologías Aplicadas y la Feria e intercambio de Semilas. “Este año se ha ampliado significativamente la Feria de Tecnología, incorporando mayor cantidad de secadores, mas herramientas. También ha mejorado cualitativamente la Feria de Semillas. Es impresionante como se avanzó en variedad y en calidad. El intercambio fue un momento hermoso de la jornada” destaca Antonio.
Mediando la semana, el miércoles por la tarde se realizó una marcha por el centro de la ciudad. Color y alegría fueron los atributos más destacados de la marcha, haciendo un aporte a la visibilización de la agricultura urbana. La marcha culminó con la presentación de la Murga del Tomate, a cargo de un grupo misionero, en la Plaza Montenegro. La Murga parodia e ironiza respecto de la diferencia entre la semilla criolla y el tomate transgénico. Una señora va a un restaurante, pide un tomate y dos mozos le traen los dos tipos de tomates e intentan definir su elección, destacando las bondades e cada uno. “Una propuesta muy didáctica” evaluó Lattuca quien destacó la inclusión de actividades artísticas en esta edición de la Semana de la AU. “Además de la Murga, presentaos el libro “Los cuentos de Don Santos” de Nelson Alvarez Febes, un sociólogo, que ha trabajado mucho el tema de biodiversidad” comenta Antonio. “Creemos que el tema estético, de la belleza, la creación artística, es algo que aún nos falta sumar, a todo lo que puede ofrecer al diseño urbano la agricultura urbana”.
Barrios productivos: los pasos a seguir
Sobre el final de la semana se presentó la experiencia de Rosario y la nueva apuesta: “La Agricultura urbana integrada a espacios públicos: proyecto Barrios Productivos y Parques Huertas”. Un panel integrado por Lattuca, Rossana Fernández del Servicio Público de la Vivienda (SPV) y Laura Lagorio y Laura Bracalenti de la Facultad de Arquitectura. Lattuca presentó el programa, que luego del desarrollo de las Huertas, las ferias y las industrias de procesamiento, se embarca ahora en este desafío.
Desde el SVP destacaron, para quienes no conocían Rosario, que en nuestra ciudad conviven dos modos de apropiarse del espacio. “El formal, con infraestructura, y el informal, sin infraestructura ni servicios, a los que llamamos ‘asentamientos irregulares’” señaló Rossana. En Rosario hay 91 asentamientos, en el 13% de la ciudad, con 115 mil personas. El objetivo del programa Rosario Hábitat, desarrollado por el SPV es encauzar la ocupación informal en barrios formales. El programa tiene un componente de “Generaron de Trabajo e Ingresos” en el que se articulan con Agricultura Urbana.
El trabajo se está desarrollando en dos barrios: Molino Blanco, junto al arroyo Saladillo, en la zona sur de la ciudad, con 770 familias. En este asentamiento el SPV inició un trabajo de relocalización de 232 familias para desarrollar un Parque Huerta y una Calle Productiva. El otro es en la Lagunita, en el oeste, donde con 272 familias se está planificando un Barrio Productivo y una Plaza Educativa. A la iniciativa se sumó la Facultad de Arquitectura, desde su Centro de Estudios de Ambiente Humano, para el reordenamiento territorial. Bracalenti definió el trabajo como “un proyecto de investigación acción, para potenciar la extensión universitaria y la asistencia al medio desde la Universidad”. El grupo de arquitectas está a cargo de la planificación y diseño de los espacios, con metodologías participativas, así como de la formación del equipo técnico para trabajar con la comunidad.
Para terminar a presentación, Antonio Lattuca destacó la importancia del trabajo interdisciplinario para ampliar la visión respecto de los proyectos. Destacó que estos proyectos concretamente mejoran la vida en los barrios.
“Es importante reconocer a la Agricultura Urbana como forma real de la mejora de la ciudad, y también es importante sumar a otros actores en esto”.
En diálogo con enREDando el responsable del programa de AU, evaluó la semana. “La evaluación que hacemos es el paso a paso que hemos logrando y como toma dimensiones nuevas. Este año hemos incorporado la idea de Barrios Productivos, incorporando la agricultura urbana dentro de los planes de vivienda” inició Lattuca. “Creo que hemos crecido cualitativa y cuantitativamente. Es un proceso lento. Nosotros creemos que es un cambio cultural, de hábitos, tanto alimentarios como de consumo, pero también respecto a cuestiones intangibles que tiene la agricultura urbana”. Entre estos aspectos intangibles, Lattuca hace referencia a la presentación de la tesis de maestría de Valeria Bulacio, “Aportes de la Agricultura urbana a la Biodiversidad”, en la última jornada de la semana. Bulacio es entomóloga, nombre que define a quienes estudian a los insectos. En este trabajo ella analizó durante un año y medio el aporte de variedad de insectos que hacen las huertas de Rosario. “Es un valor para la ciudad el aumento de esa biodiversidad, es una mejora para el ambiente. Y eso no se ve. Nos falta mucho trabajo en la valorización por parte del resto de la sociedad de todo lo que ofrecen las huertas” retoma Lattuca.
Otro aspecto intangible de la tarea es la motivación que mencionaba Miguel, al principio de esta nota. Al respecto consultamos a Antonio. “Esto solo se puede hacer desde el corazón. Si uno no cree que esto puede transformar la realidad, no se puede. Y esto lo aporta el trabajo de al tierra, que tiene como algo mágico, porque ella va mejorando cuando se trabaja con ella. Es un tema que necesitamos trabajar mucho, junto con la cuestión de lo artístico y la belleza. Porque la pobreza y los despojos que han hechos de los derechos humanos, de la dictadura militar a la fecha, nos han quitado también la posibilidad de festejar, de encontrarnos. Creo que tenemos que trabajar más en la recuperación de la alegría y de la belleza para lograr esa motivación. Yo insisto con la belleza porque generalmente los lugares donde nosotros trabajamos son lugares muy degradados. Deben ver cómo las huertas van transformando los espacios”. Antonio comenta acerca de su emoción al ir Molina Blanco recientemente. “Hace cuatro años era un basural. Y hoy es una cosa muy bella, hay árboles, hay flores, hay verduras.
Eso también nos hace ser optimistas, porque la naturaleza, con trabajo en muy poco tiempo se reconstruye.”
Mirando a futuro, Lattuca menciona la determinación de trabajar en redes de apoyo. “Nosotros trabajamos con gente muy pobre y vulnerable. Trabajamos desde el Estado, con ongs, pero necesitamos otras patas. Necesitamos apoyo de los artistas, de los intelectuales, de los poetas. Y también de las empresas, para que inviertan en este tipo de cosas, porque esto hace que haya menos violencia, que todos podamos estar mejor, y eso que hace al buen vivir. Debemos trabajar también este tema: ¿cómo la gente pobre puede ofrecer esos servicios ambientales y personas que están dispuesta a pagarlo lo pueden hacer, para cerrar el círculo de la inclusión. Y también cuidar estos espacios. El Estado solo no pude, los huerteros solos no pueden. Necesitamos esas redes de apoyo donde todos nos podamos comprometer. Pero los espacios públicos se cuidan en la media que los usemos, que puedan tener servicios, que sean necesarios y que a comunidad se los apropie. Eso es fundamental.
Una nueva Red
Vilma Cala integra la planta procesadora de cosméticos, que se encuentra en los galpones de Economía Solidaria. Integra además la recientemente presentada red de Huerteras y Huerteros de Rosario.
Para Raúl Terrile, del Programa de AU, “es un avance en la legitimación de este espacio ante la sociedad, que los huerteros y huerteras tengan una organización.
Promovemos la Red para que en el futuro tengan un espacio desde donde defender sus derechos y también desde donde puedan tejer redes en la sociedad, para que hayan instituciones que también se comprometan con este trabajo”
La Red se creó en el 2005, pero aún no había logrado una articulación concreta. “No nos podíamos juntar” comenta Vilma. Hace menos de un mes se realizó un acto de lanzamiento en el mismo predio rural, con una comida para mi perdonas, realizada con el apoyo de la Municipalidad de Rosario. Para Vilma este momento fue clave para movilizar los entusiasmos de los integrantes de la red.
“La idea es organizarnos, tener como una cooperativa, lograr la personería jurídica, intentar que la gente tenga obra social y que podamos vender los productos nuestros a distintos viveros, mercados. También queremos pagar impuestos pero somos cadenciados. Por eso estamos en esto” para Vima el no pagar impuesto implica una discriminación a la hora de conseguir salidas a las producciones. La Municipalidad nos apoyo y no sigue apoyando, pero queremos fortalecernos.” La Red se reúne semanalmente en Economía Solidaria en a Secretaría de Promoción Social. “Hay gente que tiene miedo de participar o tiene miedo de perder el tiempo. Pero de a poco se están integrando. También queremos ocuparnos de las necesidades de los huerteros, de la capacitación, las herramientas, semillas, para estar todos, no solo los promotores de la Municipalidad, sino entre los mismos productores atendiendo a estas demandas”.