Argentina: advertencia oficial sobre la constante deforestación
El país pierde 200 mil hectáreas de bosques nativos por año, culpan de la situación al avance de la frontera agropecuaria, en especial el cultivo de soja. Desde los 90, el proceso se intensificó
Cerca de 200 mil hectáreas de bosque nativo se pierden por año en la Argentina debido a la deforestación producida, principalmente, por el avance de la frontera agropecuaria, en especial el cultivo de soja.
Las estimaciones, realizadas por la Unidad de Manejo del Sistema de Evaluación Forestal de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, abarcan el período 1998-2002, con actualizaciones periódicas hasta 2005.
"El deterioro de la masa forestal se acentuó en las últimas décadas por el avance de la frontera agropecuaria, en especial del cultivo de soja", advierte un informe de especialistas.
El año pasado, la Fundación Vida Silvestre denunció la pérdida del 70 por ciento de las masas forestales. Para su director, Claudio Bertinotti, "el problema más grave es la expansión de las fronteras agropecuarias. No somos extremistas, no queremos que se interrumpa el cultivo de soja y, tampoco, que el país desaproveche sus beneficios económicos. Lo que pedimos es que se haga de una manera planificada y no en desmedro de las pocas áreas donde queda vida silvestre".
El primer dato del que se dispone sobre la superficie efectiva del bosque nativo en el país surge del censo nacional agropecuario de 1937.
Ese año, contaba una superficie de 37.535.308 hectáreas. Medio siglo después, esa superficie disminuyó en más de dos millones de hectáreas.
Si se sigue el cálculo elaborado por la Unidad de Manejo, tomando en cuenta que en 1998 había 33.190.442 hectáreas de masa forestal, de acuerdo con el Primer Inventario Nacional de Bosques Nativos, en la actualidad habría un millón y medio de hectáreas menos.
Según la Dirección de Bosques, la pérdida de bosque entre los años 1937 y 1987 no fue un proceso constante, sino que estuvo asociado a momentos muy favorables para la expansión agrícola.
Hubo décadas donde el cambio fue más intenso, como la que correspondió al período en que se desarrolló la segunda guerra mundial, que determinó la sanción de la ley 13.273 en el año 1948 sobre recursos forestales.
Sin embargo, es a partir de la década de los noventa que se observa un impulso constante en el proceso de deforestación, favorecido por los cambios en los cultivos, como la siembra directa y los transgénicos.
Según el primer Inventario Nacional, los bosques nativos argentinos se encuentran severamente degradados y requieren ser manejados para favorecer su recuperación y presentarse como una alternativa viable del uso del suelo frente a la agricultura.
La falta de orden territorial permite que la frontera agrícola siga avanzando sobre el bosque pese a que existen grandes extensiones de tierras aptas para agricultura subutilizadas o abandonadas.