Usabiaga, CULPABLE de la contaminación del maíz criollo mexicano: Greenpeace
Javier Usabiaga, secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, es el principal responsable de que variedades criollas de maíz mexicano hayan sido contaminadas por variedades transgénicas de este grano, señaló Greenpeace durante la comparecencia de dicho funcionario en la Cámara de Diputados.
Greenpeace
Boletín 177, 24-9-01
http://www.greenpeace.org.mx/
En el Salón Verde de San Lázaro, activistas de Greenpeace desplegaron una manta en la que se lee "Contaminación transgénica/Usabiaga, culpable".
Desde 1999, la Secretaría de Agricultura fue notificada por la organización ambientalista sobre la entrada sin autorización y sin control de millones de toneladas de maíz transgénico mezcladas con maíz convencional y de los riesgos que su siembra implicaba para la diversidad de maíz mexicano. En respuesta, dicha dependencia aseveró que el grano entraba destinado al consumo y no era viable como semilla, afirmación que Greenpeace probó era falsa.
En la presente administración, la Secretaría de Agricultura no sólo continúa permitiendo la entrada de maíces transgénicos utilizando los mismos argumentos que su predecesora, sino que además abiertamente promueve en todos los ámbitos la siembra y utilización intensiva de los organismos genéticamente modificados en nuestro país actuando más como agente de ventas de la industria agrobiotecnológica que como responsable de proteger la agricultura mexicana.
Como resultado de esta política irresponsable y que refleja el desconocimiento de las autoridades sobre nuestra biodiversidad y sobre la importancia histórica-cultural-económica del maíz, hoy las variedades criollas del grano más importante que México le dio al mundo están contaminadas con maíz transgénico, como Greenpeace dio a conocer y la Semarnat confirmó.
Cabe añadir Greenpeace no fue la única voz que advirtió sobre las implicaciones de la importación de maíz transgénico y los riesgos de su liberación al ambiente a la pasada y la presente administraciones. Por ejemplo, bajo la coordinación de la Conacyt y la Conabio, científicos mexicanos elaboraron en 1999 un informe que alertaba sobre estos mismos riesgos y llamaba a tomar precauciones; en enero de este año, el Primer Foro Nacional sobre Biotecnología y Bioseguridad en la Agricultura Mexicana, organizado por la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem), llamó a la Sagarpa a detener las importaciones de maíz transgénico; más recientemente, ecológos, del Instituto de Ecología de la UNAM conminaron a impedir la liberación de organismos genéticamente modificados en nuestro país. Estas voces se suman a las de agricultores mexicanos, organizaciones sociales y ambientalistas.
Además, Usabiaga trata de minimizar la importancia de este hecho ocultando la información y desviando la atención sobre sus implicaciones ambientales y económicas al tratarlo como un problema de salud. Más aún, lejos de tomar las medidas urgentes para eliminar la contaminación de los maíces criollos mexicanos -- especialmente eliminar la fuente de origen, es decir, las importaciones de maíz transgénico procedentes de Estados Unidos--, la irresponsable y tibia solución que la Secretaría de Agricultura y la Cibiogem proponen es "crear un sistema de monitoreo del área afectada y establecer un sistema de monitoreo para otras regiones... y eventualmente crear un sistema de monitoreo a nivel nacional", esto además de identificar los genes involucrados y detectar la fuente, únicamente. Estas medidas son a todas luces insuficientes. Expertos en genética de poblaciones como C. R. Linder (1) consideran que es imposible predecir las frecuencias futuras de contaminación genética sin identificar cuál es la fuente de contaminación y sin tener seguridad de que el flujo genético ha sido detenido. De hecho, de no detenerse la fuente de contaminación se puede esperar que ésta aumente.
La contaminación del maíz mexicano no tiene precedente. Se trata del primer centro de origen y diversidad de un cultivo -de los 3 que existen en el mundo- contaminado por organismos transgénicos. El maíz es un asunto de seguridad nacional; su contaminación por transgenes amenaza la diversidad genética del grano y la seguridad alimentaria del mundo.
¿Por qué la Sagarpa minimiza este hecho tan grave? ¿Hasta dónde llega el interés de Javier Usabiaga y las autoridades mexicanas en proteger a las empresas agrobiotecnológicas? ¿Qué le impide a Usabiaga tomar las medidas pertinentes para detener las importaciones de maíz transgénico? ¿Qué maíz defiende?
Infringe Sagarpa la ley, dado que ha incumplido su obligación legal de preservar el patrimonio agrícola nacional
Al permitir la contaminación del maíz criollo mexicano, la Sagarpa ha incumplido los artículos 2, 3, 7 fracciones I y XXXII, 9 y 33 de la Ley Federal de Sanidad Vegetal (LFSV); 9, 10 y 11 de la Ley sobre Producción, Certificación y Comercio de Semillas (LPCCS), las disposiciones asentadas en la NOM-056-FITO-1995, el Convenio sobre Diversidad Biológica y el artículo 49 del Reglamento Interior de Sagarpa.
- En los artículos 2 y 3 de la LFSV se explica que la Sagar deberá establecer las medidas necesarias para asegurar el nivel adecuado de protección y calidad fitosanitaria en todo el territorio nacional, para lo cual tomará en consideración el análisis de riesgo.
- El artículo 7 fracción I de la LFSV establece que entre las responsabilidades de la Sagarpa están promover, coordinar y vigilar las actividades y servicios fitosanitarios en los que participen los gobiernos federal, estatal y municipal, además de instituciones privadas relacionadas con la materia. La Sagarpa no emprende acciones de coordinación y vigilancia de las actividades y servicios fitosanitarios con respecto a la importación de maíz transgénico.
- La fracción XXXII del artículo 7 de la misma Ley dice que son atribuciones de la Sagarpa los demás puntos de esta Ley, otras leyes federales y tratados internacionales de los que sea parte México. Sin embargo, la Sagarpa no aplica el "principio de precaución" para evitar daños al ambiente. Dicho principio establece: "la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces en función de los costos para impedir la degradación del ambiente".
- De acuerdo con el artículo 33 de la LFSV, que se refiere a aplicar medidas cuerentenarias para productos que México importa, la Sagarpa no tomó precauciones para manejar el maíz transgénico que llega a nuestro país. Para importar maíz transgénico se debe contar con certificados de origen en los que se especifique qué tipo de producto se recibe y si cuenta con avisos y etiquetas que lo identifican como transgénico. Además, Sagarpa debe vigilar que dichos granos no germinen y arriesguen las variedades criollas de maíz y sus parientes silvestres.
- La NOM-056-FITO-1995 dice en su artículo 1 que en territorio nacional se debe controlar la movilización, importación y liberación al ambiente de transgénicos y evaluar las pruebas de organismos manipulados por ingeniería genética para usos agrícolas, lo cual en el caso del maíz que se importa no se hace. La Sagarpa también infringe el artículo 2.9, en el que se menciona que para los casos en los que se dé la liberación al ambiente de un producto transgénico, establecerá condiciones de bioseguridad.
- En el artículo 49 del Reglamento Interior de la Sagarpa se establece que es necesario aplicar medidas de sanidad, inocuidad y calidad agroalimentaria para proteger los recursos agropecuarios. La Sagarpa no ha puesto en vigor estas disposiciones en relación con los transgénicos.
Nota:
1. Linder, C. R., et. al, 1998, Long Term Introgression of Crop Genes Into Wild Sunflowers Population. Theoretical and Applied Genetics, 96: 339-347.