México: acaparamiento de tierras
"El famoso acaparamiento de tierras amenaza gravemente el medio ambiente, la soberanía alimentaria e incluso, la propia vida de las comunidades locales. En esta ocasión, les compartiré un caso que está amenazando seriamente un baluarte Slow Food de México: el baluarte de la miel de abejas nativas de la sierra norte de Puebla."
Por Alicia Gironella De'Angeli
En diversas partes del mundo, enormes extensiones de tierra fértil son cedidas a precios irrisorios para producir alimentos de exportación o para extraer recursos, como si fueran una mercancía más.
El famoso acaparamiento de tierras amenaza gravemente el medio ambiente, la soberanía alimentaria e incluso, la propia vida de las comunidades locales.
En esta ocasión, les compartiré un caso que está amenazando seriamente un baluarte Slow Food de México: el baluarte de la miel de abejas nativas de la sierra norte de Puebla, es uno de los 400 proyectos llevados a cabo por Slow Food para proteger y valorizar las producciones locales tradicionales.
Los indígenas náhuat y totonacas viven en una íntima conexión con la naturaleza. En armonía con la vegetación, ellos recolectan la miel de abeja originaria del lugar, que desde 2012 es un baluarte de Slow Food.
Esta miel fermentada, de sabor especiado, es producida por las abejas de la especie Scaptotrigona mexicana, muy pequeñas y dóciles.
Los apicultores indígenas pegan los bordes de dos ollas de barro con una masa hecha a base de ceniza, a las colmenas, y a la hora de la recolección de la miel, las separan con un golpe de machete; es una tradición que desde antaño pasa de padres a hijos.
Cierto día, un grupo de extranjeros llegaron a la comunidad y les dijeron a los indígenas que cerca de ahí se construiría una central hidroeléctrica, que generará electricidad para las nuevas minas, afirmaron.
Asimismo, añadieron que sería una oportunidad única para el progreso y desarrollo de la región. Algunos habitantes se espantan porque en zonas más altas ya existen este tipo de plantas que amenazan el medio ambiente, mientras que otros se muestran contentos de las mejoras que esto podría ocasionar.
Pero como sucede a menudo, los funcionarios públicos acogieron de inmediato este proyecto. Las obras empiezan pronto y sólo algunos habitantes consiguen trabajo en la empresa, los demás se ven forzados a moverse a otras comunidades.
Sin embargo, algunos indígenas deciden protestar con determinación por detener este proyecto. Ayudados de asociaciones locales y de la prensa logran que la empresa se detenga.
Sería una maravilla que la mayoría de estas historias terminara así, sin embargo, decenas de hectáreas han sido explotadas por la mano del hombre. Se necesitan más leyes, atención por parte de las instituciones y de la opinión pública, así como inversiones específicas para el desarrollo local.
¡Denunciemos el acaparamiento de tierras!
moc.liamg@6legnaila
Fuente: El Universal